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El Galo y Ana Rita triunfan con la de Miura

Sábado, 02 Oct 2021    Valera de Abajo, Esp.    Juan Antonio de Labra | Enviado         
Valera de Abajo vivió una tarde emotiva en las fiestas de su pueblo
Una tarde festiva, alegre, de corrida de pueblo y a plaza llena. Así se vivió la corrida de feria en honor de la Virgen del Rosario en Valera de Abajo, provincia de Cuenca, donde hoy se programó un cartel de corte internacional, con la presencia de la rejoneadora portuguesa Ana Rita, el español Andrés Palacios y el mexicano André Lagravere "El Galo".

Y al final, tanto la caballista como André, se entregaron para cortar sendas orejas cada uno, y acompañarse en la salida a hombros de una placita portátil en la que la alegría de la gente se desbordó, como hace tiempo no ocurría como consecuencia de la pandemia que detuvo al toreo, su fiestas, ese bullir constante de la gente que gusta de esta tradición tan añeja que en cada rincón de España se vive con mucha intensidad.

Si a eso añadimos que se lidiaba una corrida de Miura, la mesa estaba servida para ver algo distinto, impredecible, tal y como suele suceder cada tarde de toros, pero con un aliciente añadido que revestía un toque de interés a la corrida.

Ya desde el primero de la tarde, un toro colorado, alto y hondo, con muchos kilos, la rejoneadora portuguesa mostró su buena doma en una faena donde lució en banderillas sobre los lomos de dos de sus caballos, amén del recibo con el de salida, que desde entonces se había doblado muy bien para sentir estas acompasadas y nobles embestidas de toro de capa castaña.

En el tercio de muerte clavó banderillas cortas antes de colocar un rejón de castigo en buen y aunque el toro tardó en doblar, no dudó en echar pie a tierra para despenar al de Miura con un certero golpe de descabello que le puso en las manos la primera oreja concedida en el festejo.

El cuarto fue un toro destartalado de hechuras, por basto y feo, pero que se dejó torear, de tal suerte que se podría afirmar que Ana Rita sorteó el lote más toreable de una corrida que, en términos generales, y para ser de este mítico hierro, dio opciones diversas opciones de lucimiento.

Aunque esta faena no tuvo la estructura y la redondez de la primera, la corrida había entrado ya en una fase festiva que propició la entrega de otra oreja que le abría la Puerta Grande.

A la par de la buena actitud que enseñó la rejoneadora portuguesa, el torero de Yucatán salió a hacer lo suyo, con la adversidad que representaba un piso en mal estado, por flojo y pesado, que los cascos de los caballos habían terminado de estropear.

Sin embargó, no le dio mucha importancia a este hecho, ni tampoco al de enfrentar, por primera vez en su vida, una corrida del hierro de la "A" con asas, y al primer toro de su lote lo toreó con buen ánimo a la verónica y más tarde le hizo un quite por chicuelinas antiguas, antes de componerle una faena meritoria en la que sobresalieron varios naturales de mano baja y suave temple, en los que aprovechó la fijeza del toro para centrarse con él. Una estocada un tanto tendida, precedida de un pinchazo, fue la digna rúbrica para cortar una oreja.

Ya con la seguridad que brinda el triunfo, y habiendo solventado la papeleta de esa manera, El Galo buscó agradar al público durante la lidia del sexto, al que dejó un tanto crudo en varas para animarse a banderillearlo, sin importar las malas condiciones en las que se encontraba el piso de la plaza.

En el primer par el toro le cortó el viaje, alargó el cuello y lo persiguió hasta las tablas, por lo que tuvo que tirarse de cabeza al callejón. Haciendo de tripas corazón, y habiendo contraído el compromiso de cubrir el segundo tercio, regresó al ruedo para clavar un meritorio cuarte y luego un expuesto para al violín que calentó mucho el ambiente.

La gente estaba a favor de El Galo cuando cogió la muleta, y el toro embestía con bravura y con buen son por el pitón derecho, así que por ahí discurrió la faena en la que el público se percató de su actitud.

No estuvo fino a la hora de matar, y tras un par de pinchazos colocó media estocada en buen sitio de la que el toro tardó en doblar, así que pidió otra vez la espada para dejar otro espadazo entero, previo a un pinchazo, que fue la definitiva, y aunque ya había caído un aviso desde el palco de la autoridad, eso no fue impedimento para que le concediera la otra oreja que le posibilitó la salida a hombros en medio de la algarabía de un público que vino a disfrutar, en su pueblo, de la Fiesta y todos esos matices que enriquecen una tradición eminentemente popular.

Ficha
Valera de Abajo (Cuenca), España.- Lleno de "Agotado el boletaje" del aforo completo, en tarde espléndida. Toros de la ganadería de Miura, disparejos en presentación, buenos en su conjunto, de los que destacaron el 2o. y el 6o. por su nobleza y calidad, este último premiado con vuelta al ruedo. La rejoneadora Ana Rita: Oreja tras aviso y oreja. Andrés Palacios (teja y azabache): Silencio en su lote. André Lagravere "El Galo" (blanco y azabache): Oreja y oreja tras aviso. Incidencias: No se anunciaron nombres ni pesos de los toros. El festejo comenzó con 45 minutos de retraso hasta que estuvo llena la plaza.


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