Efemérides: La confirmación de un maestro
Martes, 02 Sep 2014
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Foto: Archivo
Hace tres décadas, en la plaza de Las Ventas de Madrid
Hace precisamente 30 años, el 2 de septiembre de 1984, el maestro colombiano César Rincón, que hoy en día muestra su apoyo decidido a los novilleros que se mantienen en huelga de hambre en la ciudad de Bogotá, confirmó su alternativa en Las Ventas de Madrid, un coso que, con el paso del tiempo, sería trascendental para su carrera.
Aquella tarde en la plaza de la calle de Alcalá, César Rincón ratificó el doctorado de manos de Manuel Ruiz Regalo "Manili" y bajo el testimonio de Pepe Luis Vargas, ante ejemplares de la ganadería de Lamamié de Clairac. El toro de la ceremonia llevó por nombre "Fojanero".
El torero, nacido en Bogotá el 5 de septiembre de 1965, alcanzó la confirmación en Madrid luego de tomar la alternativa en la plaza Santamaría", de su ciudad natal, el 8 de diciembre de 1982, en un cartel de lujo en el que llevó por padrino a Antonio Chenel "Antoñete", mientras que José María Manzanares fue el testigo, con un encierro de Vistahermosa, tarde en la que dio una vuelta al ruedo.
Antes de la confirmación en la capital española, César Rincón lo hizo en la Ciudad de México, pues se presentó en la Plaza México el 31 de julio de 1983, ante toros de Mariano Ramírez. César Pastor fue su padrino, en tanto que por testigo de la ceremonia estuvo presente Ricardo Sánchez.
La trayectoria taurina de César Rincón resultó magistral, como la figura del toreo que llegó a ser. Su año de mayor gloria fue quizá 1991, cuando abrió en cuatro ocasiones la Puerta Grande de Las Ventas de Madrid, en un acontecimiento con tintes históricos.
Su primera puerta grande fue el 21 de mayo, al cortarle dos orejas a un toro de Baltasar Ibán, y repitió color apena un día después, desorejando a un Murteira Grave, convirtiéndose así en el máximo triunfador de San Isidro. Por tercera ocasión consecutiva sale en volandas, esto el 6 de junio del mismo 1991, en un mano a mano con Ortega Cano dentro de la Beneficencia.
Para cerrar con broche de oro aquel año, César volvió a reventar la puerta grande el 1 de octubre de 1991, en la Feria de Otoño, al cuajar y desorejar a un ejemplar de Joao Moura.
Sin embargo, no fueron las únicas puertas grandes para el maestro colombiano, pues lo volvió a hacer en 1995 y 2005. La quinta, en 1995, fue el 29 de mayo, mientras que la sexta y última tuvo verificativo el 19 de mayo de 2005, al tumbarle las dos orejas a un astado de Alcurrucén luego de confirmarle la alternativa a Eduardo Gallo.
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