La experiencia de Joselito quedó manifiesta en la labor con su primer toros, que habiendo sido pitado de salida por su falta de trapío, y que en el puyazo trataba de quitarse el palo, terminó por explotar sus cualidades mediante labor de poca respuesta en un principio.
Joselito metió al de Marrón en el engaño haciendo que, la falta de emotividad del astado, se tornara en continuidad en su embestida, sobre todo al final de la faena cuando ligó dosantinas seguidas de luquesinas, a lo que la gente respondió con fuerza, tanto que después de un pinchazo y estocada arriba, fue premiado con dos orejas y al toro se le dio un arrastre lento benévolo.
Después de recibir a su segundo con lances suaves, y tras un solo puyazo, el mayor de los Adame toreó con cadencia a "Castoreño", que tuvo buen estilo hasta que se fue apagando. Mató de una estocada caída que le granjeó otro apéndice solicitado por el público.
Si Leo Valadez triunfó fuerte la noche anterior en Huamantla, hoy en la Perla de la Sierra mantuvo ese paso y, en su desempeño con el capote, destacó el quite por saltilleras y los pares de banderillas que entusiasmaron a la gente. De rodillas empezó su faena con la muleta, continuando con muletazos estupendos siendo los naturales de trazo largo. Su deseo de triunfo lo llevó a excederse en el toreo de hinojos, terminando con buena estocada y fue premiado con dos apéndices.
Apenas le hicieron sangre a su primero en varas, al que también banderilleó levantando bien los brazos en tres cuarteos donde las palmas se sucedieron de par en par. Con la muleta, el joven hidrocálido realizó un trasteo que quizá faltó acoplamiento, y si a eso sumamos varios pinchazos, eso enfrió los ánimos de la gente y se retiró en silencio.
Aprovechando el viaje natural de su primero, Calita lo recibió con lances de rodillas en la zona de tablas. El ejemplar resultó flojo de manos y rodó varias veces por la arena, lo que sin duda afectó el quehacer de Calita, que lo despachó de un espadazo y dos descabellos. Silencio para el torero y algunos pitos al toro.
Manejó bien la capa ante "Cordobés", de menor presencia, y que, como sus hermanos, recibió poco castigo. El trasteo empezó en los medios con un cambiado de rodillas por la espalda para intentar prender la mecha de la emoción, lo que consiguió a medias ligando algunas series por ambos pitones y adornándose luego con manoletinas finales. Después, sucedieron las fatigas con los aceros para que le sonaran dos avisos y pitos.
Así concluyó esta feria de Teziutlán que, conjuntamente con la de Huamantla, en el estado de Tlaxcala, y a la que todavía le falta una corrida por celebrar, han traído la "normalidad" en cuanto a la celebración de ferias completas en medio de la pandemia, un hecho que ha revitalizado la actividad taurina del país.
Abrió plaza un rematado ejemplar de Zacatepec que fue codiciosos y correspondió al rejoneador Luis Pimentel, le clavó el primer rejón de castigo en buen sitio y a partir de ahí otros rejones y banderillas quedaron dispersos. El toro apretaba mientras Luis pasaba ciertos apuros con una de sus cabalgaduras en labor voluntariosa que terminó con varios intentos para matar a caballo y descabellar a pie para escuchar dos avisos.