Juan Fernando González forma parte de una camada de toreros que se han quedado "atrapados" en el norte del país, en la etapa más difícil, dura o cruel por la que atraviesa la fiesta de los toros.
Y no es por falta de deseos, voluntad o cualidades del torero regio, sino que la falta de un apoyo fuerte de un apoderado, o de empresarios que se animen a dar un serial e incluso de las autoridades de gobierno de los tres estados taurinos del norte, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, lo que ha provocado quizá que matadores con un rodaje de 10 años de alternativa, por lo menos, se encuentren sin mayores oportunidades de desarrollar su actividad.
En la actualidad si no perteneces al círculo de toreros que están en boga, simplemente no hay dónde. Ciudades como Monclova, Piedras Negras, Ciudad Acuña, Torreón, Saltillo, Nuevo Laredo, Reynosa y Ciudad Victoria han dejado de dar toros por cuestiones políticas o de inseguridad y solamente en ocasiones Monterrey y Cadereyta salvan la zona, ofreciendo alguna oportunidad esporádica a los regios.
Tocar puertas en el centro del país resulta difícil para estos toreros, ya que de novilleros pocas veces fueron incluidos en algunos carteles, que hasta parece que la afición se ha olvidado de ellos ahora ya como matadores.
"Recuerdo que, en la época de Alberto Galindo, de Alfredo Ferriño, Enrique Garza, German Garza, Machaquito Quiroga, Hernán Ondarza, El Gallo (qepd), incluso hasta mi padrino "El Cuate" Espinoza, cuando no tenían oportunidad en el centro del país toreaban sus corridas en estos estados, llegando a torear hasta 30 corridas en el año.
Pero ahora ya no se dan festejos y los empresarios tan apasionados que teníamos como don Víctor Lozano en Nuevo Laredo o don Arturo Tamez en Reynosa ya se nos han ido y los hemos necesitado, incluso nos ha faltado un gobernador o un alcalde en esta región que sea taurino y que nos apoye, eso nos ha faltado mucho”.
El torero nacido en Monterey el 6 de abril de 1986 y quien tomó la alternativa en Cadereyta hace 10 años, de manos de Enrique Espinoza "El Cuate" y como testigos Alejandro Amaya y Pablo Hermoso de Mendoza, tendrá un doble compromiso este fin de semana.
"El sábado toreo en Ciudad Lerdo, en la Comarca Lagunera, es apenas mi presentación como matador y voy con la ilusión a tope de que me vean públicos y empresarios nuevos que suelen asistir de aquella región del norte de Zacatecas e incluso que se desplazan desde Aguascalientes", dijo el regio.
Posterior a éste, el domingo actuará una vez más en Cadereyta, ante su gente, en otro cartel donde quizá los reflectores estén puestos en el rejoneador español Andy Cartagena y en el jimenense Enrique Garza, quien celebra sus 30 años como matador de toros, pero él sabe que su máximo rival sigue siendo él mismo.
"Siempre hay el celo profesional de salir a hombros, pero mi competencia es conmigo mismo. Para mí es "un plus" torear al lado del maestro Andy y del matador Garza, un torero con mucha experiencia que no se deja nada en la espuerta.
Con quien tienes que luchar es contra ti mismo y arreglar tu asunto delante del toro, es más fuerte y es más preocupante tratar de arreglar tu tema con el que te va a tocar el día el sorteo, ese es el que te da”, agregó.
Recuerda que en marzo de este año mató su primera y única corrida en lo que va del año con el mismo cartel, y donde cortó una oreja. Actuó también un festival en Montemorelos, en julio.
"Me hace ilusión triunfar en las dos plazas el fin de semana ya que sería un toque de atención para mí y para los empresarios para decir que en Monterrey todavía existe Juan Fernando. Para mí es importante torear y triunfar en Lerdo, ya que el matador Arturo Gilio no me ha visto torear y para mí es importante porque uno con las orejas en la mano puede arreglar muchas cosas y seguir sumando fechas", agregó el diestro quien cumplió 10 años de alternativa en marzo pasado.
Juan Fernando ha contado siempre con la amistad y consejos del maestro Eloy Cavazos, quien le ha inculcado ser un profesional siempre y mantener la esperanza.
"Siempre desde muy niños nos ha inculcado tantas cosas el maestro. Yo creo que parte de mi vida tanto personal como profesional se la debo al maestro Eloy, es una persona clave en mi vida. He compartido muchas horas de carretera con él cuando vamos a las ganaderías y sigo aprendiendo de sus consejos y de sus anécdotas que nos cuenta de cuando él, como el más joven del cartel alternaba con las grandes figuras de España".
Uno de los consejos que les ha dado es que cuando se preparen y maten un toro a puerta cerrada lo hagan vistiendo el traje de luces, como sucedió la semana pasada en la que Juan Fernando acudió a la ganadería de Julio Delgado y vistió de canela y oro.
Por lo pronto el regio tiene dos compromisos importantes de los que espera salir avante, con las orejas de sus enemigos y que la afición y empresarios de otras plazas se enteren que en él hay un torero deseoso de competir y pelearle las palmas a sus compañeros de profesión.