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El Pana: De espontáneo a figura de los novilleros

Sábado, 04 Jun 2016    México, D.F.    Xavier González Fisher | Foto: Elesaban Solano   
El Pana como espontáneo en la Plaza México
La temporada de novilladas de 1977 nos dejó algunos momentos que se guardarían para siempre en los anales de la tauromaquia mexicana, así como también varios nombres que se integrarían a un relevo generacional que se iniciaba en ese momento. Así, el triunfador indiscutible sería JorgeGutiérrez, que se alzaría como uno de los consentidos de la Plaza México por casi las tres décadas siguientes, un torero de una profunda veta artística surgiría en Guillermo Capetillo, que si bien no tiene el signo de la regularidad, si se puede considerar como el autor de algunas de las faenas más importantes del coso más grande del mundo.

También, la temporada de novilladas del 77 nos dejó a quien sería después un magnífico subalterno en la persona del madrileño Ángel Majano y en la cúspide de los fastos en ella sucedidos, lo que con muy poca discusión se considera la mejor faena realizada por un novillero en el ruedo de la Monumental México. Me refiero a la que José Antonio Ramírez Ibarra "ElCapitán" realizó al novillo "Pelotero", de San Martín, la tarde del 9 de septiembre de esas calendas, en una tarde en la que, alternando con los hermanos Guillermo y Manuel Capetillo,reaparecía después de que cinco años antes, se había arrancado el añadido en ese mismo escenario, en un arrebato de impotencia.

Una faena modélica

"Pelotero" hizo una salida contraria y antes de llegar al primer burladero saltó al ruedo un espontáneo que semejaba una estampa extraída del "Chavalillo" que ilustró y escribió en su día el pintor Pancho Flores o de "Más Cornadas da el Hambre", la novela de Luis Spota: gorrilla, camisa anudada a la cintura, zapatos tenis de lona y con una muletilla le pegó, creo recordar, dos o tres afarolados de rodillas, antes de volver hábilmente al tendido de donde saltó. Allí descubrió para los que estábamos en el tendido y para quienes estaban en el ruedo, que "Pelotero" era uno de esos toros que salen una vez en la vida, y El Capitán lo entendió e hiló muy fino con él, tanto, que hoy, a treinta y tantos años de distancia, se sigue hablando de esa faena como el modelo de la obra cumbre del novillero.

Ya vuelto al tendido, se comenzó a conocer que el intruso era apodado El Panadero o El Panaque era conocido por andar en las chonadas que se daban por el Sur de la República y que había andado un tiempo en la cuadrilla que dirigía el matador retirado Jesús González "El Indio" junto con su esposa Leonor Rivera y que unos años antes, había perdido a uno de sus miembros,Jaime Sánchez, en un pueblo del Estado de Morelos, a causa de una cornada que le dio en el cuello uno de esos pregonaos que se lidian en ese tipo de festejos.

Al concluir el festejo y después la temporada de novilladas, nada volvimos a saber del espontáneo, aunque teníamos ya noticias de que montaba su numerito en muchas plazas y que de alguna manera ya se le tenía ubicado para tratar de evitar que lo hiciera. Por otro lado, sabíamos que en una especie de ley no escrita, el tirarse de espontáneo en la Plaza México era una especie de pecado capital y que sí alguna esperanza tuvo El Pana de actuar en ese escenario, la habría perdido para siempre ese 9 de septiembre de 1977.

1978, nace un ídolo

Al comenzar la temporada de novilladas de 1978, se comenzó a trabajar con los jóvenes que habían dejado buenas credenciales el ciclo anterior, aunque en las afueras de la plaza, un grupo de novilleros hacían una huelga de hambre, tratando de presionar a la empresa para que les diera una oportunidad. Creímos en ese entonces que también, al igual que el espontáneo del año anterior, los ayunantes se quedarían con las ganas de presentarse en la México, pero en uno de los curiosos arranques de magnanimidad del doctor Alfonso Gaona, para la tercera novillada del ciclo, anunció a dos de ellos, junto con el espontáneo de la tarde de "Pelotero", en un cartel de seis aspirantes, calificado como novillada de selección.

La presentación de Rodolfo Rodríguez "El Pana", que así se anunció al espontáneo, se programó para el domingo 6 de agosto de 1978 y le acompañaron en el cartel Jesús TriguerosTabaco, Longinos Mendoza, Héctor de Alba "Pinturero", José Pablo Martínez y Gabriel de la Cruz, estos dos últimos, los ayunantes elegidos para recibir su oportunidad. Los novillos serían deSanta María de Guadalupe, propiedad del doctor Alfonso Castro, ganadería que en su día fundara el diestro Juan Silveti Reynoso.

La tarde fue dominada de cabo a rabo por El Pana, quien desde que partió plaza, capturó la atención de la concurrencia. Recuerdo que los ocupantes del Balcón 2 de Sol, localidad en la que me tocó apreciar las dos temporadas de novilladas a las que me he referido, hombres ya mayores los más, no recordaban un fenómeno parecido, ni don Luis, que era algo así como el patriarca de la cofradía que allí se reúne domingo a domingo y que en los tiempos muertos de los festejos nos contaba de cuando vio en el viejo Toreo a Torquito y a Sánchez Mejías. Otro de los asiduos a esa localidad, un orizabense que en sus mocedades quiso ser torero, Alfredo El Sol, fue quien nos reveló el origen del El Pana, a quien conoció en sus correrías por los ruedos y nos contó su gusto por aprender suertes que los toreros de hoy no hacían…

Rodolfo Rodríguez salió de la Plaza México con las dos orejas de "Reyezuelo" y llamado a comparecer otra vez en su ruedo, pero ya en una tercia, aunque su reputación no saldría en hombros de la unanimidad, porque si bien muchos de quienes escribían de toros en ese momento sintieron la bocanada de aire fresco que daba la personalidad y el modo de hacer las cosas de ElPana a la fiesta, otros, con Francisco Lazo a la cabeza, de lo menos que calificaron su tauromaquia fue de circense y lo invitaban a unirse al espectáculo que tuvo o tenía El Brujo Zepeda llamado Los Cuatro Siglos del Toreo, que era para lo que más creían que daría este torero.

Don Lorenzo Garza dijo a propósito de Manolo Martínez que era muy buen torero, pero que le faltaba algo para ser figura, que no dividía. Pues El Pana lo logró desde el día que se presentó. Dividió a la opinión desde la primera tarde, manteniendo el interés en torno a su actuación durante las 12 tardes que actuó en el serial y creando una rivalidad en el ruedo con César Pastor, un torero de escuela, discípulo del maestro Armillita y que venía de realizar una campaña europea, lo que dio un interés y sabor especial a la temporada, pues casi al final se agregaría un tercer hombre en la persona del español Ángel Majano, que dejarían una impronta indeleble en la afición capitalina.

El momento culminante de la temporada, que se vio ensombrecida cuando el monosabio Rafael Domínguez "Gamucita" se encontró con la otra muerte en el ruedo la lluviosa tarde del 8 de octubre de 1978 en las astas del novillo "Minuto" de don Manuel de Haro, se da la tarde del 3 de diciembre, cuando se disputa el Estoque de Plata, en un cartel de seis novilleros, en el que una encastada novillada de San Marcos deja lucir solamente a César Pastor, porque aunque la parroquia estaba con El Pana, hoy a más de tres décadas de distancia, he de reconocer que aunque estaba entre los istas del tlaxcalteca, lo más profundo y torero de la tarde, lo hizo el discípulo del maestro de Saltillo. La entrega del trofeo se hacía por aclamación popular y la división de la que habló el Califa regiomontano se hizo presente, motivando que se cancelara la entrega del galardón, mismo que se otorgó en una ceremonia posterior a su legítimo ganador.

Antes, el 22 de octubre, se organizó un festival a beneficio de los deudos del fallecido Gamucita,en el que caso curioso, los matadores actuaron vestidos de corto y los subalternos lo hicieron de luces. El Pana salió vestido como uno de aquellos bandidos de la Sierra Morena de Ronda, diceDaniel Medina de la Serna, como de los tiempos de Tragabuches, con la pañoleta amarrada en la cabeza, así como hoy vemos al rejoneador hispano José Luis Cañaveral. En esta tarde Rodolfo entendió que los toros pueden dar gloria y dinero, pero que también dan cornadas. Los novillos que se lidiaron fueron de Almeya, el hierro que en esos días era de la titularidad de Joselito Huerta y durante todos estos años me ha quedado en la cabeza la idea de que el que le tocó en suerte, era uno que fue eternamente sobrero en la México. Ese novillo le pegó un tabaco de importantes proporciones, que lo dejó fuera de circulación prácticamente un mes.

El fin de la temporada, aprovechando el impulso de los sucesos del Estoque de Plata, consistió en un mano a mano entre El Pana y César Pastor que se celebró el domingo 10 de diciembre de 1978. Los novillos fueron de Begoña y en ese festejo ambos toreros pudieron lucir lo más importante de sus respectivas tauromaquias. En el sexto, es donde El Pana estrena lo que hoy se ha dado en llamar "El Par de Calafia", cuando César Pastor le invitó a poner banderillas y obtiene las dos orejas tras del indulto de "Cariñoso", siendo que antes, César había obtenido las dos de "Confiado".

El virtual empate entre los triunfadores de la temporada lleva a repetir el cartel a la siguiente semana, ahora con novillos de Campo Alegre, que no tuvieron las bondades de los del festejo anterior y que solamente permitieron que El Pana obtuviera la oreja de "Macareno", el tercero de la tarde, pero sin perder nunca la atención de la afición capitalina.

¿Listo para la alternativa?

Tras de una campaña en la que sin duda fue el sostén, pues de 21 festejos que constó –22 si contamos el festival de Gamucita– El Pana actuó en 12, convirtiéndose en el eje de la misma y acaparando, tanto con su toreo inusual, como con su controvertida manera de ser, la atención de aquellos que se interesaban por las cosas de los toros, como la de aquellos que les ponían atención solo de manera marginal.

Una especie de deuda que tiene la empresa de la capital con el triunfador de la temporada de novilladas es la de otorgarle la alternativa en la siguiente temporada de corridas de toros, pero el aspirante a ella en este caso, El Pana, era un caso sui generis. El doctor Alfonso Gaona estaba metido en un berenjenal para conseguirle padrino, testigo y ganadero al presunto toricantano, dado que en lo que en principio parecían gracejos de su parte, pero que después se volvieron verdaderos retos al establishment, lo que incomodó a muchos y parecía dar la razón a aquellos que desde el inicio le calificaron como un chalao del hospicio…

Y es que decía El Pana por esos días, que el doctor "Ganona" –como apodó al poderoso empresario – no le pagaba; que "El Borreguero" –como llamaba públicamente a CésarPastor– no era rival en el ruedo y que por eso había huido a España y que Manolo Martínez –el mandón esos días –no le servía ni para darle un abrazo. Así, las puertas que se abría delante de los toros, él mismo se las cerraba con la jeró, como el propio torero, que era una combinación dePancho Camioneto, Luis Ortega y alguno otro de los personajes de la novela de Spota, podría afirmar.

Lo ideal hubiera sido que la alternativa se diera en las primeras fechas de la temporada. De justificar el doctorado, el serial se podría hacer alrededor de las figuras establecidas y de la que surgía de ese doctorado, pero su peculiar manera de ser y ver la vida y la fiesta, fueron postergando el hecho y aunque, como dice Paco Coello, es uno de los toreros con más imaginación en la historia de la tauromaquia, Rodolfo Rodríguez tuvo que esperar hasta la decimosegunda corrida de una temporada que solo constó de 17 para recibir el grado de matador de toros y antes que él, en un cartel de gran fuste, la recibió el madrileño Ángel Majano,así de enojados estaban con él las fuerzas vivas del toreo en México.

El doctor Alfonso Gaona consiguió anunciar para ese domingo 18 de marzo de 1979, aniversario de la expropiación petrolera, al rejoneador Gastón Santos, que daría cuenta de un toro deHeriberto Rodríguez, a Mariano Ramos, que oficiaría como padrino, y a Curro Leal que haría de testigo, en la alternativa del novillero que quizás ha sido el más atractivo en la historia de la Plaza México durante la segunda mitad del Siglo XX, compitiendo en ese renglón solamente con el malogrado Valente Arellano.

Dicen que El Pana llegó a la plaza en calesa –esa corrida ya no la presencié–, fumándose un puro y que doña Nieves, que aún hace poco llenaba con su estentóreo grito de ¡"Arriba El Pana!", los tendidos de la Plaza México, veía su anhelo colmado. Rodolfo Rodríguez –entonces no hablaba de personalidades desdobladas– llegó al largo y oscuro túnel que comunica el patio de cuadrillas con el ruedo de la gran plaza y seguramente allí, en esa acompañada soledad que padecen todos los que se visten de dioses las tardes de toros, El Pana tuvo los mismos pensamientos que Luis Ortega, el torerillo personaje de "Más Cornadas da el Hambre": ¿Y después de aquí, qué viene?...

Nota de la Redacción: El lance que ejecuta El Pana en la foto que ilustra este texto, es un farol de rodillas pero con muleta, un ejemplo más de la creatividad de el torero de Apizaco. Esta imagen corresponde a un fotograma de una película filmada por el gran aficionado Elesban Solano, ya fallecido, y que siguió de carca la carrera de Rodolfo.


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