El joven hidrocálido Diego Sánchez fue el triunfador de la novillada que abrió la Feria de León, en el coso "La Luz", pues le cortó las dos orejas al segundo de su lote y conquistó la salida en volandas, mientras que José María Pastor se llevó un trofeo.
Después de haber cerrado el año anterior en el primer lugar del escalafón Diego Sánchez ha iniciado este 2015 con un triunfo que de paso le permite corroborar el buen momento por el que pasa.
Consciente de lo que la feria de León significa de cara a la presente temporada, el de Aguascalientes ha tenido una actitud muy torera. Con el primero de su lote dimensionó un cadencioso toreo con el capote que estuvo integrado por verónicas a pies juntos y una vistosa media.
Su labor con la muleta fue mayoritariamente derechista ya que sin suerte trató de ejecutar el toreo al natural.
En un momento de la faena el astado desarrolló sentido por lo que el novillero hubo de sacar el bagaje que ha acumulado en las temporadas anteriores, lamentablemente no pudo coronar su actuación por lo que se limitó a escuchar una fuerte ovación.
Con el quinto de la tarde, Diego Sánchez salió dispuesto a no dejar pasar la oportunidad y aunque la empresa fue un novillo de catadura, poco a poco fue construyendo una faena que al final de cuentas le redituó en el triunfo.
En el terreno de los medios literalmente metió a la muleta al de Real de Saltillo para correr la mano por el lado derecho en tandas que se confeccionaron por el buen trazo. Con forme fue transcurriendo la faena el hidrocálido alcanzó notas muy altas que le permitieron escuchar el reconocimiento de los tendidos. Después de consolidar la faena derechista terminó su labor con ajustadas manoletinas.
Con la faena hecha, se fue tras el acero con una gran determinación logrando así el corte de dos orejas que a la postre lo etiquetaron como el triunfador de la única novillada de feria León 205.
José María Pastor también realizó su presentación en el coso leonés y por ello desde el paseíllo mostró las inmensas ganas que tiene de trascender el esta profesión. Con el primero de su lote inmediatamente y de manera temeraria echó las rodillas en la arena para ejecutar dos largas pegado en tablas que de suyo resultaron ajustadas. Después de alternar las verónicas y las chicuelinas ejecutó un vistoso quite por gaoneras que a su vez fue rematado con la revolera.
Como lo viene haciendo desde que era un becerrista y evidentemente por herencia, cubrió con mucha voluntad el tercio de banderillas. Su labor con la franela fue confeccionada por la verticalidad, además mostró en todo momento los avances técnicos que ha venido adquiriendo.
Con variedad y mucha voluntad construyó una faena que por momentos fue bien aquilatada por los tendidos, tras dibujar el pase postrero de la manoletina se tiró a matar con gran determinación, lamentablemente falló con el acero por lo que hubo de conformarse con una fuerte ovación en el tercio.
Con el que cerró plaza y al saber que ya se le habían ido por delante volvió a recibir de manera temeraria y con los mismos procedimientos ejecutó dos largas en el terreno de las tablas para luego dimensionar variados lances capoteros. Nuevamente cogió los palos para exponer enormidades y de paso agradar a los aficionados del bajío.
Con la muleta poco a poco fue metiendo en vereda a un astado que exigió las credenciales; afortunadamente salió adelante por lo que fue ovacionado con mucha fuerza. Por su labor y después de finiquitar al de Real de Saltillo, logró cosechar una meritoria oreja.
Nicolás Gutiérrez ha dejado atrás aquella tarde de abril cuando el novillo “Madroño”, de la ganadería de La Muralla, le infiriera una dura cornada, después de nueve meses el hidrocálido volvió a calzar el traje de luces para dejar en claro que su valor y su voluntad siguen intactas. Con el que abrió plaza no se acomodó del todo con el capote; sin embargo, mostró su voluntad.
Ante un novillo que presentó muchas complicaciones poco a poco fue descubriendo los caminos a seguir y fue precisamente por el pitón izquierdo donde encontró la dimensión. Después de varias tandas por el izquierdo y temerarios remates intentó finiquitar su labor; lamentablemente llegaron las fallas con el acero cosechando una ovación en el tercio.
Con el cuarto de la tarde, el de Aguascalientes volvió a estar muy voluntarioso y a pesar de las condiciones del novillo que resultó andarín y con una embestida sin humillar se pudieron vivir momentos muy interesantes. Finalmente, Nicolás acusó el cansancio natural que además evidentemente denotó que aún no se encuentra totalmente restablecido y sin embargo así escuchó las palmas de estímulo.