Consciente de la importancia taurina de este país, y su repercusión hacia España, porqué no, Emilio se siente a gusto entre nosotros y espera continuar avanzando para hacerse de un nombre entre la afición mexicana, a la que de momento profesa respeto y admiración.

El planteamiento de su temporada está siendo interesante, pues si bien ya debutó en la Corrida de Calaveras de Aguascalientes donde el 31 de octubre cortó dos orejas a un toro de Begoña, su siguiente parada es la plaza "Nuevo Progreso" de Guadalajara, donde está anunciado mañana. Su intención es ir paso a paso, tratando de compenetrarse con la sensibilidad de la afición y la embestida del toro, darse a conocer y, en el año entrante, confirmar su alternativa en el coso de Insurgentes.

"Consideramos que era mejor tratar de hacerme de un ambiente en México, con la finalidad de que la gente, la prensa, los taurinos, me fueran conociendo poco a poco, y creo que el hecho de haber llegado varios días antes de aquella corrida de Aguascalientes me ha permitido entender mejor la forma de sentir que se tiene aquí por la Fiesta, que tiene un sello especial porque hay mucha pasión".

Ya sea en el campo o en la calle, Emilio de Justo va constatando, paulatinamente, todo lo bueno que le habían contado sobre el México taurino, su tradición y su abolengo, así que está disfrutando mucho esta fase de su temporada 2021 de la que salido como uno de los grandes triunfadores de Europa. Ahora toca el turno de pisar Guadalajara, con lo que ello entraña.

"Afronto este compromiso con la misma ilusión y responsabilidad que en otras plazas, así que no me he predispuesto por aquello de que en Guadalajara suelen lidiar al toro con más cuajo y trapío, y sólo espera que mi toreo agrade a su exigente afición. Quiero seguir ganando afectos y convenciendo a la gente, así que esta corrida será una buena oportunidad de avanzar en mis propósitos, pues me gustaría que mi toreo trascienda aquí".

La facilidad de palabra de Emilio fluye con soltura a través de la conversación, y se anima cuando habla sobre el toro mexicano y sus diferencias con el de España, al que le ha plantado cara con arrojo, y a veces la moneda lanzada al aire no se sabe si va a caer de "cara" o "cruz". La apuesta del extremeño no admite las medias tintas y comprende que el toro de aquí hay que ser muy ágil de mente para comprenderlo y poder compenetrarse con su embestida. Porque sabe que triunfar toreando despacio tiene otra dimensión.

El estudio de esos "registros" son los que han ido permitiendo adaptarse a una cadencia distinta, la del toro mexicano, pues como bien apunta, "el toro de España tiene una bravura boyante y estamos atravesando por un gran momento en la ganadería. Se viene de largo, con fuerza y buen galope, y eso te permite aprovechar su movilidad para poder torearlo. En cambio, aquí, en México, hay que colocarse muy bien para ligar los muletazos, situarte entre la corta y la media distancia para poder consentirlo y esperarlo mucho a que meta la cara en la muleta. Es entonces cuando te puedes fundir con él y expresar todo lo que sientes en un muletazo".

Así lo ha percibido en distintas fincas a la que ha tenido oportunidad de torear, como ha sido la de San Constantino, de Juan Pablo Corona, donde en días pasados disfrutó el toreo en compañía de Juan Serrano "Finito de Córdoba", como se aprecia en la galería fotográfica de Óskar Ruizesparza que esta vinculada a esta entrevista.

Con esa misma sencillez y naturalidad de las imágenes, Emilio de Justo expresa lo que ha estado viviendo en estos últimos días, y viene sin prisa, con las ganas de calar hondo entre la afición. Ya el tiempo dirá si en él hay un "consentido" de la afición mexicana y, seguramente, su sinceridad como persona y como torero, así como su concepto clásico y su consabida entrega, sean los ingredientes más adecuados para que aquí se cocine algo grande. Mientras tanto, ahí está ya Guadalajara a la vuelta de la esquina.