Este viernes se cumplen 65 años de la confirmación de alternativa del maestro poblano Joselito Huerta, misma que recibió la tarde del 25 de diciembre de 1955, en la Plaza México, de manos de Antonio Velázquez, y bajo el testimonio del venezolano César Girón.

El ejemplar de la ratificación se llamó "Limonero", de La Punta, y Huerta salió a hombros al cortarle las dos orejas al sexto de la tarde. Este hecho se concretó apenas tres meses después de su doctorado en la feria septembrina de San Miguel de Sevilla. Y luego hizo lo propio en Las Ventas de Madrid, meses más tarde, el 10 de mayo de 1956, llevando como padrino a Antonio Bienvenida y, como testigo, fungió Chicuelo II.

Además de sus éxitos en territorio mexicano, donde se convirtió en pieza fundamental de temporadas y ferias, el maestro Joselito Huerta tuvo también interesantes y triunfales temporadas europeas durante la década de los sesenta, en plazas del calibre de Madrid, Bilbao, Valencia o Málaga.

Figura indiscutible del toreo, dueño de una tauromaquia honrada y poderosa, sin estar exento de graves percances, Joselito Huerta cortó ocho rabos como matador en la Plaza México, misma cifra de Rafael Rodríguez y Eloy Cavazos, solamente superado por los diez que cortó Manolo Martínez.

El primero de los máximos trofeos de El León de Tetela fue al toro "Talismán", de Piedras Negras, el 22 de enero de 1956. El último rabo en la capital de la República Mexicana lo obtuvo el día de su despedida, al cuajar a un toro de nombre "Huapango", la tarde del 28 de enero de 1973.

El maestro poblano Joselito Huerta murió la noche del 11 de julio de 2001, hace casi 20 años, en lo que constituye una efeméride importante debido a la huella y trascendencia que este destacado torero dejó en la Fiesta mexicana y también a nivel internacional, en la que destacó por su indómito carácter.