Utilizado como un accesorio para cubrirse la cabeza de las inclemencias del tiempo, como el sol, el frío y la lluvia, el sombrero ha sido desde tiempos inmemoriales una prenda de vestir que también ha distinguido el porte y nacionalidad de quien sabe llevarlo puesto. 

Pueden ser de ala ancha, cónicos, de piel, de lana, de fieltro y hasta elegantes, lo cierto es que los sombreros llegan a ser también originales, icónicos y distintivos como el bombín borsalino utilizado por la chonitas de Bolivia; el non lá, típico cónico y de paja usado por los agricultores en Vietnam; el chupalla de los vaqueros chilenos; el panamá originario de Ecuador pero asociado erróneamente a Panamá o como el sombrero charro, que identifica a México ante el mundo. 

Hoy en día no sería lo mismo recordar a Capulina sin su sombrero roto, o a El Gordo y El Flaco sin su bombín, lo mismo que al andaluz Joaquín Sabina en el escenario sin su particular atuendo. 

El sombrero ha tocado esta vez a otro torero, como en su tiempo lo fueron el cordobés elegante de Rodolfo Gaona o el sombrero charro de cuatro piedras del Tigre de Guanajuato, Juan Silveti Mañón. 

Hoy Uriel Moreno "El Zapata", diestro de cuna humilde de la región tlaxcalteca, busca una identidad propia basada en un sombrero "muy a su estilo" que logre identificarlo como a los ya citados anteriores personajes, con el apoyo y asesoría de Carlos Álvarez Sierra, propietario de la empresa "Siete Jaguar– Sombreros de Autor", de la ciudad de Puebla. 

Junto con Carlos diseñaron un sombrero fino y elegante al que han bautizado con el nombre de "Zapatier", en honor al torero de Tlaxcala. 

"Él tiene una idea personal de hacer como todo un personaje de sí mismo y quiere tener un porte de usar sombrero. Entonces nos pusimos a hablar de ideas de un sombrero que sea único y aterrizamos en este modelo al que hemos llamado "Zapatier", nombrado así desde hace dos semanas que vino a recogerlo al taller. 

De hecho, hoy vendrá a recoger otro que es de pelo de conejo, en otro estilo, es un sombrero roba vacas, más estilo texano ya que anda explorando sus opciones en cuanto a sombreros y materiales, que sean muy únicos", explicó Álvarez Sierra. 

El modelo en cuestión es un poco de mezcla de sombrero un tanto andaluz, con la parte del ala que es el pre-faldeo, un poco más antiguo, al que le agregaron una pequeña pluma de faisán. 

"Ese sombrero me encanta por el tipo, por la forma, porque no se parece a ninguno, pero al que bautizamos como "Zapatier". Todo en la vida son consecuencias y esto es una consecuencia de las bonitas que se van dando con el tiempo, con la persistencia, sin quitar el dedo del renglón. Estoy feliz de la vida de poder colaborar con amigos y de poder promocionar su marca. 

Carlos es aficionado a los toros, pero lo conocí por el Instagram, a mí me encantan los sombreros, soy muy de sombrero, me apareció como una publicidad, le di seguir y empecé a seguir todos sus proyectos y la verdad que me encantaron. Vi que tenía su taller en el centro histórico de Puebla, hice una cita y fui a platicar con él. Así fue la forma como lo conocí", relata El Zapata. 

Sobre este punto de la publicidad cabe recordar que en décadas anteriores los toreros han sido elegidos para promocionar algunas marcas como lo fueron Manolo Martínez y las tarjetas American Express, así como Curro Rivera (y el tenista Raúl Ramírez) con la crema acondicionadora para el cabello Wildroot. 

El trabajo que realiza Álvarez Sierra, junto con tres personas más en su taller es artesanal y la característica de la sombrerería es que ninguno de sus artículos se parece a otro, ya que cada cliente le da forma al sombrero según su propio gusto. 

"Aquí trabajamos todo de manera artesanal, aquí no trabajamos como en la industria grandes cantidades. Realmente es "de autor" porque todos tienen autoría, nuestros sombreros son diferentes, hechos a mano, ninguno idéntico al otro, todos planchados y quedan muy bien.  

Este modelo no va a ser idéntico al siguiente, ese es el valor agregado que tienen, la atención al detalle, a la personalización, el dialogo con el cliente es extenso y hemos llegado a satisfacer a muchos clientes que buscan un sombrero único que de otra manera no lo tendrían ni encontrarían en ninguna otra parte”, agregó el empresario. 

De momento se trabaja en fieltro de lana y en fieltro de pelo de conejo, que es su producto Premium, pero próximamente introducirán al mercado el sombrero de palma tipo Panamá, que es más fresco ideal para la temporada de primavera y más adelante podrían incluir el de fieltro de pelo de castor que es la siguiente categoría de calidad Premium. 

"Normalmente nuestros tiempos de entrega es de entre dos a tres semanas ya que siempre estamos trabajando como unos 35 sombreros a la vez, pero si solo me dedicara a hacer un sólo sombrero calculo que estaría listo en tres o cuatro días", agregó. 

Los precios de los sombreros van de fieltro de lana oscilan entre mil 800 a dos mil 400 pesos y los de pelo de conejo de entre dos mil 800 a tres mil 400 pesos aproximadamente. 

Señala el empresario que está siempre dispuesto a elaborar el típico sombrero cordobés para incursionar más al mercado taurino. 

"El nicho taurino es algo que siempre había querido explorar, ahora se ha dado la oportunidad de entrar a ese nicho que considero es muy importante, sí que el sombrero cordobés sin problema lo podría hacer. No es un sombrero tan popular en México, pero como me gusta explorar y satisfacer a los clientes lo empecé a elaborar también en el taller", indicó. 

La tienda se encuentra ubicada en la Calle 5 de mayo, número 2, en el centro histórico de la ciudad de Puebla.