Opinión: Presencias, ausencias y controversias
Lunes, 05 Oct 2015
México, D.F.
Juan Antonio de Labra | Foto: Archivo
Expectativas ante el aniversario número 70 de la Plaza México
La presentación de los carteles de la próxima Temporada Grande de la Plaza México conlleva diversas lecturas. La primera: la importancia de haber dado a conocer 22 combinaciones cerradas de un tirón, y dos más de "avances", algo que nunca antes en la historia de esta plaza había sucedido.
Esta fórmula que se ha vuelto habitual en los últimos tres años, habla de una acertada logística en la organización, así como de un trabajo constante y dedicado de varios meses. Además, presentar todos los carteles de antemano permite que los aficionados hagan sus planes con tiempo y decidan a qué corridas acudirán, sobre todo aquellos que vienen de ciudades de provincia o el extranjero.
La mayoría de las combinaciones mantienen un magnífico equilibrio, tanto por la presencia de las grandes figuras de talla mundial, como por la inclusión de todos los toreros jóvenes de la nueva generación, una realidad innegable que otorga frescura y variedad a muchas de las combinaciones.
En este sentido, la Temporada Grande promete una intensa rivalidad, la misma que se está viviendo en las ferias de Europa que ahora se trasladará a México, así como la pelea que deberán dar los nuestros por mantener su cotización de cara a otras empresas, en el marco de un escaparate cuya cobertura mediática siempre incide en el devenir –para bien o para mal– de la Fiesta en el resto del país.
De las presencias más esperadas está la de Joselito Adame, que el año pasado se quedó fuera del ciclo. Convertido ya en la figura de México más relevante del momento, el hidrocálido vendrá a ratificar sus logros de los últimos dos años en los que su tauromaquia ha ganado en expresividad y sello.
Detrás de Adame, y con intención de dar un salto cualitativo de gran repercusión, se encuentra El Payo. El queretano está haciendo un toreo profundo, clásico y elegante, y en esta campaña está llamado a ser uno de los toreros que más huella pueden dejar entre la afición.
Alrededor de ellos dos gravitará el resto de espadas, cada uno con su estilo y personalidad, promotores de su propios intereses en una bolsa taurina donde buscarán aumentar sus respectivos bonos.
La presencia de José Tomás en esta temporada se cuece aparte, y el hecho de que haya decidido regresar a la plaza donde se hizo matador de toros hace 20 años tiene un significado especial. Esa corrida del domingo 31 de enero de 2016 ya está marcada en el calendario de muchísimos aficionados desde hace varias semanas. Y seguramente será un acontecimiento para el recuerdo.
Las ausencias
Sería injusto dejar de mencionar a las ausencias de determinados toreros que han hecho méritos más que suficientes para haber aparecido en los carteles de la campaña capitalina. Las más notorias son las de Antonio García "El Chihuahua", Juan Luis Silis, Michelito y el rejoneador Emiliano Gamero.
El torero del estado Grande cortó dos orejas a un toro en la temporada anterior, y en ésta merecía estar en una tercia. Además, hoy día es el líder del escalafón, y casi sin apoyos, desde que tomó la alternativa, se ha forjado un camino y ha sido capaz de sumar corridas en las que ha demostrado que interesa, avalado por reiterados triunfos.
Silis se quedó sin poder torear en diciembre de 2013, cuando resultó gravemente herido en Pachuca y se truncó su participación en la corrida donde debía confirmar la alternativa. Recientemente mostró sus cualidades en Tijuana -donde resultó herido- y también en Pachuca, así que es un torero mentalizado y con el ánimo a tope para afrontar cualquier compromiso.
Michelito ha estado haciendo un gran esfuerzo en Europa, donde ha toreado ya algunos festivales y corridas de toros. Y aunque se mencionaba que iba a confirmar este año su alternativa, al final no fue considerado por la empresa. Al matador yucateco le ayuda mucho la edad; es decir, todavía es muy joven y puede esperar a venir más cuajado a La México. A fin de cuentas, el camino es largo.
Aunque Emiliano Gamero todavía no consigue dar un campanazo fuerte en La México, sí ha venido toreando con mucho éxito en plazas de importancia, y hoy día es el rejoneador mexicano más atractivo del momento de cara al público, pues está poco visto y siempre sale a ofrecer un explosivo espectáculo.
Su presencia hubiese tenido interés en una corrida de rejones al lado de los otros caballistas contratados para la Temporada Grande, en vez de repartirlos como "teloneros" en distintas fechas, y con un solo toro, lo que reduce las posibilidades de triunfo, o los obliga a regalar un octavo ejemplar ya cuando la corrida se está "muriendo".
Por cierto, que el próximo mes de febrero se van a cumplir 20 años en que La México no programa una corrida de rejones, lo que se traduce en un hecho inexplicable, y más cuando desde hace algunos años hay un puñado de rejoneadores mexicanos muy profesionales.
Además de El Chihuahua, Silis, Michelito y Gamero, otra de las ausencias significativas es la de Ernesto Javier "Calita", que ha venido toreando con continuidad y avances. Desde que tomó la alternativa hace seis años en este mismo coso, no ha recibido ninguna oportunidad de mostrar sus adelantos. Y actualmente atraviesa por su mejor momento.
Los "Jueves Taurinos"
El argumento de los "Jueves Taurinos" no es convincente porque se trata de tres carteles desangelados, donde la nómina de toreros contratados es hasta difícil de recordar: ¡18 espadas acartelados en tres fechas! En La México no caben los festejos de "selección", como no los hay en Madrid o Sevilla, por ejemplo, y mucho menos dentro de una Temporada Grande que en el papel ya es histórica, con muchos carteles de auténtico lujo.
¿Acaso no hubiese sido preferible dar tres tercias y convertir estas corridas en mejores oportunidades sólo para nueve toreros? Se hubieran confeccionado tres tercias justificadas e interesantes antes que sacar los compromisos de cualquier manera, mediante un paternalismo que no conduce a ninguna parte.
Seguramente "brincarán" dos o tres triunfadores, quizá los más veteranos, los mejor preparados, o los más ambiciosos, que tratarán de aprovechar al máximo si les toca un toro bueno para cuajarlo. Porque varios de ellos tienen capacidad de sobra. Sin embargo, las posibilidades de triunfo serán reducidas para todos, por donde se mire.
Sería positivo que la empresa ofrezca alicientes en el precio de los boletos de estas corridas para atraer público a los tendidos a lo largo de un ciclo donde la gente guardará su dinero para procurarse buenas entradas en las tardes clave, que son varias.
Por otra parte, la autoridad tendrá el quebradero de cabeza de hace muchos años: ¿Cómo se confirmarán las alternativas de dos espadas por corrida? ¿Cuál será el orden de lidia y quién le dará el abrazo a quién, o en qué orden?
Ya por allá del año 1989, en sendas corridas de este tipo, organizadas por el Patronato Taurino del Distrito Federal, la autoridad de turno decidió que no se iban a confirmar las alternativas de nadie, porque iba a ser un desorden de intercambio de trastos, abrazos y discursos. Aquello fue una burla para los que no habían confirmado. ¿Ocurrirá lo mismo en estos tres Jueves Taurinos?
"La del estribo", controversial
Y para aquellos despistados que publicaron que el domingo 21 de febrero habrá un “mano a mano” entre Pablo Hermoso de Mendoza y Enrique Ponce, lamentablemente este cartelazo no puede darse con ese formato. Por supuesto que sería un gran acierto cerrar una temporada tan especial con esta combinación, pero la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos del Distrito Federal lo impide.
El documento referido, en su artículo 47, dice lo siguiente: "Tratándose de actuantes extranjeros en cualquiera de las categorías de festejos que se ofrezcan al público, consideradas aisladamente cada una de ellas, aquellos no podrán exceder del cincuenta por ciento de los Participantes programados. Es decir, sin excepción, todos los carteles deberán estar integrados por el cincuenta por ciento de Participantes mexicanos como mínimo".
Desde hace tiempo la empresa de La México hubiera cabildeado adecuadamente en la asamblea legislativa para modificar la Ley y poder dar carteles de este tipo; es decir con dos toreros extranjeros y un mexicano, o exclusivamente con toreros extranjeros, sobre todo ahora que la Asociación Nacional de Matadores ha transigido en un asunto que fue muy controversial durante tantos años. Pero no se ha hecho. Y hoy día, la verdad de las cosas, es cuando menos necesita la Fiesta de México de carteles con más toreros extranjeros que mexicanos, pues la producción nacional es fuerte y atractiva.
Una decisión interesante sería que le permitieran a la empresa respetar ese 50 por ciento de puestos a toreros mexicanos a lo largo de una temporada, y que pudiera acomodar el otro restante a su antojo, para permitirle hacer combinaciones diferentes que desde luego interesan al público. Pero por ahora esto no es posible.
Así que ese domingo 21 de febrero tendrán que aparecer otros dos nombres de toreros mexicanos en el cartel, un hecho que, por otra parte, puede ser una estupenda oportunidad de premiar a los más sobresalientes y redondear un cartel que provocará un entradón.
Los toros
El reclamo de siempre en esta plaza ha sido la presentación de los toros, una corresponsabilidad tripartita entre la empresa, los ganaderos y los apoderados de las figuras, que a veces abusan de su poder en aras de ir sumamente cómodos.
Por eso, en la medida en que cada una de las partes respete la ética profesional y sea consciente de la importancia que entraña el toro con edad y trapío, residirá el cabal cumplimiento con lo ofrecido al público en el momento en que éste adquiere un boleto para ver una "corrida de toros".
Ya que luego embistan y den buen juego o no, eso ya es otro cantar. Porque si bien dice el viejo refrán que "los toros no tienen palabra de honor", los ganaderos sí la deben de tener. Y muy presente.
Ojalá que la Temporada Grande 2015-2016 sea exitosa y que cada quien haga su trabajo de forma profesional, con esmero y dedicación, y sin triunfalismos baratos del biombo, en estos tiempos difíciles en que la defensa de la Fiesta debe hacerse desde adentro, para dar una imagen acorde a la grandeza de una tradición tan asolerada que forma parte de la historia de México.
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