Joselito Adame sale a hombros en Pachuca (fotos)
Domingo, 24 Abr 2016
Pachuca, Hgo.
César Montes | Foto: Sergio Hidalgo
Desorejó a un astado de regalo
Fue con los toros de regalo cuando vinieron los triunfos, pues con los de la corrida, sólo Adame y Roca Rey pudieron cosechar sendas vueltas al ruedo, luego de haber estado entregados y de manera arrolladora, ante un público que llenó a toda su capacidad la monumental pachuqueña, y en la que el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza no las tuvo consigo.
Joselito Adame no afloja el paso como primer torero mexicano, y su entrega y pundonor le hicieron no dejar ir en blanco la tarde de hoy, así que, aunque tenía las orejas del segundo toro de su lote ganadas, por la mala colocación del acero se le fue el triunfo, por lo que regaló un séptimo toro, de la misma vacada anunciada, que a la postre fue el de mejor condición del encierro.
Fue un ejemplar hondo, al que toreó bien a la verónica y que arrancó de largo a los cites, empleándose bien en el caballo, aunque como sus hermanos de camada, sólo apenas se le señalara el puyazo pues varios de los astados de Torreón de Cañas, fueron justos de fortaleza. Remató el quite con media verónica rodillas en tierra, que arrancó una ovación. Banderilleó con dos cuarteos y un sesgo, rematando con un bonito galleo, que puso a la gente de pie. Con la muleta instrumentó de inicio cinco muletazos por alto de hinojos, y un trincherazo ya rodilla en tierra.
Le cogió bien la distancia al burel, que tuvo fijeza, nobleza, recorrido y obediencia, realizando una faena vibrante, de mucho contenido y emoción, haciendo que la afición le coreara con fuerza “¡Torero, torero!”. Le dio su aire a la res, sin obligarla, templando y recreándose en los ayudados y los remates, de una faena que el público recordará. Epilogó su trasteo con una tanda de sanjuaneras, para que tras media estocada efectiva, se le concedieran las dos orejas, y la ovación al toro en el arrastre.
Al quinto, Joselito lo saludó con una larga de rodillas en tablas, para después ser ovacionado al veroniquearlo con gusto. En la muleta, el astado tuvo voluntad para seguir el engaño, aunque no terminara por romper. El diestro remontó el trasteo y vino una faena de entrega y de maestro, pues la res de pronto fue un crucigrama, mismo que resolvió por su solvencia y capacidad el torero. Tenía ya de menos una oreja cortada, pero un bajonazo antes de dejar una estocada en mejor colocación, le privaron del trofeo, que aunque se pidió con fuerza, el juez, atinadamente, no la otorgó, dando a cambio la vuelta al ruedo.
Su primero era lo que se dice, un cromo: de bonitas hechuras y espectacular su capa berrenda, con el que ha estado muy bien al torearlo a la verónica, pero en la muleta, aunque el castigo pareció que fue lo justo, lo acusó el animal, así que rodó en varias ocasiones por la arena, hasta que ya no se levantó, en un espectáculo penoso, teniendo que ser apuntillado en el ruedo.
Andrés Roca Rey pisaba por primera vez la monumental hidalguense, y lo hizo haciendo gala de un valor, entrega y buen concepto del toreo, que hizo que la gente se lo reconociera con fuerza, y se le entregara. Consiguió el corte de una oreja con uno de regalo al que le faltó emplearse. Luego de veroniquearlo y rematarlo rodilla en tierra, fue achuchado pero del apuro no pasó. Lo llevó al picador con chicuelinas al paso, bien instrumentadas, iniciando su labor de rodillas, con uno por alto y cuatro ayudados que le resultaron largos y vibrantes.
Ya de pie, estuvo voluntarioso, entregado, condición que le faltó a la res que lo mismo repetía con claridad y clase en un pase, que al igual quería desentenderse de lo que tenía enfrente. Trató de no obligar al animal sino de irlo convenciendo, y aunque no lo logró del todo, cuajó un trasteo con momentos de importantes notas, como los cambiados por la espalda a centímetros de los pitones, que le aplaudieron con mucha fuerza. Hubo manoletinas, una de ellas de rodillas, para dejar una certera estocada que le permitió el corte de la oreja.
Ante su primero, luego del buen saludo que tuvo con capote, lo llevó por tapatías al caballo y después de que sólo le señalaran el puyazo al animal, quitó con emocionantes saltilleras y gaoneras, haciendo bullir el coso. Con gran determinación se fue a los medios a citar a un animal que aunque cooperó, le faltó rematar las embestidas, además de que lo hizo con la cara a media altura y echándola arriba cuando lo remataba.
Hubo dos cambiados por la espalda que tuvieron tensión y emoción, y la faena fue un concierto de variedad y torerismo, pues intercaló cambiados con muletazos largos y adornos, sin desperdicio. Hubo un pinchazo antes de la estocada certera, quedando la petición de oreja en una clamorosa vuelta al ruedo. Algunos despistados aplaudieron el arrastre del burel, que no se dieron cuenta que el mérito había sido del torero y no las condiciones.
Su segundo, un astado cornalón y que por lo mismo, fue aplaudido de salida, aunque parecía que iría a más, porque de salida echaba las manos por delante pero después acudió emotivo a los cites, tanto al caballo como en el quite, en la muleta vino a menos, rodó por la arena, el diestro no le vio más opciones y optó antes de tirarse a matar, por ofrecer regalar un toro.
Antes de comenzar la corrida, un caballo de Pablo Hermoso estaba encolicándose, lo que quizá hizo que el rejoneador no saliera del todo centrado al ruedo a recibir al que abrió función, un astado emotivo de salida y con buen son, al que le dejó dos rejones a la tira. Pasó en falso en dos ocasiones con la primera banderilla, y tras alcanzar el animal a su cabalgadura, el público que esta tarde fue a verlo, lo miró con lupa y pinzas, y no le perdonó un solo error, ni siquiera parpadear.
Vinieron dos banderillas buenas, de frente y al estribo, así como pasajes en los que llevó templado con el pecho la acometida de la res, cual un muletazo. El animal vino a menos, dejando a “la vuelta y vuelta” las banderillas cortas, en la zona de tablas. Mal anduvo con el acero, hasta escuchar un aviso y echar pie a tierra para derribar al animal de certero golpe con el descabello. Hubo palmas en el arrastre al astado.
Ante el cuarto, un astado más cuajado, fue distraído por momentos y con poco celo, pensándose en ocasiones la embestida. El jinete navarro clavó dos rejones, luciendo en lomos de "Duende", con el que intentó hacer galopes a dos pistas pero el animal acometía de manera incierta, clavando dos banderillas de frente.
Al intentar clavar la tercera fue alcanzado, recibiendo una cornada, siendo abucheado por la gente. Con un tordillo rodado espectacular, dejó otro par de banderillas de igual manera en los medios, al estribo, pero sólo un sector se lo agradeció. Nuevamente batalló para dejar las banderillas cortas, y como señalara dos pinchazos antes de la estocada certera con el rejón mortal, nuevamente hubo división de opiniones.
Ficha Pachuca, Hgo.- Plaza "Vicente Segura". Lleno en tarde calurosa. Seis toros de Torreón de Cañas (7o. y 8o. lidiados como regalo), bien presentados y de variado juego, entre los que destacó el 7o., que fue premiado con arrastre lento. Dos de Fernando de la Mora, para rejones, de buena presencia y de buen juego el 1o. Pesos: 500, 520, 510, 535, 570, 518, 520, 525 kilos. El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: Silencio en su lote. Joselito Adame (grosella y oro): Silencio, vuelta y dos orejas en el de regalo. Andrés Roca Rey (verde limón y oro): Vuelta, silencio y oreja en el de regalo.
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