recibió el alta hospitalaria y se mostró muy contento de haber superado este trance tan difícil, luego de una valiente actuación en el Palacio de Vistalegre donde resultó herido el pasado lunes 17 de mayo.
"Estoy muy agradecido con todo el equipo médico que estuvo cerca de mí en estos días tan difíciles, sobre todo al doctor
Crespo y al doctor
Muñoz Calero, que son nuestros ángeles de la guarda que están siempre ahí presentes para que nosotros nos juguemos la vida. También quiero agradecer a toda la gente que mostró su cariño y buenos deseos, que me han dado esa fuerza moral para salir adelante", comentó
Perera.
Acompañado de su apoderado, el maestro Juan José Padilla, que todo el tiempo estuvo atento a la evolución del torero herido, dejó el Hospital de Nuestra Señora de Rosario, donde permaneció bajo la vigilancia del doctor Enrique Crespo Rubio y su gran equipo de trabajo, que en esta Feria de San Isidro también atendieron a Pablo Aguado, que el sábado se fue a su casa de Sevilla, y siguen pendientes del estado de salud del banderillero Juan José Domínguez, que todavía está ingresado.
En los últimos estudios realizados a Perera, el doctor Alberto Muñoz Calero, que también se encargó de revisar todo el proceso de su recuperación, no se encontraron alteraciones en el funcionamiento del intestino, otro hecho que representa un paso adelante en la mejoría del novillero extremeño.
Perera espera poder volver a retomar sus entrenamientos físicos en unos cuantos días, una vez que le hayan retirado los puntos de la herida, que en este caso están localizados en dos partes distintas del vientre.