altoromexico.com

El grato sabor de una cátedra taurina (video)

Domingo, 30 Nov 2014    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Foto: Sergio Hidalgo           
Zotoluco cortó dos orejas y salió en volandas

Aunque sin el corte de una gran cantidad de orejas, triunfos que quizá esperaba el gran público o los “cazadores” de números, el matador capitalino Eulalio López “Zotoluco” obsequió en su encerrona una demostración plena de madurez y maestría, el grato sabor de una cátedra taurina en la que hay que reconocer el fondo físico y mental para lidiar seis toros en una sola tarde.

El acontecimiento que este domingo atestiguó  la Plaza México tuvo tintes históricos, pues tuvieron que pasar casi 30 años para que un torero actuara en solitario en este monumental coso. Zotoluco supo estar a la altura de la magnitud del compromiso, haciendo las cosas con pausa, cabeza clara y entendiendo con solvencia la lidia que requirió cada uno de los seis ejemplares de diferentes ganaderías.

En un marco especial y con el cariño del público (que hizo una estupenda entrada), saltó a la arena el primero de la tarde, de la ganadería de Marrón, un cárdeno que fue aplaudido de salida debido a sus bellas hechuras. La bonita media, con la que cerró el recibo capotero,  fue un buen preámbulo de toda la carga de energía positiva con la que Eulalio encaró este compromiso.

Con la muleta plasmó un trasteo bien estructurado, en el que nunca forzó de más las embestidas de un toro que no estaba sobrado de fuerza, aunque tenía calidad y nobleza. En esta tesitura, y con suavidad, logró series que le fueron coreadas, una faena de menos a más y que fue del agrado de la afición. A la postre no cortó la oreja debido a que el acero cayó bajo, pero cosechó los aplausos del tendido.

Ante el segundo, de Javier Garfias, cuajó un bello quite por navarras, para luego  tirar de paciencia en los albores de la faena, de tal suerte que, con base en claridad de ideas, fue obteniendo partido. El ejemplar había salido un tanto distraído y llegó al tercer tercio sin mucha transmisión, pero Zotoluco logró ponerle ese picante a su labor.

Primero comenzó a ligar series con la muleta en la mano izquierda, naturales con largueza y reponiendo el terreno justo. Ya encarrilado, se enfibró con la diestra y de igual manera trazó muletazos de buen calibre, llegando a conseguir una dosantina, obteniendo el fondo positivo del ejemplar. Remató de un espadazo ligeramente caído, para que a su mano cayera la primera oreja de la corrida.

Eulalio no tuvo fortuna delante de los lidiados en  tercer y cuarto sitio, pues poco se prestaron para el lucimiento. El tercero, de Jaral de Peñas, no tuvo gran fuelle y pronto comenzó a desarrollar sentido, con aspereza. Saliéndole un paso hacia adelante, Zotoluco consiguió algunos estupendos derechazos, pero sin que el trasteo tomara vuelo, para terminar lidiando toreramente por la cara.

El cuarto, de Montecristo, llegó defendiéndose a la muleta, calamocheando y tornándose incómodo. El maestro Lalo plantó cara y supo resolver gracias a su buena técnica, sin alargar demasiado el trasteo y siendo muy preciso en los toques.

Ante el quinto, de Xajay, Zotoluco jugó con sabor los brazos a la verónica y, desde el inicio de la lidia, se palpaba en el ambiente que algo importante podía pasar. El toro contó con una gran calidad y recorrido, aunque tenía poca fuerza y había que llevarlo con mucha suavidad.

Entendiéndolo y siempre dándole sus pausas, el diestro de Azcapotzalco toreó por ambos pitones con clase y temple, llevando bien engarzadas las embestidas y alargando el trazo. Resultó importante que Zotoluco haya decidido no pasarse de faena y se tiró a matar sin darle una sola tanda de más, no sin antes adornarse en toreros muletazos. Lástima que la estocada fue de efectos muy lentos y el público se enfrió, pero finalmente fue otorgada una oreja, mientras el toro recibió arrastre lento.

Cerró plaza el de Fernando de la Mora, un toro muy hondo y con muchos kilos (550), que al final terminaron por pesarle. Zotoluco, que salió con el hambre de un novillero, hizo gala de decisión y las primeras tandas de su faena tuvieron solera, de trazo firme pero desmayado, sacando el toreo bueno.

Sin embargo, el toro comenzó a perder fuelle. Eulalio se metió entre los pitones, intentando obtener el mayor partido y acortando distancias con el ejemplar. Al final pinchó, lo que le quitó la posibilidad de que pudieran asomarse algunos pañuelos en demanda de la oreja.

Mucho se preparó Zotoluco para esta encerrona y no defraudó a todos los aficionados que, más allá de las estadísticas de orejas y rabos, saben apreciar la maestría y el toreo que se hace con cabeza, valor y corazón. Eulalio plasmó su tauromaquia, lo que ha sido y lo que es, pues demostró estar más que vigente… y con proyección después  de 28 años de alternativa.

Ficha
México, D.F.- Plaza México. Sexta corrida de la Temporada Grande. Unos 19 mil aficionados, en tarde agradable. Seis toros de varias ganaderías, en este orden: Marrón, Javier Garfias, Jaral de Peñas, Montecristo, Xajay y Fernando de la Mora, bien presentados y de juego desigual, entre los que destacó el 5o,, premiado con arrastre lento. Pesos: 519, 487, 513, 503, 485 y 550 kilos. Eulalio López "Zotoluco" (negro y oro), en solitario: Palmas, oreja, silencio, palmas, oreja tras aviso y palmas. Incidencias: Tras el paseíllo, la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros entregó un reconocimiento a Zotoluco. Como sobresalientes partieron plaza los matadores Cristian Ortega y Guillermo Martínez. Destacó el varas Ignacio Meléndez, que fue ovacionado, mientras que en banderillas saludó Christian Sánchez. 


Comparte la noticia