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Gallos con espolones, pero sin espadas

Domingo, 30 May 2021    Guadalajara, Jal.    Felipe Aceves | Foto: Óskar          
Adame y Garibay rivalizaron pero perdieron trofeos con los aceros
Hoy la tarde pintaba de maravilla: tendidos pletóricos, ambiente "chipén", hermosas mujeres, aficionados plenos de ilusión, porque esperaban ver un festejo por todo lo alto; aunque sí lo fue en cuanto a la organización, pero no en cuanto al resultado final. Sin embargo...

La parroquia fue a ver al aguascalentense Alejandro Adame y al tapatío –de quien ya se hablan cosas buenas– Julián Garibay, los novilleros más destacados de una exitosa temporada novilleril en el cortijo "Los Fernández". Y un hierro que ilusionaba –el de San Pablo–, cuyo encierro que se lidió anteriormente había mostrado muchas prestaciones para el buen toreo.

Pero el hombre propone, Dios dispone… viene el toro y todo lo descompone. Mas no le achaquemos toda la responsabilidad al hierro alteño. Yo comenzaría por los afiladores de espadas del par de toreros actuantes.

Porque tanto Alejandro Adame, como Julián Garibay se entregaron en serio. Particularmente el menor de los Adame, quien le paró bola a un toro hecho y derecho que hizo cuarto de tanda. Vaya forma de exponer. Un toro negro, muy serio, cornipaso muy armado, con edad y romana, le pidió los documentos a Alejandro. Y Adame aceptó el reto.

Había que estar cerca, aguantarle horrores, no perder los papeles cuando probaba, tocarlo con suavidad y llevarlo con temple, siempre bien toreado, sobre todo con la zurda. Faena importante con tufo a hospital, que los tendidos supieron apreciar a cabalidad. El piquero Juan Cobos, quien  por sus buenos oficios mereció una ovación por otro puyazo al primero de Alejandro, soberbio estuvo en éste toro: cosechó una atronadora ovación de pie.

Hasta que vino el ¡Aaaaaa! de decepción por el pinchazo en el intento a matar recibiendo. Luego las de Caín, hasta escuchar dos avisos y acompañado por el silencio retirarse al callejón.

Por su parte, Julián Garibay hizo lo propio, especialmente con el quinto de la tarde. "Mara", un cárdeno muy armado, vuelto de pitones, que tuvo poco recorrido, que sabía lo que se dejaba atrás, y que terminó por coger de fea manera al tapatío.

De que Alejandro y Julián se jugaron el físico no quedó la menor duda. Lástima de sus fallos con la toledana. Otro gallo –también a nosotros– les habría cantado.
Completó el cartel, el aspirante a novillero Jairo López, quien a la postre fue el único llamado a salir al tercio a recibir una ovación.

Para concluir, muchas felicitaciones a don Carlos Fernández, a Ernesto Castellón y su hermano Erick, equipo que echó a andar con mucha visión y buena organización esta exitosa temporada de novilladas en este bello escenario vecino de la ciudad de Guadalajara.

Ficha
Tonalá, Jal.- Cortijo "Los Fernández". Sexta y última novillada, de triunfadores. Lleno del aforo permitido en tarde calurosa. Cinco novillos de San Pablo, bien presentados, de juego variado. Pesos: 340, 418, 442, 465, 447 y 420 kilos. El becerrista Jairo López: Ovación. Alejandro Adame: Silencio tras aviso y silencio tras dos avisos. Julián Garibay: Silencio en su lote, y también en el de regalo. Incidencias: Los trofeos Ismael Fernández "El Charro" que había puesto a disposición la empresa, y el trofeo que iba a conceder la peña "Mal de Montera, fueron declarados desiertos. La peña taurina Guadalajara entregó un reconocimiento al aspirante a novillero Jairo López, que saludó la única ovación de la tarde.


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