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"Rompí algunos récords": Antonio Bricio

Viernes, 11 Dic 2020    CDMX    Martín Banda | Foto: Archivo     
El tapatío habla de sus experiencias al cumplir 20 años de alternativa
Reunido con su familia y en el ambiente típico de una ganadería, la de San Constantino de su amigo Juan Pablo Corona, el tapatío Antonio Bricio celebró su vigésimo aniversario como matador de toros, pues fue el 10 de diciembre del 2000 en la plaza "Nuevo Progreso" de Guadalajara, cuando Eloy Cavazos, con el testimonio de Enrique Ponce, le cedió la muerte del toro "Trovador", de la ganadería de Vistahermosa. 

"Me ha tocado de todo en estos 20 años. He vivido momentos muy gratificantes como fue el volver como matador de toros a España en 2001, cuando llegué a torear 12 corridas, pero luego ya no logré confirmar mi alternativa y fue una espinita que me quedó clavada, después de haber sido el número uno del escalafón novilleril en la temporada del año 2000", recuerda Bricio. 

En el nuevo milenio, el diestro nacido en Guadalajara el 28 de febrero de 1979, logró dos marcas importantes como novillero en España. 

La primera, haber sido entonces el último novillero que había superado a Luis Castro "El Soldado", en número de más festejos toreados en el escalafón al sumar 51 en el año, sobre 34 que había alcanzado el diestro de Mixcoac en la década de los 30.

El segundo récord fue superar al Ciclón, Carlos Arruza, quien en 1947 lideró el escalafón taurino en España, hecho que superó Bricio en el 2000. Luego de ahí partió a Lima, Perú, donde se despidió como novillero en la Feria de Octubre, antes de tomar la alternativa en Guadalajara. 

"Como matador en activo tuve momentos muy buenos en varias temporadas. Fui triunfador en Guadalajara en el 2003-2004 y obtuve varios escapularios en Perú, donde también hice campañas, pero lo más gratificante que siento es haber formado una familia, con mi esposa Nayeli y mis tres hijos, Mariana, Paulina y David y estar en una ganadería, que es lo que todos los toreros llegan a soñar: terminar su vida en una ganadería y ahorita estoy en la de San Constantino, con Juan Pablo Corona, donde vuelvo a vivir con la misma pasión de cuando toreaba esta nueva faceta de mi carrera", agregó. 

Bricio se mantuvo en activo hasta el 2012, cuando decidió guardar en el armario el traje de luces, sin cortarse la coleta. Había dejado atrás un palmarés muy regular de 312 corridas de toros, con aproximadamente 300 orejas y 7 rabos cortados. Su última corrida fue en Amatitlán, Jalisco, en el 2012, cuando decidió dejar de torear porque ya no había ni para los gastos. 

"Lo que me quitó de matador fue la falta de ilusión. Hubo un momento en mi carrera que no había contratos, fue difícil. En mi libro Una lección de vida, que me hizo el favor de editar FCTH. Ahí narro lo que fue mi vida y por qué dejé de torear.  

Hubo momentos difíciles con mi familia, cuando uno es solo y no tienes para llevar comida a la casa es muy diferente a cuando ya dependen de ti tu esposa y tus hijos. Eso fue lo que me orilló a buscarme la vida y buscar trabajo por otras áreas, fue así como logré llegar a la Academia Taurina de Guadalajara donde fui director y ahí conocí al ganadero Juan Pablo Corona, que me invitó a formar parte de este proyecto de la ganadería". 

Al frente de la ganadería, como administrador, Bricio está por cumplir seis años el próximo febrero, cuando será el aniversario de fundación de esta casa jalisciense.

"En la ganadería estamos consiguiendo logros muy importantes en corto tiempo. Una ganadería es muy difícil, no sólo por alcanzar el toro que uno quiere, sino mantenerse. Es muy apasionante esta nueva faceta de mi carrera, estoy muy contento con los logros que vamos obteniendo y la idea es que pasando esta pandemia, que esperamos se reactive pronto, vayamos a todas las ferias importantes". 

Desde esa trinchera, Antonio Bricio quiere seguir dejando huella, apoyando a jóvenes novilleros que buscan ser alguien importante en la Fiesta. 

"Yo tuve la fortuna de tener prácticamente a los últimos maestros que más han dejado marca de ser buenos maestro como fueron Antonio Corbacho y David Silveti, mi mentor que fue muy importante en Pastejé. A los dos les estoy muy agradecido porque les aprendí muchísimo, sobre todo en la formación del toreo profundo, de lo que debe vivir y sentir un torero, de lo emocional y espiritual y proyectar al público". 

Así transcurrirá hoy el día de su aniversario, Antonio, al lado de su familia y amigos que siempre le han tendido la mano y han depositado en él la confianza de administrar esta prometedora ganadería.


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