"Voy a torear por el gusto de conmemorar dicha efeméride, pero eso no significa, ni mucho menos, que tenga pensado volver a vestirme de luces. Ya desde hace tiempo tenía ganas de celebrar ese aniversario, y qué mejor en casa de Arturo Macías, con el que he hecho una buena relación en los últimos años, no obstante que somos toreros que pertenecemos a distintas generaciones", afirmó Mora.

Jorge se doctoró el 24 de abril de 1995 en la plaza grande de su tierra, de manos de Eloy Cavazos, y ante el testimonio de David Silveti, con el toro "Debutante", de De Santiago, al que cortó una oreja. En la Plaza México confirmó su doctorado el 23 de abril de 2000, donde Alfredo Ferriño fungió como padrino de la ceremonia y Víctor Santos como testigo, con el toro "Samaritano", de San Manuel.

Por diversas circunstancias, Jorge Mora se retiró de los ruedos el 11 de noviembre de 2004 en la plaza "El Renacimiento" de Teocaltiche, nueve años después de su primera corrida como matador. Esa tarde compartió créditos con Miguel Espinosa "Armillita" e Isral Téllez, quienes lidiaron toros de Puerta Grande. Desde entonces sólo ha participado en tres festivales, por ello le hace tanta ilusión volver a estar en un ruedo delante del público, luego de haber dedicado estos años a la organización de varios festejos, entre ellos la Feria de Chicahuales, de Jesús María.

"El cartel del festival me encanta, pues creo que está muy rematado y diferente. Será un gusto también alternar con los matadores José Antonio Ramírez y Luis Fernando Sánchez, con el que sí tuve oportunidad de torear muchas corridas. Y ahora que casi no hay actividad taurina, me parece relevante que el gobierno del estado considere este evento como parte de la Ruta del Vino, que cada año celebra distintas ofertas culturales alrededor de un tema tan arraigado en Aguascalientes", comentó.

Entre sus logros se cuenta haber participado como colaborador de la organización de las diez corridas que se celebraron en Corea del Sur en el año de 1999, donde además participó como torero, en un intercambio cultural histórico realizado por primera vez en aquel país de Asia, donde se lidiaron toros de ganaderías portuguesas y mexicanas a la usanza española, en una de las aventuras taurinas más exóticas en la historia de la tauromaquia.