Siempre se ha sabido que la cría del toro bravo, no es mezclar "leche y café" y que los buenos resultados –por muy o poco halagüeños que sean– están sujetos a una dosis de azar impredecible. Mas para algunos selectos elegidos, pareciera que algún índice divino les concede un éxito que todos sueñan.

Es el caso de Juan Pablo Corona y su ganadería de San Constantino, que desde su debut con novillos en la plaza "San Marcos" de Aguascalientes (26 de marzo de 2017), su presentación en la Plaza México (25 de marzo de 2018), así como un par de corridas de toros en Tlaquepaque, una más en Nochistlán, y el reciente indulto de un ejemplar de nombre "Compasivo", que tuvo lugar el sábado pasado en el cortijo "Los Fernández" por conducto de Leo Valadez, esta casa ganadera es todo un caso de éxito.

Acerca de esta experiencia, conversamos con el ganadero para conocer sus puntos de vista al respecto del trabajo realizado en los últimos meses.

–Primero que todo, muchas gracias por la oportunidad de expresarme por este medio. Estoy contento porque estamos viendo los resultados de un gran esfuerzo en todos los aspectos, y eso siempre resulta muy motivante para cualquiera que dedica su tiempo a algo tan complejo como es la crianza del toro de lidia.

Por supuesto. Ustedes han sido testigos de los triunfos de la casa; pero sabemos que no siempre será así, y debemos estar preparados para las adversidades. Somos conscientes que Dios nos está privilegiando; pero también debo reconocer que hay un trabajo intenso y exigente. De cero tolerancia cuando hay que decidir qué se queda y que se va. Bien dicen por ahí que el mejor amigo del ganadero es el carnicero.

–Siempre en la vida me he manejado en la búsqueda de qué se puede hacer mejor. Aún a pesar de, como todo mundo, estar expuesto a muchos obstáculos que hay que superar. Invariablemente, con mucha fe buscamos hacer las cosas de la mejor manera. Y pues, ahí están los resultados.

–Esperamos colocarnos poco a poco en el gusto del gran público. Vernos anunciados (con respeto para todas las plazas) en las que nos gustaría conseguir triunfos, como Guadalajara, mi tierra, y por qué no, también en la Plaza México. En su momento, Dios, el tiempo y los empresarios, lo dirán. Porque este es un camino muy largo.

–Sí, y está muy bonita y con un trapío que va a despertar expectación. Ya en unos cuantos días más se sabrá donde la vamos a lidiar, y esperemos tener suerte. Por ahora nos toca trabajar con más esfuerzo, pues después de un triunfo nunca hay que echar las campanas al vuelo porque esto de la ganadería es sumamente difícil y es necesario ser consciente de que en cualquier instante las cosas pueden cambiar. Así que hay que estar preparado.

–Tengo dos, Felipe: "Compromiso y optimismo". El segundo me ayuda a estar positivo, siempre. Y el de compromiso es para seguir trabajando con ahínco, sin descanso, para cumplir nuestro sueño de convertirnos en ganaderos que le den muchas satisfacciones a la afición… y a los toreros, que al final son los que disfrutan con las embestidas de los toros y hacen disfrutar al público.

–Muchas gracias, de corazón. Que Dios los bendiga hoy y siempre a ustedes, en compañía de sus familias.