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Otra corrida triunfal en Monterrey

Domingo, 20 Jun 2021    Monterrey, N.L    Martín Banda | Foto: Toño Ortiz          
El Zapata y Silveti cortaron dos orejas, por una de Sergio Garza
El sueño de todo ganadero es que sus toros embistan y se presten al lucimiento de los toreros, como ocurrió esta noche en la Monumental Monterrey "Lorenzo Garza", donde cuatro de sus seis ejemplares fueron aplaudidos por el público tras su lidia, y premiado el quinto por la autoridad, con el arrastre lento.

Fernando Pérez Salazar, ganadero de Arroyo Zarco, debió sentirse satisfecho al tener un grato regreso al coso de la colonia Del Prado, en esta tarde en la que los tres espadas tocaron pelo, durante la segunda corrida triunfal consecutiva en la reactivación regiomontana.

De ellos fue Uriel Moreno "El Zapata" el que salió con la mayor cosecha, tras conseguir el primer apéndice de la tarde luego de una labor completa y variada de capa y muleta y muy arrojada en el tercio de banderillas, donde dejó los seis palitroques inhiestos hacia arriba, en tres sensacionales pares al violín.

El tlaxcalteca, que destila un aroma añejo en su tauromaquia y atrapa la atención de los aficionados, supo llevar suavemente las embestidas del toro que abrió plaza, tirando de él en los muletazos por ambas manos, sin forzarlo y adornándose en el momento justo.

Pero si bien estuvo en su primero, con el cuarto de la función se superó y tras dos largas cambiadas de recibo, el Par Monumental del segundo tercio levantó al público de sus asientos y ovacionó al diestro en una clamorosa vuelta al ruedo. 

Seis cadenciosos muletazos rodilla en tierra, en un palmo de terreno, fueron el preámbulo de lo que vendría después al acoplarse a las embestidas que le regaló el astado, que tuvo calidad y recorrido. Así, un recuerdo de Curro Cumbre en el cite psicodélico, ligado con la vitolina en el centro del ruedo, fueron parte de un repertorio variado de El Zapata que se sintió arropado por el público regiomontano, mientras que en la arena seguía ligando los muletazos con la mano baja al más puro estilo del tlaxcalteca. Un estoconazo en buen sitio por una faena tan completa, le hicieron merecedor de las dos orejas que paseó alegremente, devolviendo las prendas de vestir de los aficionados. 

Diego Silveti tuvo quizá ayer su tarde más redonda de cuantas ha toreado en la Monumental, y diríamos que el público regresó de la pandemia con un gusto inusual por apreciar la labor del guanajuatense.

El hijo del Rey David es un artista con planta de torero fino, consciente de la responsabilidad de agradar al público y que se manifiesta en saber dosificar los minutos sustanciales de la faena de muleta, que van in crescendo desde su comienzo con el pase cambiado por la espalda, las series templadas de recios y sobrios muletazos, hasta las escalofriantes y ceñidas manoletinas. Fue una pena que tras la estocada tuviera que recurrir pronto al descabello en dos ocasiones, perdiendo de esta manera las dos orejas que ya tenía en la espuerta.

El quinto fue otro buen toro de Pérez Salazar, a quien había brindado la faena, en el que estuvo lucido y variado en los quites y esmerado en el último tercio en el que hizo disfrutar de su toreo parsimonioso. Mató de estoconazo y cortó las dos orejas que compartió en la vuelta con el ganadero.

El tercero de la terna, el regiomontano Sergio Garza, es un torero todo voluntad y entrega, aunque sigue adoleciendo de la calidad y técnica que sus alternantes han ganado a través de los años, tentaderos y corridas.

Desde su alternativa y aún antes desde novillero, el toreo de Garza se distingue por varias cosas: primero, por la gran cantidad de público amigo o vecinos que le acompañan en los tendidos, o bien del que no siéndolo, se siente atraído por la frescura que parece mostrar el benjamín de los regios.

Sin embargo, vámonos por partes, sus primeros lances siempre van acompañados del grito angustioso del "¡ay!" de la gente. Casi siempre que se va a la puerta de chiqueros sucede algo y pocas han sido las tardes que el efímero lance del que después casi nadie se acuerda, le resulta limpio.

El segundo tercio es el que más domina el regiomontano y que le acarrea carretadas de aplausos. En el repertorio no puede faltar el par al violín y el quiebro de bandillas cortas al hilo de tablas. Lamentablemente, después de esto, en el último tercio sus faenas decaen.

No logra mantener el ritmo, ni el éxtasis en sus seguidores y sí en cambio se le ve apurado. Al final, nuevamente con la espada es un cañón y es entonces cuando el público se reanima y le aclama jubiloso con gritos de "¡torero, torero!", y exige al juez los premios.

Tal cosa sucedió ayer. Ante su primer toro, que fue el lunar del encierro, no tuvo materia para intentar ligarle los muletazos y para colmo, al intentar descabellar fue alcanzado y resultó con una herida sangrante en la ceja izquierda, y frente al segundo de su lote cuando debió aprovecharlo cabalmente, se vio mermado y dolorido en sus facultades físicas después de que, otra vez en un intento de lance de recibo en los medios con una larga cambiada, se lastimó alguna costilla y se vio sofocado al tomar el engaño.

A lo largo de la lidia hizo lo que pudo, mató de estoconazo en buen sitio que hizo doblar a la res, pero casi de inmediato se fue desfallecido en brazos de las asistencias a la enfermería, de la que ya no salió, y hasta donde su cuadrilla le llevó la oreja que le habían otorgado.

Sergio deberá mejorar mucho, aprovechar la voluntad que tiene y sostener el ritmo de una faena cuya parte medular y esencial para la retina, la de la franela, esa todavía no se le da…. 

Ficha
Monterrey, N.L.- Monumental "Lorenzo Garza". Segunda corrida de la temporada. Tres cuartos del aforo permitido (unas 3 mil 500 personas), en tarde calurosa. Toros de Arroyo Zarco, bien presentados, de juego desigual, de los que destacaron 1o., 4o. y el 5o. por su calidad, premiados con arrastre lento. Pesos: 500, 512, 540, 484, 500 y 514 kilos. Uriel Moreno "El Zapata" (caña y azabache): Oreja y dos orejas. Diego Silveti (rosa y oro): Ovación y dos orejas. Sergio Garza (grana y oro): Leves palmas tras dos avisos y oreja. Incidencias: Destacó en varas Salomón Azpeitia, que picó muy bien al 5o. Al concluir la lidia de dicho toro, Silveti invitó al ganadero Fernando Pérez Salazar a dar la vuelta al ruedo. Garza ingresó a la enfermería para ser atendido de un golpe en las costillas, mismos que el 6o., le propinó de salida, y por ello la oreja concedida la paseó su cuadrilla. Antes de que comenzara el paseíllo, el juez de plaza Antonio Quiroga Escamilla informó por la megafonía que la empresa iba a ser acreedora a una multa por no haber habilitado más puertas de acceso al coso, y por ello la corrida comenzó con un breve retraso de cinco minutos. La medalla conmemorativa de Eloy Cavazos, donada por la peña taurina "El Toreo", se le entregó a El Zapata Silveti, que no quisieron salir a hombros por respecto a su compañero, que se encontraba en la enfermería.


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