El siempre bien recordado Valente Arellano recibió la alternativa el 3 de junio de 1984, en Monterrey, Nuevo León. Fue su padrino Eloy Cavazos, mientras que por testigo fungió Miguel Espinosa "Armillita", ante toros de San Miguel de Mimiahuapám, tarde en la que saldó su actuación con el corte de una oreja.
Fueron solamente nueve los festejos que Valente Arellano cumplió como matador de toros, pues exactamente dos meses después tuvo lugar el fatídico suceso que terminó con su existencia física, una vida de tan sólo 19 años que dejó una huella imborrable y permanente recuerdo, algo que pocos pueden lograr.
Hijo de Valente Arellano Flores y Sonia Salum Chávez, Valente Arellano Salum nació en Torreón, Coahuila, el 30 de agosto de 1964, y desde su infancia tuvo contacto con la Fiesta gracias a la desbordante afición de su padre, que incluso fue aficionado práctico.
La prrimera vez que se enfrentó a una becerra tuvo lugar en 1974, cuando tenía diez años de edad. El suceso tuvo lugar en la hacienda Chichimeco, donde el maestro Fermín Espinosa "Armillita" organizó una tienta para despedir a su hijo Fermín, que se marchaba a España para realizar una campaña novilleril.
Su debut vestido de luces y en una novillada formal tuvo lugar el 21 de octubre de 1979, en la plaza de Ciudad Lerdo, Durango, alternando con Alfonso Hernández "El Algabeño" y ante reses de Santacilia. Aquella tarde, Valente cortó una oreja y dejó huella de lo que podría llegar a ser.
Luego de sumar fechas en provincia y cosechar triunfos a racimos, Arellano se presentó en la Plaza México en la temporada de novilladas de 1982, en concreto el domingo 26 de septiembre y, gracias al impacto causado al cortarle las orejas a un ejemplar de Rodrigo Tapia, repitió hasta en tres ocasiones dentro del mismo serial.
El 7 de noviembre del mismo año, al lado de Manolo Mejía y Ernesto Belmont, la Plaza México vibró. Valente le cortó el rabo al novillo "Pelotero" de Felipe González y la rivalidad con sus alternantes, que formaron una trilogía de postín, puso de pie a la afición capitalina. El cartel fue repetido semanas después y el de Torreón se impuso al cortar un par de orejas a un novillo de La Venta del Refugio.
Para Valente, un torero variado en quites, banderillas y muleta, el año de 1983 no fue sencillo, pues a la par de los éxitos llegaron los percances y las lesiones de importancia. Primero, sufrió rotura de ligamentos de rodilla; al recuperarse y volver a los ruedos, padeció la fractura de la clavícula izquierda
El impacto que Valente causó durante su etapa como novillero ha sido pocas veces visto. Valor, carisma y hambre de ser, son solamente algunas de las virtudes que el diestro de Torreón manifestó a lo largo de las cerca de 170 novilladas que sumó entre 1979 y 1984, así como en las pocas corridas de toros en las que actuó antes del trágico 4 de agosto de 1984, cuando un accidente de motocicleta le arrebató la vida.