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Despiden al picador Nacho Carmona

Martes, 26 Ene 2021    CDMX    Redacción | Foto: Archivo   
Murió hoy en un hospital de Ecatepec a causa del Covid-19
El picador Ignacio Carmona fue despedido por familiares y amigos a la edad de 84 años, y tras haber fallecido a causa de Covid-19 en el Hospital Las Américas de Ecatepec, Estado de México, y, por desgracia, su nombre se suma a la lista negra que la Fiesta comenzó a escribir desde el año pasado.

Ignacio Carmona Rodríguez nació el 16 e mayo de 1936 en el barrio de Tacubaya de esta capital, y desde muy joven se empeñó en ser picador como lo habían sido su padre, Ignacio Carmona Sandoval, y su abuelo, Ignacio Carmona Carmona, por lo que se presentó como aspirante en 1952, cuando apenas contaba 16 años.

Al cabo de un tiempo realizó su examen profesional en la localidad mexiquense de Tenancingo, donde en 1954 actuó al lado de los matadores Guillermo Camacho y Gabriel Soto, con toros de Xajay. Desde entonces comenzó una importante escalada en las filas de los subalternos en las que permaneció durante varias décadas como un baluarte de una dinastía en la que también se cuentan, entre otros, sus tíos José y Ricardo; su hermano Arturo; su primo Benigno González Carmona, y los dos hijos de éste, ya fallecidos, lamentablemente: Luis Miguel y Juan Pablo, así como otros más de sus sobrinos, Alfredo y Carlos Ibarra Campos.

Nacho Carmona, como se le conocía en el ambiente taurino, toreó en las cuadrillas de Alfredo Leal, Manolo Martínez, Eloy Cavazos (al que acompañó a sus temporadas en España), Curro Rivera y Manolo Arruza, hasta que se retiró de la profesión el 22 de abril de 1982 en la Plaza México, tarde en la que Antonio Urrutia se doctoró de manos del propio Manolo, ante la presencia de Miguel Espinosa "Armillita", con toros de Los Martínez.

A partir de entonces se mantuvo vinculado a la fiesta de los toros alentando a las nuevas generaciones de su familia, como fueron sus sobrinos que también incursionaron con éxito en las filas de los picadores, o su nieto, del que se sentía muy orgulloso.

Nacho era un hombre risueño y simpático, de trato muy afable, al que se le va a extrañar mucho. Deja a su hija Rocío y a sus siete nietos, tres de los cuales son hijos del picador fallecido Rodolfo. Desde aquí enviamos nuestro más sentido pésame a todas su familia. Descanse en paz este excelente torero de a caballo.


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