El domingo 3 de febrero de 2002, el maestro ibérico Paco Ojeda confirmó su alternativa en la Plaza México, ratificación de doctorado que se dio de manera tardía dentro de su carrera, pues contaba ya con 23 años de alternativa y casi 47 de edad.
La confirmación se dio sin demasiado éxito, a decir verdad. El cartel fue de categoría, ya que recibió los trastos de manos de Miguel Espinosa "Armillita" y con el testimonio de Enrique Ponce y Rafael Ortega, ante toros de la vacada de Teófilo Gómez.
De aquella tarde se recuerda, sobre todo, la obra maestra que Enrique Ponce cuajó ante el toro "Quinito", al que no le tumbó el rabo por pincharlo en la primera oportunidad a espadas.
De hecho, Paco Ojeda ostenta el récord de mayor veteranía de toreros hispanos en una confirmación en la Plaza México, con sus 47 años de edad.
La alternativa la había recibido el 2 de julio de 1979 en El Puerto de Santa María, Cádiz. Aquella tarde, llevó como padrino a Santiago Martín "El Viti", mientras que por testigo fungió José Luis Feria y ante toros de la ganadería de Carlos Núñez.
Antes de recibir la alternativa, Paco Ojeda tuvo una etapa novilleril en la que ya apuntaba alto. Nacido en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, el 6 de octubre de 1955, tuvo quizá su mayor éxito novilleril en La Maestranza de Sevilla, cuando abrió la Puerta del Príncipe el 20 de mayo de 1979, luego de cortar tres orejas.
Confirmó el doctorado en Las Ventas de Madrid el 25 de julio de 1982. José Luis Parada le cedió los trastos en presencia de Francisco Regajo, con una corrida de Cortijoliva. El 12 de octubre de ese año se encerró con seis toros en La Maestranza de Sevilla y abrió la del Príncipe al cortar cuatro orejas
A lo largo de su trayectoria toreó en prácticamente todos los países taurinos y abrió un par de veces la Puerta Grande de Las Ventas de Madrid. Dijo adiós en 1988, pero regresó en 1991, y a lo largo de aquella década tuvo "idas y venidas", incluso ya entrado el nuevo siglo.
Paco Ojeda pisó terrenos antes desconocidos, acortando las distancias y revolucionando al crear el llamado "toreo eje", en el que el toro gira alrededor del torero marcando "ochos" y sometido a su poderosa muleta. Con un magnífico temple llevaba enganchados a los toros aplomados, siempre con un gran valor.
Es quizá Miguel Ángel Perera el matador que ha sido continuador a esa tauromaquia ojedista, ese concepto que el maestro Francisco Manuel Ojeda González brindó al planeta de los toros y que ha marcado un sello por el cual, además de muchas otros elementos, ha pasado a la historia del toreo.
Durante tiempos recientes, Ojeda ha tenido algunas actuaciones a caballo, como rejoneador. A sus 62 años se mantiene intacta su afición y amor por la Fiesta, a la que tanto le ha dado.