Manuel Saucedo Ortiz fue uno de esos personajes que vivió la transición del siglo pasado con el actual y supo captar con su lente la historia de la fiesta brava en el norte del país, como pocos aficionados se recuerdan.
Originario de Ramos Arizpe, Coahuila, donde nació el 10 de octubre de 1924. En su juventud intentó ser torero y al poco tiempo se quitó de vestir el traje de luces cuando ya había contraído nupcias y estaba por nacer su cuarto hijo. "Se me fue la sangre torera por la herida", comenta Eduardo, el quinto de una familia de ocho hijos que procreó Manuel con doña María Ninfa Velázquez Campos, al recordar aquella anécdota que les contaba su padre y del por qué ya no había seguido dentro de los ruedos.
"Pensó hacerlo porque ya tenía a los tres mayores y decidió retirarse, pero su afición nunca se le quitó. Más tarde anduvo con la cuadrilla de los Enanitos Toreros varios años, en ciudades de la región como Victoria y Tampico, en los que participaba echando la capa como torero cómico y también llevándolos de un lado para otro", comenta Eduardo.
Luego de esa etapa, Manuel decidió adquirir una cámara fotográfica y comenzó entonces una larga carrera como fotógrafo taurino.
"Ya como profesional mandaba sus crónicas a Pepe Alameda, al mismo tiempo que le enviaba el material que había tomado esa tarde del domingo, pues siempre después del festejo revelaba y se iba al aeropuerto a enviar el material que sería publicado al día siguiente. Sus fotografías se publicaban en El Heraldo de México y Ovaciones, mientras que en Monterrey terminó colaborando para El Regio, ya desaparecido", dijo.
Su hijo recuerda a su padre como un gran ser humano, sobre todo de esos que pocos hay.
"Él era de mucho trabajar, de ayudar al prójimo y de inculcarnos siempre a sus ocho hijos estudiar. Mi papá era agente viajero y siempre que veía una persona tirada en la carretera con algún desperfecto en su auto, se paraba y les preguntaba en qué los podía ayudar y lo hacía. Nos decía que cuando uno pudiera hacerlo lo hiciera, ya que "ni más ricos, ni más pobres", nos decía".
Como fotógrafo, Manuel Saucedo Ortiz retrató con su lente a las grandes figuras de otros tiempos, como Manuel Capetillo, El Soldado, Silverio y el nacimiento de los regios que hicieron historia como Joel Téllez, Fernando de la Peña, Manolo Martínez y Eloy Cavazos, a quien siguió desde sus inicios como niño torero hasta su última despedida en 2008.
"Los últimos años de su vida ya no podía manejar y fue entonces cuando se hacía acompañar por Edgar "Gary" Torres, arquitecto y también fotógrafo taurino, quien venía a casa por él y lo llevaba ya fuera a Cadereyta o a las sesiones de la peña taurina", dijo Eduardo.
Esa amistad que hizo con Gary fue tan sólida que don Manuel decidió poner en sus manos todo su acervo taurino y social que poseía. Cuenta Gary que conoció a Manuel "andando en los callejones de las plazas: "Lo conocí ahí en la Monumental Monterrey tomando fotos. Me preguntaba acerca de alguna cámara y los lentes y de esas cosas que hablamos entre fotógrafos. Como él era también plomero y electricista y yo era constructor, nos identificamos bien y le pasábamos algunas chambas de estas".
Su acervo es muy amplio, lo mismo trabajaba en bodas, bautizos y hasta funerales.
"Por ahí me encontré hace tiempo al revelar uno de sus rollos, las fotos de un moribundo, que no sé quién sería. Pero había de todo y ni qué decir de material taurino tan valioso que poco a poco voy dando a conocer a la luz pública e incluso le he llegado regalar fotos a toreros de otros años, como Benjamín Magallanes y José "Charro" García, entre otros”.
Cuenta Gary una anécdota de Manuel Saucedo que no tiene desperdicio:
"Uno de sus trabajos principales en el que pasó mucho tiempo fue como distribuidor exclusivo en el norte de México de una empresa que vendía reguladores de voltaje. Resulta que él consiguió un anuncio de esta empresa y que se pintó en la contrabarrera de la antigua plaza de toros de Guadalupe así que, iniciada la corrida, él se ubicaba estratégicamente en otro lugar del callejón y cuando un torero daba la vuelta al ruedo le tomaba la fotografía y atrás aparecía el anuncio de la empresa para la que trabajaba. Una vez que se publicaba al día siguiente en los periódicos de México metía un auténtico golazo ¡y sin pagar!".
Con su fallecimiento, Monterrey perdió a un distinguido aficionado y un fotógrafo con sensibilidad que dejó un gran legado, como muestran las fotografías que acompañan esta información y que corresponden al mano a mano entre sus tocayos: Manuel Benítez "El Cordobés" y Manolo Martínez, celebrado el 8 de marzo de 1969 en la Monumental Monterrey con toros de Torrecilla.
En esta galería de imágenes también aparece una foto del vestido de torear canario y plata que lució Manolo ese día, y que pertenece a la familia de su entrañable amigo y compadre, el capitán Tony Hernández hijo, que es cuñado del matador Hernán Ondarza, aún conserva como un preciado tesoro.
Manuel Saucedo falleció en la ciudad de Monterrey a los 86 años, el 19 de octubre del 2010 y un mes después, el 18 de noviembre, su esposa María Ninfa se le unió en la vida eterna.