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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 09 Ene 2020    CDMX    Juan Antonio de Labra | Opinión     
"...Es importante que los triunfos recobren su valor real y no..."
El indulto de "Siglo y Medio" generó polémica, y no es la primera vez que se le perdona la vida a un toro en condiciones similares, aunque en este caso las protestas no se hicieron esperar, pues un amplio sector del público consideró que el toro de Piedras Negras no merecía tal premio.

Resulta elocuente la declaración que hizo Gerardo Rivera a este portal, donde afirma que él hubiera matado al toro, pero seguramente se dejó llevar por la opinión de su gente y, en el momento, posiblemente creyó que así sería más fácil conseguir un triunfo, sin calcular las consecuencias de esta errónea decisión.

Y también es curioso observar que Rivera no acabó ejecutando ninguna estocada en toda la tarde, lo que sin duda quedará inscrito en los anales de la plaza como un hecho anecdótico sin precedentes; es decir, que consiguió salir a hombros sin haber utilizado la espada ni una sola vez.

Porque hay que recordar que el primer toro de su lote se echó casi al final de la faena, aparentemente por haber sufrido un duro castigo en varas, o alguna otra lesión que le impidió continuar la lidia, y hubo necesidad de apuntillarlo.

Pero al margen de estos hechos, lo cierto es que "Siglo y Medio" regresó a los corrales tras una faena bullidora de Rivera, en la que se preocupó más por dar gusto a la gente que por torear con el asentamiento y calidad que lo había hecho en el toro anterior, sobre todo con el capote.

Revisando con detenimiento la lista de los 34 indultos concedidos en los 73 años de historia de la Plaza México, hay algunos que todavía siguen en el recuerdo de quienes tuvieron la fortuna de presenciarlos. Y ello se debe a la calidad de las faenas que desembocaron en tan insigne premio.

Vale la pena recordar que un toro de indulto debe de ser excepcionalmente bravo, y a veces ha habido toros que no han merecido dicho premio porque las faenas no han estado a la altura de su condición de bravura o, caso contrario, se han indultado toros, como "Siglo y Medio", sin los merecimientos suficientes para ello.

Toda esta reflexión va en consonancia con la jerarquía que merece observar el público que acude a esta plaza, tanto por su historia como por su tradición, así como el respeto a los hechos más singulares de su brillante pasado, y de aquellos toreros y ganaderos que los han protagonizado.

Es importante que los triunfos recobren su valor real y no sean engañosos o ficticios. Esta labor corresponde a los jueces de plaza. Es su responsabilidad ser exigentes, sin caer en intransigencias, pero siendo conscientes de la jerarquía de este escenario y su trascendencia en el planeta de los toros.

El triunfalismo no conduce a ninguna parte, y siempre se corre el riesgo de desprestigiar la categoría de la plaza al tratar de exagerar los resultados, de manera contraproducente –como ya quedó demostrado–, de lo que realmente sucede sobre el redondel.


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