Durante el trasteo de El Payo se sucedieron algunos buenos pasajes derechistas a veces interrumpidos porque el burel salía suelto de la muleta; la respuesta del público vino cuando el torero logró espadazo contrario a un tiempo, con gran habilidad, sacaron los pañuelos para solicitar la premiación de dos orejas y otorgar un arrastre lento excesivo al toro.

En el primero de su lote, Octavio se gustó a la verónica a lo que siguió un puyacito y dos pares de rehiletes. El queretano corrió bien la mano durante las primeras series por el pitón derecho, terminando con adornos efectistas y media ración de espada. Tras fallar el puntillero, hubo algunas palmas para el coletudo queretano que hoy, distintos pasajes de la lidia, buscó gustarse.

Sergio Flores probó con el percal a su primero enseñándole el camino. El castigo fue igualmente breve, a solicitud del matador, y el cambio de tercio tras el segundo par. Muleteó con suavidad flexionando la pierna de salida y luego acompañó con la cintura en ayudados de buena factura. mancillados por vueltas sujetándose a los cuartos traseros en un toreo ciertamente efectista. Mató de un espadazo abajo que hizo doblar pronto al toro para que se le entregara una oreja.

Con lances utilizando el reverso del capote y bajando el engaño recibió a su segundo. para el que ordenó un puyazo casi simulado. Vimos otro segundo tercio de dos pares y un Sergio Flores saliéndose de su línea, pidiendo la música de acá. Sin embargo, lució sus recursos antes de concluir con otro espadazo defectuoso y llevarse otro apéndice.

El tercero de la lidia a pie, mejor presentado, correspondió a André Lagravere "El Galo", que estuvo variado con la capa arrancando los olés del graderío, algo parecido ocurrió al cubrir el segundo tercio, que hizo con mucho entusiasmo. Su trasteo tuvo buenos procedimientos y se fue centrando con momentos estimables, antes de empañar su labor con el acero por lo que quedó en palmas.

Su segundo, corrido en octavo lugar, fue recibido con lances rítmicos a la verónica y quitó por chicuelinas buscando agradar; volvió a lucir con los palos para seguir con una faena sobre ambas manos destacando el toreo natural, agregó manoletinas antes de volver a fallar con la espada y escuchar palmas, al final de una fría noche en la que mostró frescura y variedad.

Para Emiliano Gamero fue el primero de rejones, de Real de Saltillo, un manso que se dolió con los rejones de castigo. D pronto embestía y luego no, pegando arreones y sacando muchas complicaciones por su violencia. Le hizo una faena de recursos y clavó banderillas con habilidad, a la media vuelta. Al terminar la lidia, dejó medio rejón de muerte que hizo doblar pero el puntillero levantó al toro; pasó el tiempo y vinieron dos avisos que no reflejan la entrega desplegada por el caballista, que se retiró en silencio.

Mejoró el panorama ante su segundo, también de Real de Saltillo, un toro armonioso de hechuras y buen juego al que le clavó dos rejones en buen sitio acertando igual con las banderillas, se adornó con ajustadas piruetas y cabriolas sobre sus jacas, recibiendo la respuesta de la gente. Metisaca y media ración trasera con el rejón mortal propiciaron que sonara un aviso seguido de palmas.

La actuación de los Forcados de Puebla quedó a deber, y resultaron muy golpeados por el toro que abrió plaza, que era sumamente difícil de pegar por los derrotes que tirón cuando le fueron a la cara. El quinto, que era más propicio, tampoco les permitió sino estar valientes y la gente reconoció su esfuerzo.