Dentro de la Feria del Arte y la Cultura, el 6 de junio de 2013 confirmó Sergio Flores su alternativa en Las Ventas de Madrid, fecha que recordamos a un lustro de distancia al tratarse de uno de los toreros más importantes de la actualidad mexicana.
El maestro Uceda Leal fue el padrino de la ceremonia, en tanto que Curro Díaz atestiguó el acontecimiento. El toro se llamó "Jareño", número 32, negro listón, con 590 kilos, de Juan Manuel Criado.
Flores dejó una magnífica impresión delante de este toro, mismo que lo corneó., El parte médico hablaba de una "herida por asta de toro en tercio inferior, parte interna, del muslo derecho, con dos trayectorias: una hacia adentro y hacia arriba que causa destrozos en el músculo aductor y alcanza el fémur. Otra hacia afuera, que alcanza la cara externa tercio inferior, de 15 centímetros".
La crónica de aquel día, escrita por Juan Antonio de Labra y publicada en este cibermermedio, describió así la actuación del mexicano:
"De antemano se intuía que Sergio Flores iba a salir decidido a todo hoy en Madrid; inclusive a cambiar el triunfo por una cornada, pues el tlaxcalteca se ha forjado con la misma mentalidad y ambición que sus compañeros de Tauromagia Mexicana y sabía bien a qué venía a Las Ventas en la tarde de su confirmación de alternativa en la que su padrino, Uceda Leal, se sublimó con mucha categoría.
"Y ocurrió lo más lamentable para el mexicano: sobrevino una cornada de esas que sirven para contribuir a la cuota de sangre de los toreros cuando salen a entregarse, con la clara idea de lo que quieren en la vida. De esta manera, la corrida tuvo un amargo sinsabor del percance sufrido por Sergio y el triunfo alcanzado por el maestro Uceda Leal. Así es el toreo: la cruz y la cara en cuestión de minutos. Incertidumbre pura… y a veces, dura.
"A reserva de esta circunstancia que dejó el ambiente un tanto enrarecido tras la lidia del toro de de la ceremonia, el joven tlaxcalteca dejó constancia de sus excelentes maneras; de su pausado andar sobre la arena; de una seguridad pasmosa y un toreo profundo, de ceñimiento y sentimiento, dos cualidades que trascienden mucho al tendido.
"Porque resulta innegable que la gente que había en la plaza siguió la actuación de Sergio Flores con un profundo interés, el que despierta la actitud de un torero que se mostró muy firme desde que se abrió de capa con ´Jareño´, el hondo y serio toro de Juan Manuel Criado que desplazó sus 590 kilos con cierta transmisión en la muleta del tlaxcalteca.
"Y así, con estructura y mando, Sergio fue elaborando una faena sobria y recia en la que abrochó las series por ambos pitones con señeros pases de pecho hasta que, ¿acaso en un descuido? ¿o sería exceso un de confianza e inexperiencia?, el toro lo prendió de fea manera hiriéndolo en el muslo derecho, a la altura de la rodilla.
"El dolor era evidente, como también que sería difícil dar muerte al toro con eficacia para cortarle una meritísima, pues apenas podía apoyar la pierna, lo que se agravó tras la paliza en el momento de colocar la media estocada que acabó con la existencia de ´Jareño´ y con las ilusiones de Sergio, que tenía la firme intención de redondear una tarde importante en Madrid.
"Ya no pudo dar un paso más el tlaxcalteca, que fue conducido a la enfermería por dos de sus banderilleros, sin que ninguno de los monosabios o demás personal de plaza que estaba cerca se acomidiera a ayudar al ver que los hombres de plata de su cuadrilla iban batallando al cargarlo.
"Así concluyó su actuación en la que dejó una magnífica tarjeta de presentación y el convencimiento que, a escasos meses de su alternativa en Bayona, con apenas 14 de corridas en el cuerpo, Sergio Flores tiene una proyección de figura del toreo. Al tiempo".