Al inicio del último tercio el toro calamocheaba por el pitón derecho, evidenciando sin embargo su clase por el izquierdo. Con esa cabeza y técnica privilegiadas, Julián fue haciéndose de las embestidas hasta que el toro se entregó por el lado derecho, consiguiendo muletazos, primero con la figura muy erguida, y luego llevando al toro muy largo. Se volcó tras la espada y dejó una estocada trasera, suficiente y que fue el pasaporte para la consecución del doble trofeo.

Su primero resultó muy medido de fuerzas, y sólo alcanzó a esbozar algunas verónicas templadas con el capote y un par de series de derechazos con la muleta, ya que el toro se apagó pronto y no hubo mucho más qué hacer. Tras un pinchazo y una estocada contraria fue aplaudido.

Juan Pablo Sánchez tuvo que remar contracorriente hasta conseguir cambiar las lanzas por cañas en un toro de regalo, ya que la gente se metió con él en el tercero, protestado de salida y que, por alguna buena razón -es de asumir-, la autoridad decidió mantener en el ruedo. Su segundo, débil desde el principio, se derrumbó en el último tercio.

La suerte le sonrió sin embargo en el octavo, que fue el toro más completo del encierro y que mereció el premio de arrastre lento. De salida hubo poco con el capote, ya que el toro salía suelto, sin embargo, desde los muletazos de rodillas en el centro del ruedo, Juan Pablo vio la calidad de las nobles embestidas y se dio a torear con gusto por ambos lados. Conforme disminuyó el ímpetu inicial hubo que recortar las distancias y supo mantener el interés toda la faena, hasta las manoletinas finales. Dejó una estocada en todo lo alto y consiguió el premio de las dos orejas, remontando una noche complicada.

Y el triunfador por número de trofeos fue Luis David Adame, que tocó pelo en los dos toros de su lote. En su primero, justo de fuerza, estuvo variado con el capote, recibiendo primero por verónicas y chicuelinas y luego quitando por saltilleras. Inició su faena de muleta en los medios, con un cambiado por la espalda, para después torear por el derecho unas embestidas algo rebrincadas pero con recorrido; por el izquierdo resultó un poco más corto y con la cara alta.

El momento culminante fue un remate de serie eslabonando una arrucina y una capetillina, previo a una serie de bernadinas. Falló en el primer intento y dejó después una estocada desprendida, que le valieron el corte de su primera oreja.

A su segundo, al que recibió con una larga de rodillas, le realizó un quite por navarras y lo banderilló con soltura. El toro pronto se fue quedando corto, pero Luis David intentó por todos los medios alargar las embestidas, consintiéndolo también a media altura. Hacia el final, al pisarle el terreno para obligarlo, el toro lo levantó y le propinó un fuerte golpe en el muslo, afortunadamente sin consecuencias. Una vez que se repuso del golpe, Luis David regresó para torear por bernadinas y levantar el entusiasmo. Se fue tras la espada y dejó una estocada caída, que no fue óbice para que la autoridad le concediera otras dos orejas.

Abrió plaza el rejoneador queretano Santiago Zendejas, que estrenó en León su alternativa, recibida unas horas antes. Tras clavar un único rejón de castigo, midiendo la fuerza del de La Playa, estuvo lucido en el galope de costado tras clavar las banderillas, destacando el final de faena a lomos de "Humorista", con el que clavó un par a dos manos, ya con el toro venido a menos. Remató de pinchazo y un rejón muy trasero, por lo que sólo escuchó palmas, aunque dejó una impronta positiva ante la afición de León.