Muy entretenida resultó la corrida de rejones que se llevó a cabo este sábado en la Monumental de Morelos, ubicada en Alpuyeca, donde hubo momentos vibrantes impregnados de rivalidad, torería y emoción, todo en un marco agradable y de matices diferenciados.

Pablo Hermoso y Emiliano Gamero rivalizaron en lo que fue un buen "agarrón", algo que ya venía haciendo mucha falta en el toreo a caballo nacional con el maestro navarro, mientras que Diego Lecumberri no tuvo una tarde sencilla. Por su parte, los Forcados Mexicanos y los Forcados Hidalguenses aportaron esa cuota de emoción y dramatismo, cereza al pastel de una sabrosa tarde de toros.

El triunfador de la tarde fue Hermoso de Mendoza, pues cuajó y desorejó al primero de su lote, un toro de Los Encinos que presentó movilidad y una gran transmisión de cara a los tendidos. Con torería, el navarro se dobló con él al inicio de su labor y, después, puso al público en pie cuando, sobre "Disparate", templó a dos pistas cambiando los lados.

A lomos de "Viriato" se dejó llegar al ejemplar para colocar banderillas, rematando su labor con las cortas y su ya característica suerte del teléfono. Despeñó toro con un rejonazo "en tres tiempos", barrenando notoriamente, lo que quizá influyó para que no se le otorgarán los máximos trofeos y terminara por pasear dos orejas. Al ejemplar, un merecido arrastre lento.

Acto seguido, Gamero sacó la casta y recibió a su toro con la garrocha a lomos de "Quimera", en una suerte poco vista en México y que le resultó prácticamente a la perfección. Ante este ejemplar, el agitanado caballista ejecutó un toreo arriesgado y espectacular, alcanzando los momentos más importantes al cabalgar de costado y, de igual forma, cambiarle los lados al toro.

Luego de impregnar con sentimiento cada momento de una faena que llegó con emotividad a los tendidos de este pintoresco coso morelense, perdió la posibilidad de tocar pelo al fallar con el rejón de muerte en un primer término, pero dio una vuelta al ruedo con toda justicia.

Ante su segundo, Pablo Hermoso anduvo en el mismo nivel, aunque el toro, que tuvo nobleza y calidad, careció de una mayor duración. El ibérico arriesgó mucho en las piruetas, destacando una muy cerca de los tableros y en la que salió del lado inverso, así como un soberbio par a dos manos sobre "Pirata". El rejón de muerte le quitó la oreja que tenía prácticamente ganada.

Gamero no desentonó ante el que cerró su lote, un toro bajito que manifestó nobleza y ante el que Emiliano volvió a dar muestras de esa tauromaquia espectacular, arriesgando y generando emociones entre los espectadores. De nuevo el rejón de muerte evitó que pudiera pasear un trofeo.

Diego Lecumberri es muy buen jinete, pero todavía se nota verde delante de los toros. Hoy tuvo, de entrada, poca suerte, dado que su primero (de La Joya) manseó desde salida y, cuando llegaba a acudir, lo hacía pegando arreones. De hecho, al momento de ir a los capotes de los auxiliadores daba la impresión de estar toreado, pues iba al "bulto".. algo que de ser verdad hablaría muy mal del ganadero.

El segundo, también de este hierro, no fue fácil y requería llegarle mucho a la cara para que acudiera, pero cuando lo hacía apretaba con fuerza. Lecumberri anduvo voluntarioso, pero sin terminar de centrarse, y al final se eternizó en la suerte suprema hasta escuchar los tres avisos, logrando terminar con el burel después del toque de los clarines. Los mejores momentos fueron toreando a la grupa, durante el tercio de banderillas.

Rivalizaron los forcados Mexicanos e Hidalguenses. La mejor pega de la tarde (y quizá la mejor que este servidor ha visto en toda su vida como aficionado), la cuajaron los Mexicanos ante el primero. El toro apretó con fuerza y el cabo de cara, Mauricio Altamirano, se sujetó con alma vida y corazón, sin importar que el toro lo estrellara junto con las ayudas en uno de los burladeros. Jugándosela de verdad, aguantaron los arreones del toro y consumaron una pega vibrante.