La ganadería de San Constantino aprovechó el tiempo de pandemia no sólo para lidiar muchos toros a puerta cerrada, y continuar con su trabajo genético, sino que también se dio a la tarea de diseñar un estribo derecho para la montura de picar, que ayude a disminuir las lesiones en el ganado.

Inspirado en los utensilios para la lidia que se inventaron en España recientemente, y con la necesidad de mejorar ese aspecto para la lidia, se realizó un diseño especial de dicha parte de la montura que ya fue probado con éxito a lo largo de los últimos meses.

La diferencia de este estribo con el que se usa de manea tradicional, es que no tiene bordes ni ángulos en el metal del que está hecho. La parte frontal es redonda y evocan aquellos estribos de tapadera usados por los vaqueros mexicanos en sus labores del campo.

El estribo está cubierto con fieltro, a manera de amortiguador, y se cierran con una cubierta en piel que evita que los toros, novillos o vacas se rompan los pitones o se fracturen el cráneo, que también ocurre de vez en cuando, y su utilización frecuente ha servido para probar su eficacia.

Dicho estribo, por el rancho donde ha sido comprobada su utilidad y buen funcionamiento, se le bautizó con el nombre de "El Colomo", y el ganadero Juan Pablo Corona mandó fabricar una docena para obsequiarlos a distintos ganaderos para que lo puedan probar en sus respectivas fincas y se tenga más información sobre su eficacia.