Cuando a principio de la década de los años sesenta del pasado siglo se reanudaron –una vez más– las relaciones entre las torerías de España y México, vinieron a confirmar su alternativa varios toreros que son ya figuras históricas de esta Fiesta.
Me refiero, por su orden de presentación en la Plaza México, a Paco Camino, Juan García "Mondeño", Santiago Martín "El Viti", Diego Puerta, Joaquín Bernadó o Curro Romero y ellos venían representados por casas de apoderamiento como las de los Chopera o los Camará o por apoderados como Alberto Alonso Belmonte o Cristóbal Becerra.
Esos apoderados y representantes hispanos, por aquellos días, no solamente vinieron a arreglarle fechas a sus toreros recién alternativados, sino que se dedicaron a observar el ambiente taurino mexicano y con mucha atención, además, a los novilleros que marcaban el paso en su escalafón. Así, lograron el apoderamiento de toreros mexicanos como Abel Flores "El Papelero", Gabino Aguilar, Mauro Liceaga, Fernando de la Peña, Jesús Delgadillo "El Estudiante" y Guillermo Sandoval, a quienes llevaron a España y los pusieron a torear allá.
Óscar Realme, el torero
Ya había contado en alguna oportunidad que Óscar Realme se había vestido de luces por primera vez en las fiestas del año nuevo de 1954 en un pueblo del sur de Jalisco. Durante los años de 1955 y 1956 su actividad se concentra en el norte de México, particularmente en Ciudad Juárez, donde tiene un gran predicamento, pues en las novilladas que se daban en la plaza "Alberto Balderas" y posteriormente en la nueva Monumental, era casi un fijo en esos calendarios.
Decir que Óscar Realme surgió para la capital mexicana en "El Toreo" de Cuatro Caminos no es una exageración. Es de los novilleros que el doctor Alfonso Gaona empujó en esa etapa de su carrera empresarial, cuando la México estuvo cerrada entre 1957 y 1958. De las sesenta y tantas novilladas que dio en ese periodo salieron toreros como Raúl García, Gabriel España, Antonio Sánchez "Porteño", Felipe Rosas o Emilio Rodríguez. Y por supuesto, ya lo apuntaba, el personaje de estas líneas.
Reabierta la Plaza México, Óscar Realme torea allí diez novilladas entre 1959 y 1961 y se mete en el cartel de la "Oreja de Plata" en ese último calendario, en el que destacó la terna que formó junto con Eduardo Moreno "Morenito" y Mauro Liceaga, con los que alternó en los dos festejos que cerraron la temporada novilleril de ese año, ¡en el mes de diciembre!
La campaña de 1962
La prensa española del principio de 1962 ya anunciaba que Antonio Posada, hombre de confianza de la Casa Chopera, venía a México por toreros y de inicio, se nombraba a Alfredo Leal y a Óscar Realme, con la intención de ponerlos a hacer campaña por aquellas tierras. Óscar se presentó el 15 de abril en Palma de Mallorca en lo que sería una campaña breve, pero intensa, pues actuó en las principales plazas de aquellas tierras: San Sebastián, Zaragoza, Barcelona o Madrid, es decir, no rehuyó los principales escenarios.
De su actuación en Barcelona, el 21 de junio de 1962, junto a Efraín Girón y Carlos Corbacho, con novillos propiedad de María, Manuel y Pilar Sánchez Cobaleda, Eduardo Palacio, cronista del diario "La Vanguardia", escribió:
"El debutante Realme, de gran figura y moviendo muy bien los brazos con capa y muleta, dio ocasión en su primero a que el veterano David corriese al novillo a una mano en forma maravillosa, por lo que se le tributó una de las más encendidas ovaciones de la fiesta. ¡Qué primor! El azteca veroniqueó con garbo, y tales lances y los que de la misma factura dio en su quite, se ovacionaron. Cumplieron los de los rehiletes, y el diestro ofrendó a los graderíos la musicada faena… Un pinchazo escupido por el salmantino, y una gran estocada, valiéronle dar la única vuelta al ruedo de la tarde, con salida a los medios, entre unánimes aplausos…"
En Las Ventas se presentó el 26 de agosto, alternando con Rafael Montero "Rafaelete" y José Mata. Los novillos fueron de Manuel García Aleas. Aunque las crónicas consultadas no lo reflejan, los anuarios estadísticos señalan que cortó la oreja de su primer novillo y la vuelta en el que cerró plaza. Andrés Travesí, en el ABC madrileño del 28 de agosto siguiente, relata:
"Se presentaba en Madrid el mejicano Óscar Realme, que causó buena impresión. Es tranquilo, tiene buenas maneras y torea con una lentitud dominadora que agradó a los aficionados. Con el capote intervino en varias ocasiones, veroniqueando aceptablemente y en dos quites valientes con el capote a la espalda... Utilizó Óscar Realme ambas manos en la faena, en la que hubo pases meritorios… Mató de una casi entera..."
Esa actuación le valió volver a Las Ventas el 4 de octubre, tarde en la que para lidiar novillos de Antonio Ordóñez (1º, 2º, 4º), Carmen González de Ordóñez (3º, 6º) y El Pizarral (5º), fue acartelado con Alejandro García Montes y Luis Parra “Jerezano”. De esta actuación suya, escribió Antonio Díaz – Cañabate en el ABC de Madrid del día siguiente al del festejo:
"El cuarto es de don Antonio. De la primera vara se sale suelto. Cumple en las otras dos. Llega a la muleta aplomado. Y Óscar Realme, que tan a placer pudo torear al primero, nos sorprende esforzándose en torear a éste que con tanto trabajo y desgana embiste. Y lo torea, y, además, con lentitud, un tanto sosa, pero muy torera. ¡La lentitud en el toreo! Sin ella el buen arte de torear es imposible... Aplaudo con todas mis ganas la lentitud de Óscar Realme. Fue un reposo. El reposo de un suspiro. Y, asimismo, lentamente, dejándose ver, entró a matar y cobra media estocada. Dio una merecida vuelta al ruedo, que en balde quisieron impedir unos cuantos gritos completamente injustos..."
Cerró ese calendario actuando nuevamente en Madrid, en su tercera actuación en ese ruedo, con el rejoneador David Ribeiro Telles, Amado Ordóñez y Paco Villar, siendo los novillos de Antonio Pérez de San Fernando para rejones y del Conde de Villafuente Bermeja para los de a pie. Quien firmó como "Interino", en el número de "El Ruedo" salido a los puestos el 25 de octubre de 1962 expresó:
"Confirmamos que Realme puede llegar a ser un buen torero. Tiene figura y sabe hacer el toreo que tanto gusta ahora a las multitudes: bonito y al mismo tiempo hondo, largo, templado, serio. Estuvo con mucho decoro en un novillo, en cambio al tercero le hizo una faena merecedora de oreja. Faena completa, exquisita, limpia. Y valiente. El novillo lucía un par de cuernos imponentes, tremendos, capaces de poner cautela en el torero más fanfarrón. Realme, sin amilanarse, hizo cosas con sabor y sapiencia, sin miedo. Esto que parece sencillo no lo es, ni sencillo ni frecuente…"
Ese fue el colofón de una temporada de 11 actuaciones, en las que dejó un cartel importante que le abriría las puertas de las plazas –y de los despachos– para el siguiente calendario.
El regreso al año siguiente
El arranque de la campaña del año 63 fue más comprometido pues se produjo el 11 de mayo en Sevilla, con Gastón Santos –también debutante– Curro Montenegro y Luis Parra "Jerezano". Sin trofeos, volvió a causar una excelente impresión. De allí, el 26 de ese mismo mayo, va a Madrid al cierre de la Feria de San Isidro y el 2 de junio en Valencia es sacado a hombros a pesar de no cortar orejas, que le fueron pedidas, y al serle negadas quien presidió el festejo se llevó la consecuente bronca y el torero la salida en aires de triunfo grande.
El 13 de junio va a San Sebastián de los Reyes para alternar con Manuel Álvarez "El Bala", Juan Calleja y José María Aragón en la lidia de novillos de Núñez Hermanos. Sobre esa tarde, Joaquín Jesús Gordillo escribió en el número de "El Ruedo" fechado el 20 de junio de 1963 lo siguiente:
"Óscar Realme alargó la faena a su primer enemigo, buscando el lucimiento, que no llegó. Un pinchazo, una entera y descabello al primer intento. Silencio. Al novillo lidiado en quinto lugar Realme le instrumentó una buena faena sobre ambas manos, con empaque, temple y buen gusto. Un pinchazo y media. Dos orejas".
El 25 de julio toreó en su última novillada en Madrid y tres días después regresó a la plaza francesa de Vichy. Y de allí a prepararse para la alternativa que sus apoderados le tenían programada para la feria de Oviedo, en septiembre, en uno de los principales carteles de ese ciclo, pues le apadrinaría Diego Puerta y sería testigo de la ceremonia Manuel Benítez "El Cordobés", con toros de Atanasio Fernández.
La tarde de la alternativa, el 21 de septiembre de 1963, que recibió estrenando un vestido azul purísima y oro, la saldó dando la vuelta al ruedo tras la muerte del toro de la ceremonia y saliendo al tercio tras la muerte del que cerró plaza en la columna del "haber" y en la otra, sacó la fractura de un metacarpiano de la mano derecha al golpearse con la empuñadura de la espada tras de un pinchazo.
La confirmación en Madrid estaba dispuesta para el día siguiente. El padrino sería José Martínez "Limeño" y tanto Óscar, como José María Montilla ratificarían sus alternativas ese día ante toros de Francisco Ramírez. Por delante salió el caballero en plaza Rafael Peralta ante un novillo de Clemente Tassara. Las molestias en la mano derecha y el nulo juego de los toros salidos ese día, dieron al traste con las ilusiones de ambos confirmantes. Antonio Díaz Cañabate, en su tribuna del madrileño ABC, escribió:
"El sueño de Montilla y de Realme no pudo lograrse, no por culpa suya, sino de los toros que fueron mansos. Ya sabemos que esto puede no importar. Lo malo que tuvieron es que no se dejaron dar dos pases... Realme se limitó en el segundo a torearle con la izquierda, que, al resultarle fallido, desistió... El sexto tenía que ser cojo a la fuerza... y como el presidente, con muy buen acuerdo, se negara a devolverlo, pues el toro ni presentaba asomos de cojera, los chillidos, destemplados y continuos, impidieron a Realme que toreara y lo mató de media y dos pinchazos..."
Esa tarde vino a ser el colofón de un par de temporadas en las que toreó 22 novilladas en las principales plazas de España –Madrid, Sevilla, Barcelona, Valencia, Zaragoza, San Sebastián– y hacer notar que en la capital hispana se presentó en seis ocasiones en novilladas y en la tarde de su confirmación de alternativa. A todo ello habrá que sumar que la tarde de su alternativa se estrenó la pieza "Óscar Realme, pasodoble torero", del compositor granadino Fernando Arquelladas.
De los novilleros que fueron llevados a España al inicio de la década de los 60 recibieron allá la alternativa Guillermo Sandoval, Fernando de la Peña y Jesús Delgadillo "El Estudiante" en Barcelona; Óscar Realme en Oviedo, Abel Flores "El Papelero", en Sevilla y Gabino Aguilar en Madrid. Todos la confirmaron en Madrid, con excepción de Abel Flores y, por supuesto, Gabino Aguilar, quien no tenía por qué hacerlo.
De vuelta en México
Óscar Realme regresó a México a intentar continuar su carrera de matador de toros. Lo hizo en tiempos convulsos para la actividad sindical de los toreros y eligió el bando que a la postre resultó ser el que sacó la peor parte del conflicto. Apenas pudo sumar 23 o 24 corridas de toros en la siguiente década por esa causa.
Eso le permitió concluir sus estudios de Economía y dedicarse al ejercicio de su profesión, que le llegaba por la vía paterna, pues su padre fue un destacado economista y funcionario de diversas entidades de la administración pública mexicana.
El 21 de julio de 1974 en la plaza Monumental de Monterrey se produjo su despedida no anunciada de los ruedos. La corrida se organizó para la despedida de su contemporáneo Fernando de la Peña y completaría el cartel el hidrocálido Jesús Delgadillo "El Estudiante" con toros de La Playa. Esa fue la última vez que vistió el terno de luces, poco más de dos décadas después de que lo hiciera por primera vez.
Óscar Realme falleció en Monterrey, Nuevo León, el 1 de agosto pasado. Este lunes 8, hubiera cumplido 85 años de edad, y quisimos recodarlo de esta manera, pues su paso por el toreo, aunque un tanto fugaz, tuvo su importancia en una época plagada de buenos toreros, tanto aquí como allá.