El novillero Gerardo Cruz recibió el alta médica, tras permanecer internado en el hospital Ángeles Mocel de la Ciudad de México, a consecuencia de las cornadas que recibió el pasado domingo en la plaza México, por lo que a partir de ahora continuará la rehabilitación en su domicilio de San Luis Potosí.

Cruz manifestó que a pesar de las circunstancias se encuentra con buen estado de ánimo, amén que recordó a detalle aquel momento: "empecé a entender al toro, a llevarle una buena lidia, y justamente cuando estaba por hacerse una faena más bonita me llega el percance, yo sabía lo que me estaba jugando, entré en un estado de shock y fue lo que provocó el desmayo".

Asimismo, comentó que de acuerdo con el doctor Vázquez Bayod le explicó de manera clara, que una de las cornadas raspó el hueso, pero sin dañar ninguna arteria importante que pusiera en riesgo la vida del torero, por lo que el diagnóstico es que durante las próximas dos semanas ya podrá retomar de manera gradual su actividad taurina.

Por otra parte, a partir de este periodo señalado de descanso, se le indicaron ejercicios adecuados para fortalecer el músculo, por lo que empezará a caminar, trotar y torear de salón con el objetivo de poco a poco retomar la confianza y tiene la aprobación médica que en caso de no existir contratiempos regresar al campo bravo lo más pronto posible.

"Yo espero que pese al percance la gente haya logrado ver que tengo corazón para hacer esto, una cornada no me va a frenar porque a pesar de todo por mi cabeza no pasa un retiro, lejos de todo me ha alentado a regresar a la plaza México, por qué no buscar Aguascalientes y las plazas importantes", expresó.

Gerardo Cruz refirió sobre las buenas relaciones que prevalecen con la empresa del coso de la capital quienes le brindaron apoyo en todo momento, a lo que el potosino infirió: "No salí con las orejas pero salí por la enfermería, bien dicen que los toreros así tienen que salir, esto me aumentó el amor por la tauromaquia", finalizó.