Se dice que los tres grandes atributos de la mente humana son la memoria, la inteligencia y la voluntad. No sé qué tanto se necesite la memoria para ser buen torero, pero me queda claro que los últimos dos atributos sí son indispensables cuando de torear se trata.

Al torero que le falta inteligencia nada puede reprochársele, pues el ser más o menos inteligente delante del toro no es su culpa, ni ha dependido de él. En cambio, al torero que le falta voluntad sí puede recriminársele todo pues eso es ir en contra de la dignidad torera.

Al contrario, cuando el torero ha estado "voluntarioso" nada puede echársele en cara, pues aunque digan que la voluntad es "hacer lo que queremos", en realidad es "hacer lo que podemos".
Y no cabe duda que el día de hoy tanto El Zapata, El Fandi y Fabían Barba, han dado una férrea muestra de voluntad, arrojo, esfuerzo o como quiera llamársele.

Sin embargo, la tarde ha resultado un tanto gris. Fuera de ese primer par de banderillas que clavó El Zapata al segundo toro de su lote, no hubo  algún otro momento en que la gente estallara en emoción; ni en las banderillas de El Fandi, ni en la larga cambiada a porta gayola de Fabián Barba.

Por otra parte, y siguiendo con esa moda de bautizar a los toros con nombres que hagan referencia a la fecha en que se lidian, los ganaderos de San Marcos dieron rienda suelta a la imaginación, y llamaron a los toros con oficios relacionados al Séptimo Arte.

El día de hoy saltaron a la arena "Camarógrafo", "Actor", "Apuntador", "Extra", "Productor" y "Guionista". Muy ad hoc con la entrega de los Globos de Oro que se llevó a cabo esta noche, o ¿habrá sido pura casualidad?

Lo que sí sabemos es que el gandero de esta divisa jalisciense, Ignacio García Villaseñor, tiene un hijo que es actor: Gonzalo García Vivanco. Y también, que le gusta bautizar a sus toros con nombres de distintos temas específicos; como hoy, que le ha tocado al cine, en una tarde en la cual El Zapata colocó un par "película".