La ganadería de Medina Ibarra logró un resonante triunfo el fin de semana pasado, puesto que en dos corridas que se lidiaron al mismo tiempo en Yuriria, Guanajuato y Loreto, Zacatecas, el sábado, la cosecha fue de ocho orejas y un rabo cortados, así como la concesión de un arrastre lento.
Además, la mala fortuna que tuvieron con los aceros otros de los toreros que actuaron, impidieron que el resultado artístico fuera mayor.
El ganadero Jorge Medina Rodríguez, señala que estos triunfos le hacen muy bien a su ganadería, que se trate de pueblos, pues al final el comentario boca a boca entre los profesionales siempre es importante.
"Andamos muy contentos porque estamos logrando algo que es muy difícil lograr, una regularidad en la ganadería, algo que se ha conseguido después de más de veinte años de trabajo con un rumbo definido", dijo.
En Yuriria, Israel Téllez cortó tres orejas, mientras que Andy Cartagena cosechó un apéndice. En tanto que, en Loreto, el rejoneador Joaquín Gallo obtuvo cuatro orejas y un rabo.
"Gracias a Dios nos fue muy bien; fueron dos corridas que nos dejaron muy satisfechos desafortunadamente tanto Andy como Silveti en Yuriria no coronaron con la espada en sus otros toros sino hubieran sido más, ahí le dieron arrastre lento al tercero, que fue un toro muy completo, muy bueno al que toreó estupendamente Diego".
En Loreto, al sexto que lidió el rejoneador se le dio arrastre lento, en tanto que José Mauricio y Javier Castro malograron buenas faenas por sus fallas con la espada.
"Esta es la primera ocasión que se nos juntaron dos corridas en la misma fecha, algo que fue circunstancial. El 27 de enero vamos a lidiar otro encierro en Villa Hidalgo, que la vuelven a matar Andy Cartagena, Israel Téllez, que se ganó el puesto porque el año pasado cortó un rabo en esa plaza, y El Payo". Es un cartel diferente, y muy bonito".
El ganadero se siente muy satisfecho porque a la par de los triunfos, su familia se ha unido más alrededor de las labores del campo bravo.
"La familia es uno de los mejores logros de la ganadería que nos ha unido mucho y ahora ya a los nietos les está gustando acompañarnos a todas las faenas que hacemos en la ganadería. Yo nunca los quise forzar a ir al rancho, sino cuando ellos quisieran ir, y ya el otro día uno me dijo: "Oye, Arqui, quiero que me digas cómo es eso de los empadres y por qué se hacen, y cómo es eso de la genética", así que percibo que ya se están interesando.
"Ya con mis nietos es la sexta generación de Ibarra que está vinculada a la crianza del toro bravo. Todo empezó con don Antonio Ibarra, que fue el fundador de Santa Rosa de Lima; luego fue mi suegro el que más se dedicó a esto, con la ayuda de su cuñado, el maestro Calesero; enseguida nos tocó a nosotros, mi hijo Jorge, y ahora a mis nietos. Así que eso es motivo de júbilo, sin lugar a dudas".
En la actualidad, el hierro hidrocálido de Medina Ibarra, cuenta con 220 vacas de vientre, pero se está haciendo una depuración cada vez más exigente, según explica el ganadero: "Creo que poco a poco, a base trabajo y esfuerzo estamos logrando tener el toro que queremos, que es un toro bravo, que sea noble, con recorrido, fijo, que repita y que tenga motor".
Luego de los recientes triunfos, los Medina esperan volver pronto a la Monumental de Aguascalientes, que tantos recuerdos les trae, ya que como arquitecto participó en las obras de construcción y ampliación del coso monumental, por allá de 1990.
"Nosotros estamos para lidiar y sería una motivación y un gusto volver aquí a la feria de nuestra tierra. Hemos lidiado cuatro veces, y las cuatro nos ha ido muy bien. En dos ocasiones nos dieron el premio al Mejor Encierro y otras dos veces al Mejor Toro. Aquí estamos para esa plaza que para nosotros es muy emblemática y más aún para mí", finalizó.