"...corrida de decepción", como el refrán (video)
El Juli hizo la faena más estructurada el que abrió plaza
El pobre juego de los toros de Victoriano del Río, salvo el que abrió plaza, fue fue encastado, dio al traste con las buenas intenciones de El Juli y Miguel Ángel Perera, y al final el público, que llenó la plaza, salió decepcionada de un festejo en el que hubo muy poco brillo, tal y como reza el viejo y conocido refrán: "corrida de expectación... corrida de decepción".
Y era un tanto lógico de que así fuera porque el encierro estaba sumamente desigualado, con dos toros de más de 650 kilos, y unas hechuras acaballadas que no había forma de que pudieran embestir. Así que sólo el primero, que era el toro que debía lidiarse en Madrid, pues pesó 490 kilos, y tenía un gran trapío, fue como un espejismo de una tarde para el olvido.
El Juli trató de imponerse con poder a ese primer ejemplar en una faena intensa, que fue valorada por el público, pues tuvo pasajes de buen toreo por ambos pitones, no obstante que el maestro madrileño se mostró un tanto crispado, quizá con la presión añadida de un sector del público que lo estuvo hostigando durante casi toda la corrida.
En los otros dos toros también trató de esforzarse, y la faena al tercero tuvo miga, aunque sin terminar de romper. El toro no fue fácil y Julián buscó someterlo en un trasteo que tuvo altibajos, y en el que se preocupó más por estar técnico que por gustarse.
El tercio de quites en el cuarto, que correspondía a Miguel Ángel Perera, fue uno de los pasajes más interesantes de la tarde, pues el extremeño dio réplica con una excelente quite por gaoneras, una vez que Julián había toreado por chicuelinas con el compás muy abierto.
El inicio de faena fue muy atractivo porque Perera aguantó a pie firme los arreones, toreando por alto y con mucho temple. Luego parecía que aquello podía ir a más, y ya cuando el de Victoriano del Río se sintió podido terminó rajándose.
Con el sobrero de Montalvo intentó rescatar una corrida que a estas alturas estaba destinada al fracaso, pero no aportaba ninguna emoción. Lo mató con eficacia, y nada más, antes de que la gente saliera triste y hasta molesta de la plaza, esperando que mañana se revierta todo este enfado con el cartel que conforman Diego Urdiales, Sebastián Castella y Manuel Escribano, con un encierro de Adolfo Martín del que se espera brinde un juego interesante al tratarse de un encaste tan especial en España.
Y era un tanto lógico de que así fuera porque el encierro estaba sumamente desigualado, con dos toros de más de 650 kilos, y unas hechuras acaballadas que no había forma de que pudieran embestir. Así que sólo el primero, que era el toro que debía lidiarse en Madrid, pues pesó 490 kilos, y tenía un gran trapío, fue como un espejismo de una tarde para el olvido.
El Juli trató de imponerse con poder a ese primer ejemplar en una faena intensa, que fue valorada por el público, pues tuvo pasajes de buen toreo por ambos pitones, no obstante que el maestro madrileño se mostró un tanto crispado, quizá con la presión añadida de un sector del público que lo estuvo hostigando durante casi toda la corrida.
En los otros dos toros también trató de esforzarse, y la faena al tercero tuvo miga, aunque sin terminar de romper. El toro no fue fácil y Julián buscó someterlo en un trasteo que tuvo altibajos, y en el que se preocupó más por estar técnico que por gustarse.
El tercio de quites en el cuarto, que correspondía a Miguel Ángel Perera, fue uno de los pasajes más interesantes de la tarde, pues el extremeño dio réplica con una excelente quite por gaoneras, una vez que Julián había toreado por chicuelinas con el compás muy abierto.
El inicio de faena fue muy atractivo porque Perera aguantó a pie firme los arreones, toreando por alto y con mucho temple. Luego parecía que aquello podía ir a más, y ya cuando el de Victoriano del Río se sintió podido terminó rajándose.
Con el sobrero de Montalvo intentó rescatar una corrida que a estas alturas estaba destinada al fracaso, pero no aportaba ninguna emoción. Lo mató con eficacia, y nada más, antes de que la gente saliera triste y hasta molesta de la plaza, esperando que mañana se revierta todo este enfado con el cartel que conforman Diego Urdiales, Sebastián Castella y Manuel Escribano, con un encierro de Adolfo Martín del que se espera brinde un juego interesante al tratarse de un encaste tan especial en España.
Ficha
Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Vigesimoséptima festejo de la Feria de San Isidro. Corrida de Beneficencia. Lleno de "No hay billetes" en tarde nublada, con algunas ráfagas de viento. Cuatro toros de Victoriano del Río, uno de Toros de Cortés (3o.), y otro de Montalvo (6o., bis), disparejos en presentación y de escaso juego en su conjunto salvo el encastado 1o. Pesos: 490, 544, 526, 660, 651 y 548 kilos. Julián López "El Juli" (grana y oro): División, leves palmas y silencio. Miguel Ángel Perera (berenjena y oro): Silencio, silencio tras aviso y silencio. Destacó en banderillas Fini, que saludó en el 4o. Actuó como sobresaliente Salieri. Acudió la Infanta Elena de Borbón, que recibió el brindis delos dos primeros toros.
Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Vigesimoséptima festejo de la Feria de San Isidro. Corrida de Beneficencia. Lleno de "No hay billetes" en tarde nublada, con algunas ráfagas de viento. Cuatro toros de Victoriano del Río, uno de Toros de Cortés (3o.), y otro de Montalvo (6o., bis), disparejos en presentación y de escaso juego en su conjunto salvo el encastado 1o. Pesos: 490, 544, 526, 660, 651 y 548 kilos. Julián López "El Juli" (grana y oro): División, leves palmas y silencio. Miguel Ángel Perera (berenjena y oro): Silencio, silencio tras aviso y silencio. Destacó en banderillas Fini, que saludó en el 4o. Actuó como sobresaliente Salieri. Acudió la Infanta Elena de Borbón, que recibió el brindis delos dos primeros toros.
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