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"A ver quién es el gallo": Julián Garibay

Sábado, 29 May 2021    CDMX    Redacción | Foto: Óskar Ruizesparza     
Habla de su mano a mano de mañana con Alejandro Adame
Una nueva rivalidad taurina y entre dos estados vecinos podría surgir este domingo en la novillada de triunfadores del cortijo "Los Fernández", de Guadalajara, si entre Alejandro Adame Julián Garibay demuestran tener los espolones bien puestos como todo gallo de pelea.

Y no obstante que la diferencia de años entre ambos en las filas novilleriles es amplia, en el ruedo hasta el saber lidiar con la suerte, a pesar de los años, es un punto y aparte.  

"Va a ser diferente, obviamente. No estamos al mismo nivel, pero lo que sí va a haber será un agarrón muy importante y una entrega máxima de ambos. Será algo muy parejo en relación con la entrega, y que gane el mejor; no técnicamente, sino de corazón, y veremos quién puede obtener el triunfo y es el gallo", auguró Julián Garibay, la carta fuerte por Jalisco.  

A sus 19 años, Julián sabe que la Fiesta necesita algo más que el frío triunfo numérico de las orejas y los rabos cada tarde.  

"Ya hace falta esto, que haya expectación y buscar este tipo de rivalidades, así que nuestro mano a mano del domingo va a estar emocionante y ojalá la gente pueda ir a verlo".

El nieto de El Cartero

Julián es el menor de tres hermanos, pero el único atrapado por "esta locura del toreo", según explica:  

"Nací un 16 de agosto de 2001, en Guadalajara, y mi gen taurino proviene de mi abuelo materno, Jesús Gómez "El Cartero", quien fue banderillero y empresario de pequeñas plazas en su tiempo, pero a quien no tuve la fortuna de conocer. Por eso creo que a mí me nació la idea de querer ser torero desde antes de nacer e ir a la plaza de toros, ya que toda mi vida han sido toros y gracias a eso ahora estoy donde estoy". 

Según le cuenta su madre, desde muy niño jugaba con los avíos de torear, de esos que se venden en los puestos que ponen afuera de las plazas y Julián jugaba a banderillear los sillones de su casa.  

"Así fue como comencé en este mundo, jugando. En el departamento donde vivíamos era muy pequeño, así que cuando jugaba rompía muchas cosas y mi mamá se enojaba. Al poco tiempo diría que mejor me fuera a la plaza de toros a molestar y así es como comencé desde los seis años a ir a jugar a la Academia Taurina de Guadalajara".  

Su palmarés, ya en serio, comenzó a tomar forma cuando toreó por primera vez una becerra a los 8 años.  

"De ser un juego se convirtió en un estilo de vida, una forma de vivir y de querer seguir viviendo. De momento sigo con la misma ilusión y los ánimos que tenía ese niño yendo a jugar a la plaza, imaginándose salir por la Puerta Grande de todos los sitios. Eso es lo bonito de esto y lo que me sigue dando muchos motivos para continuar peleando y cumplir los sueños que ese niño tenía", dijo. 

Antonio Bricio, su maestro

Estando en la Academia conoció a Antonio Bricio, quien era el director y con el tiempo su maestro y apoderado, quien lo llevó a la ganadería de San Constantino, de la que actualmente el matador también es el administrador.  

"Estuve viviendo en la ganadería desde finales del 2017 hasta finales del 2018 y ya en 2019 viajé a España donde tuve la oportunidad de torear varias novilladas sin caballos y participé en varias clases prácticas, antes de regresar y que se decretara la pandemia".

En ese primer viaje a España, Julián fue alumno de la Escuela Taurina de Colmenar Viejo, que dirige el maestro Carlos Aragón Cancela, propietario también de la ganadería Flor de Jara y apoderado de Isaac Fonseca.  

"Luego de estar un par de meses en la casa del matador Ángel Sánchez, me fui a vivir a la ganadería donde compartí con Isaac y el matador Jacobo Hernández. En ese tiempo tuve la oportunidad de torear 10 novilladas sin caballos y ocho clases prácticas. Hice bastante campo y luego de llegar aquí, sólo me quedaron las ganas de regresar para allá, porque cuando fui a renovar la visa de trabajo, se cerraron las fronteras por la pandemia".

El haber entrenado todos los días en la plaza de Colmenar Viejo, remueve quiérase o no, un recuerdo trágico en la historia contemporánea de la Fiesta de los últimos 40 años.  

"Es una plaza con mucha historia, lo que más marca es la muerte de Yiyo en 1985. Él fue un torero que a muchos nos ha inspirado y que nos demuestra que esto no es un juego y que se puede perder la vida. Entrenar ahí en esa plaza es un principal motivo para querer ser como él, y queda en claro que esto no es un juego y hay que tomarlo en serio", agregó el novillero.  

Y son originarios de España, precisamente, los toreros que más huella han dejado en Garibay, hasta el momento.  

"De todos los toreros trato de fijarme siempre, trato de agarrar un poco ya que nunca se deja de aprender, desde el que va empezando hasta el que tiene más años retirado.  Pero los que más me entusiasman y admiro son Paco Ureña, El Juli, Talavante, Manzanares y Morante", comentó.

El debut, en "La Taurina" de Huamantla

Su debut con picadores tuvo lugar hace un par de meses, en Huamantla, Tlaxcala, el 13 de marzo de este año, cuando enfrentó a un novillo de Pozo Hondo.  

"Ese día tuve la oportunidad de cortarle las dos orejas a mi novillo y un debut soñado de salir a hombros. Sirvió para volver a tener ilusiones, seguir trabajando y volver a la lucha tras la pandemia que todavía enfrentamos", agregó.  

En su corto andar en la fiesta, Garibay reconoce a quienes le están ayudando a dar vida a sus sueños: a su maestro Antonio Bricio y al ganadero Juan Pablo Corona, de San Constantino, donde en días pasados tuvo un intenso entrenamiento -mañana, tarde y noche- tanto físico como toreando a puerta cerrada, según dan fe las fotos de Óskar Ruizesparza que ilustran esta información.

"Al matador Antonio lo conozco desde los 11 años y es casi como un papá para mí, lo veo de esa forma, juntos compartimos mucho tiempo y lo veo a él más que a mis padres. Ha sido el hombre que ha confiado en mí, más que yo mismo. Ha visto muchas cosas en mí y me ha ayudado a crecer como persona. Nuestro proyecto va dando muchos frutos y sólo me queda seguir entrenado y seguir mejorando para juntos alcanzar nuestro objetivo". 

Luego se refirió también al ganadero Corona y a su familia.  

"Me tiene también como su hijo aquí en su casa y me ha apoyado muchísimo. Ha sido una de las personas que más ha confiado en mí y si no fuera por el apoyo que me ha dado no sé dónde estaría. Es parte fundamental de este equipo y solamente le puedo estar muy agradecido por todo el apoyo que he recibido de su parte". finalizó.

Con estos antecedentes e ilusiones, Garibay tiene este domingo en "Los Fernández", la intención clara de imponerse a Alejandro Adame, cuando ambos se enfrenten a los novillos de la divisa de San Pablo. Y como se dice coloquialmente: "A ver de qué cuero salen más correas".


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