Más peligrosa que una cornada fueron las angustiosas horas y días posteriores que vivió el novillero queretano Diego San Román, quien resultó infectado por el coronavirus en días pasados, y del que afortunadamente salió adelante.
Su juventud, vitalidad, buenos hábitos alimenticios y su estado físico le ayudaron a vencer al temible bicho que ha cobrado miles de muertes en la pandemia mundial que nos azota.
Como se recordará, el novillero de 24 años iniciaba su campaña del 2020 en España, la cual fue suspendida cuando comenzaron los primeros casos surgidos en la península. Solamente alcanzó a torear en Olivenza y quedó suspendida su actuación en Valencia, pactada para el 13 de marzo.
"Ya estoy recuperado, gracias a Dios. La verdad que sí nos asustamos todos, pero ya gracias a Dios estoy sin problema", dijo San Román al comentar el trance.
Por las fechas de su regreso es probable que haya contraído el virus en el aeropuerto de Barajas o en el mismo avión.
"Me regresé de España cuando se empezó a poner fea la cosa, cuando empezaron a decretar el estado de alarma, cuando la gente ya no podía salir. Yo vi la oportunidad para regresarme y haciendo una recapitulación de fechas estoy pensando que fue a la mejor en el aeropuerto en el mismo avión", agregó.
Tras su llegada él mismo optó por aislarse durante 15 días, para no contagiar a nadie de su familia, pero nueve días después comenzó a presentar los primeros síntomas de la enfermedad.
"Fui a hacerme la prueba y salí positivo. Tuve dos días de fiebre y dos días sintiéndome mal, de dolor de cuerpo y de la cabeza, pero gracias a Dios no fueron síntomas más extremos, de no poder respirar y cosas de esas que le dan a la gente, solo fue fiebre y dolor de cabeza", recuerda.
Su hermano, quien es su médico de cabecera, le comentó que gracias a que es deportista, a que lleva una buena alimentación y a que está en forma física, todo ello le ayudó bastante para que no le diera tan fuerte el Covid-19.
"Posterior a que pasaron los 15 días que dice la Organización Mundial de Salud (OMS) de que te tienes que aislar y de que se me fueron los síntomas, fui a hacerme otro examen y salí negativo", dijo San Román.
El aislamiento lo llevó a cabo en su casa, donde se guardaron todas las medidas sanitarias por parte de su familia.
“En mi cuarto estuve aislado, tengo baño y no salía para nada. Solo me llevaban de comer y no salía para nada, ni tocaba a mi familia ni las cosas que toca mi familia normalmente ahí en casa. Literal, como se ve en las películas, así llegaba mi mamá con una charola y la ponía en el piso, luego yo abría y la recogía. Al terminar la sacaba otra vez y mi mamá la recogía con guantes".
Estremecedor es cuando Diego San Román se refiere a los pensamientos que llega a tener un paciente que ha contraído el covid-19 .
"Al principio la verdad que sí me preocupé mucho. Fue consternante para toda la familia pero al mismo tiempo estaba un poquillo más tranquilo porque sabía que no me iba a pegar fuerte. Lo que en realidad me preocupaba después de escuchar las noticias era que pudiera yo contagiar a mi mamá, a mi papá, a mis hermanos o a mis abuelos, esa era mi verdadera preocupación", señaló.
También llegó a temer por la gente que trabaja en su casa o en el rancho, ya que son personas mayores, pero afortunadamente nadie salió contagiado.
"A pesar de eso si te preocupa, todos estamos viendo las noticias cuánta gente se está muriendo y cuánta gente se está contagiando. Gracias a Dios tuve la resistencia física y eso fue lo que también me ayudó mucho a salir adelante".
Precisó que en esos momentos de angustia, de estar aislado sintiendo los síntomas, las ideas pueden hacer presa de las personas que padecen la enfermedad.
"Sí te sugestionas y la cabeza te empieza a dar vueltas, te la empiezas a comer solito por todo lo negativo que escuchas de la enfermedad. Ya ni veía noticias en la televisión, ni el teléfono porque me preocupaba más. Sabía que me iba a dar y como me propuse afrontarlo hasta que pasara, gracias a Dios por la actitud que tomé frente a esto salió todo positivo, pero mi preocupación más grande era contagiar a la personas mayores que me rodean, no tanto yo", finalizó.