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Juan Pablo cuaja faena "a la mexicana" (video)

Domingo, 10 Ene 2016    México, D.F.    Juan Antonio de Labra | Foto: Sergio Hidalgo           
El hidrocálido cortó sendas orejas a los toros de Campo Real
Regresó la actividad laboral a la capital y también el público más entendido de La México, y si la entrada no fue todo lo bueno que se esperaba, sí que hubo más sensibilidad en el tendido para juzgar -o pitar, según fue el caso- lo que ocurrió en el coso de Insurgentes.

Prueba de ello fue la forma de aquilatar esa primera faena de Juan Pablo Sánchez al toro de Campo Real que tuvo mejor condición para el toreo. En las muñecas del hidrocálido se adormeció el tiempo y tiró con gran suavidad de "Don Beto" para cuajarle muletazos con largueza, ritmo y temple.

Y fueron los de mejor acoplamiento los que trazó en la línea natural del toro, cuando no se lo echó hacia atrás de la cadera, pues el de Campo Real se sentía más cómodo embistiendo así y eso permitió varias series sabrosas, con ese toro embistiendo con el morro por la arena y ese torero recreándose sabrosamente. Los dos "a la mexicana".

Los olés fueron largos, sentidos, de un público que vio con mucho agrado la evolución de Juan Pablo, que sumó un nuevo triunfo al que consiguió el viernes 20 de noviembre en este mismo escenario, cuando cortó una valiosa oreja en aquella corrida nocturna.

A sus cinco años de alternativa, sigue incrementando ese pulso magistral que tanto ayuda a los toros como los de hoy, que exigen un gran mimo en los toques y en el temple. Y así se gustó en series coreadas con entusiasmo e ilusión, por los dos pitones, ya que también manejó la zurda con galanura.

Y para aquellos que quizá piensen que debía terminar de exprimir al toro, su falta de fondo y duración fue un impedimento, pues no duró mucho "Don Beto" y Juan Pablo hizo bien en medir perfectamente la extensión del trasteo que coronó de una certera estocada para cortar la primera oreja de la tarde.

La gente estaba deseosa de impulsar una puerta grande de Juan Pablo, que volvió a tratar de estar bien colocado y terso delante del sexto, y así consiguió muletazos aislados ante un toreo que terminó embistiendo sin ritmo y sin entrega. Pero como mató otra vez de una estocada fulminante, aunque caída, la gente se volcó y le concedieron una oreja que fue protestada por la mácula en la colocación del acero.

Al margen de esta circunstancia, Sánchez logró el objetivo de posicionarse mejor en este Temporada Grande, en la que evidenció que sigue creciendo como torero… y como muletero largo.

Alejandro Talavante realizó una primera faena de mucha originalidad, que también fue aquilatada por el público. El extremeño se gustó delante del segundo, un toro que fue protestado de salida, tal vez porque tenía poca caja, aunque más edad y más cara que cualquiera de los del domingo anterior.

Y al cabo de un rato, en cuanto Talavante se acomodó, brotaron esos muletazos en los que caminó muy bien entre los pases, dejándole la muleta puesta al toro para que la tomara con una embestida que tuvo transmisión.

Así le dio naturales muy despaciosos, toreros, con profundidad, que hicieron rugir al público, y luego, ya cerca de tablas, vinieron esos otros pases de adorno, sin ayudado, en los que toreó con tersura e imaginación, dos de sus mayores atributos.

Lo malo fue no estuvo bien con la espada y lo que pudo ser el corte de una merecida oreja quedó en tibias palmas cuando se retiraba a la barrera.

El quinto, que tenía hechuras similares al anterior, pero más cara, no rompió a embestir hacia adelante; comenzó a quedarse cortó y sabía lo que dejaba atrás, ya que reponía continuamente el terreno al volver sobre las manos. Eso impidió que Alejandro se centrara, sobre todo ahora venía muy dispuesto a continuar deleitando a la afición capitalino, como ya lo ha hecho en otras ocasiones.

La actitud de Arturo Macías cuando con esas primeras largas cambiadas de rodillas, tras recibir al toro que abrió plaza a porta gayola, fueron una determinada declaración de intenciones que, lamentablemente, no acabó de dar frutos. Por el contrario. La gente se metió con él cuando estuvo mal a la hora de matar a un toro con el que había estado por encima de sus condiciones, en una faena inteligente.

El cuarto, con mucha caja y acaballado -que desentonaba con el resto de los toros- tuvo nobleza pero muy poca fuerza, aunque Arturo se empeñó en torearlo con suavidad para no derribarlo, la gente le agradeció poco el esfuerzo. Para colmo de males, perdió el sito con la espada, y aunque colocó una estocada entera, estaba tan desviado el acero que el toro no dobló, y más tarde el hidrocálido se tardó en tumbarlo con el descabello.

El ambiente que dejaron sobre la arena los pasajes más destacados de esta corrida, se espera que alcancen mayores cuotas de emoción a partir del próximo domingo en que vendrá la parte más fuerte de la campaña.

Ficha
México, D.F.- Plaza México.- Decimotercera corrida de la Temporada. Poco menos de un tercio de entrada (unas once mil personas) en tarde fresca, con intermitentes ráfagas de viento frío. Seis toros de Campo Real, desigual en presentación y hechuras el 2o. protestado, flojos en general y de poco juego, salvo 2o. y 3o., que tuvieron clase. Pesos: 498, 480, 518, 547, 485 y 527 kilos. Arturo Macías (azul turquesa y oro): Pitos tras dos avisos en su lote. Alejandro Talavante(gris perla y oro): Palmas y silencio. Juan Pablo Sánchez (obispo y oro): Oreja y oreja con algunas protestas. Incidencias: Destacó en banderillas Gustavo Campos, que saludó en el 6o. y el Alfredo Ruiz "El Miura", que picó bien al 5o.


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