Desde el barrio: Basta con mirar a Francia
Martes, 13 Ene 2015
Madrid, España
Paco Aguado | Opinión
La columna de este martes
Pasan los días fríos del invierno y el toreo español sigue dormido, esperando a que el desembarco definitivo de ETM y Alberto Bailleres aclare o solucione los problemas financieros de la inmensa mayoría de los grandes empresarios en crisis declarada.
Eso es lo único que parece importar mientras que, después de aquella reunión de diciembre en Sevilla que tuvo mejores intenciones que consecuencias, los problemas comunes del espectáculo siguen sin solucionarse. Y, lo que es peor, sin afrontarse.
Pero al toreo, a cada uno de sus distanciados estamentos, les cuesta arrancar. Tardean ya demasiado en acudir, todos a una, a esa cita de responsabilidad que es defender seriamente el toreo de cara a un futuro ya no lejano sino inmediato, apremiante.
Las ideas difusas y dispersas, las vanas generalidades mil veces repetidas por unos y por otros, seguirán sin servir para nada si no existe una hoja de ruta que cohesione un ideario y marque las líneas de trabajo en este mismo año 2015 que acaba de empezar.
Pero todo eso que a tantos les parece una utopía es mucho más sencillo de concretar, porque para hacerlo al taurinismo español le bastaría, una vez más, con mirar hacia Francia, buscar el norte en la brújula y copiar su ejemplo también en este caso.
No hace falta pensar ni debatir más, sino que para empezar a andar sólo hay que seguir las pautas del recién creado Plan para la defensa y el desarrollo de la Tauromaquia que el Observatorio de las Culturas Taurinas la ha propuesto a la Unión de Ciudades Taurinas francesas.
Con elementos tomados también del buen trabajo de Protoiro en Portugal, el Observatorio ha diseñado la forma de recaudar anualmente y de manera simple, clara y directa los 300 mil euros (unos 5 millones 400 mil pesos) que sufragarán las distintas acciones de defensa del espectáculo en su país.
Con el uno por ciento de lo recaudado en taquilla en cada espectáculo celebrado en plazas galas, sumado a otra idéntica cantidad de los gastos de organización, la UVTF, con una estricta confidencialidad para no revelar las cifras de sus operaciones con toreros y ganaderos, financiará así el trabajo del Observatorio para garantizar el futuro del espectáculo al otro lado de los Pirineos.
Con esos 300 mil euros se defenderá la fiesta mediante una vigilancia mediática y judicial de las amenazas y los ataques antitaurinos, un lobby en el Parlamento Europeo junto a otros sectores en entredicho, como el agrícola y el de la caza, la coordinación de los 130 diputados de la Asamblea francesa que se han declarado aficionados a los toros y la atención, desde los mismo ministerios, de posibles agresiones legislativas.
Con esos 300 mil euros se elaborará un plan de comunicación para colaborar con la prensa taurina de medios generalistas y especializados, y organizar campañas en las redes sociales y los soportes digitales con que contraatacar la gran actividad de los abolicionistas. Como también servirán para otra serie de acciones para difusión del rito y el acercamiento de la juventud.
Tan sencillo para ellos, pero tan complicado para nosotros, que seguimos inertes e inermes, hundidos y divididos en nuestras propias miserias, en una desgana acumulada a lo largo de casi una década de torpe decadencia. Pasa el tiempo en nuestra contra, y nadie reacciona. Y a nuestro alrededor el mundo sigue girando sin que el toreo se dé por aludido.
Ni siquiera para que los endogámicos medios especializados reparen en la reciente muerte de uno de los grandes directores de cine del siglo XX, el italiano Francesco Rossi, que en 1965 trabajó con Miguelín para, dentro de su línea social, firmar una de las grandes cintas de la filmografía taurina: "El momento de la verdad". Ese mismo momento, el del todo o nada, el de tomar una determinación valiente, que le está llegando ya al dormido taurinismo español.
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