Joaquín Sorolla nació en Valencia en 1863, y es considerado uno de los pintores más internacionales de España, que recoge la transición estilística entre los siglos XIX y XX, con la necesidad imperiosa de experimentar una modalidad pictórica diferente, donde las corridas de toros juegan una relevancia de primer orden dentro de su obra.
La pintura de Sorolla se caracteriza por un afán continuo de la búsqueda de la luz, por una absoluta preferencia por pintar lo natural y un permanente interés por la temática taurina, mucha de ella hecha por encargo de Archer M. Huntington, quien fundó la biblioteca The Spanic Society of América de Nueva York.
Para el entonces novedoso recinto, Sorolla debía pintar una serie de cuadros de gran formato. De los cinco dedicados a Andalucía, dos están inspirados en los toros, entre los que destaca "El encierro y los toreros". Por otra parte, su amistad con el financiero Pedro Gil Moreno de Mora motivó obras como: "Apunte de una corrida de toros", "El Picador" y el pequeño apunte "Capea en Torrente".
A través de la correspondencia con fecha de 1895, establecida con Gil Moreno, constancia queda de su obra: "Antes de la Corrida", –cuadro que ilustra la presente nota– que recoge el momento en que la cuadrilla se dispone a salir al ruedo, motivo que le sirve para mostrar el dominio de la luz y la sombra que se encuentra en los caballos de los picadores, frente al rojo vibrante de un monosabio que arregla la zapatilla de un torero.
En opinión de la investigadora Fátima Halcón, a Sorolla sólo le interesaba la tauromaquia desde el punto de vista cromático-artístico pero no desde la perspectiva del propio espectáculo que posiblemente, lo consideraría cruento, pues resulta sintomático que en su obra prescinde de plasmar algunas de las suertes de la corrida.
En su obra "Los Toreros", se compone por una serie de figuras masculinas que forman las distintas cuadrillas, pieza que se ha relacionado a la escena descrita por Blasco Ibañez en el capítulo décimo de "Arroz y Taranta", donde alude a la salida de la cuadrilla como: "el desfile de jacarandosas figurillas que a la luz del sol destacaban sobre la arena del redondel".
Aunque se sabe que asistió en vivo a gran cantidad de festejos taurinos en Andalucía, bien sabida es su contrariedad hacia el espectáculo que le provoca por un lado malestar y sufrimiento y, por otro, plasmar algunas de las más sugestivas obras en relación al tema taurino durante el siglo XIX.
Bibliografía:
Halcón, Fátima. "Sorolla y la pintura taurina", en Tauromaquia, Historia, Arte, Literatura y Medios de Comunicación en Europa y América. Universidad de Sevilla, 2016.