La sentida hondura de El Payo (video)
Viernes, 29 Abr 2016
Aguascalientes, Ags.
Juan Antonio de Labra | Foto: Landín-Miranda
El queretano firmó una faena para el recuerdo
La corrida suscitó tres corridas puntuales: los toros de San Isidro fueron buenos y no presentaron un comportamiento extraño, especialmente dos de ellos; Diego Sánchez cortó una oreja… y la más importante fue que El Payo volvió a dar el gran nivel artístico que le bulle en el alma.
Ya desde el otro día había bosquejado su personal tauromaquia en un magnífico ramillete de verónicas, aquellas que ejecutó en su primera comparecencia ante un toro Montecristo. Pero lo de hoy fue eso que está buscando: hondura de la más pura, de la más sincera. Vamos, la mejor; la que toca la fibra sensible del aficionado.
Y fue durante la lidia del quinto toro de la tarde, bajo y reunido, estrecho de sienes, y con una gran cualidad: la humillación, con el toro que El Payo sacó ese fondo de artista recio que cada vez fluye con mayor desparpajo.
Desde las verónicas del recibo hasta el muletazo mirando al tendido, o el oportuno desplante, el queretano pisó la arena de la monumental de Aguascalientes don aire de dueño. Saboreó la calidad del toro, al que había que llevar embebido en las telas, y confiarlo para que repitiera y se sintiera a gusto, comprometido en una faena de alto bordo.
La médula de la faena fue haberse colocado en el sitio; ni más acá ni más allá, sino en ese pequeña franja en la que la técnica se convierte en un sutil instrumento del arte, ahí donde los toreros desmayan el cuerpo y se entregan a sus sentimientos.
Porque la faena no sólo tuvo momentos fundamentales, como los templados naturales o los redondos, sino unas dosantinas muy toreadas, en las que, además de buscar desengañar al toro por el pitón contrario, El Payo pretendía torear bien. Qué importante es hacer las cosas con esa redondez.
Y la gente entró en la faena y comprendió bien lo que veía, porque el torero toreó para él, y cuando se torea para uno, es difícil que a la gente no le llegue. Por eso hay que fluir. Como El Payo con este "Tierra Buena", un toro que le permitió sacar lo que llevaba dentro.
Diego Sánchez estuvo entonado y valiente con el primer toro de su lote, que tuvo raza y un buen pitón derecho. El de San Isidro se empleaba en la muleta del hidrocálido, que a pesar de su inexperiencia, dejó constancia de un entereza para aguantar las embestidas, a las que había que encauzar muy bien.
Una estocada dando el pecho le puso en las manos una valiosa oreja, digno premio al esfuerzo desplegado en una tarde en la que con el sexto ya no fue lo mismo, pues el toro exigía un torero con más rodaje.
Pablo Hermoso estuvo aseado pero conectó poco con la gente. Hizo dos faenas con pasajes de buen toreo, sobre todo ante el toro que abrió plaza, que a veces se reservaba las embestidas.
Durante sus dos intervenciones, el navarro sacó caballos nuevos, y "Ágora", que utilizaba en otro tercio, le permitió matar con eficacia. Sin embargo, la gente no terminó de romper con su toreo, porque él tampoco apretó el acelerador a fondo, quizá porque ya viene arrastrando el cansancio de una temporada muy intensa en la que ha sumado más de 45 corridas en el lapso de tres meses y medio.
Al final la huella de El Payo fue el toque fino de una tarde esperanzadora en varios sentidos, y ojalá que los toros de Fernando de la Mora y Begoña que se lidiarán en este fin de semana, embistan por derecho y propicien éxitos artísticos como los que merece esta gran feria de Aguascalientes.
Ficha Aguascalientes, Ags.- Plaza Monumental. Séptima corrida de feria. Tres cuartos de entrada, en tarde calurosa y con algunas ráfagas de viento. Dos toros de Fernando de la Mora (1o. y 4o., para rejones), de buena presencia y manejables. Cuatro de San Isidro, armoniosos de hechuras, dos buenos y dos manejables. Pesos: 504, 494, 491, 532, 490 y 505 kilos. El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: Palmas en su lote. Octavio García "El Payo" (lila y oro): Palmas y vuelta. Diego Sánchez (negro y oro): Oreja y silencio.
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