En días pasados se celebró una ceremonia tan original como importante: la despedida del toro semental número 22, del hierro de
Buendía, al que torearon
Federico Pizarro y
Fermín Spínola en la plaza de tientas de la ganadería de
Los Encinos.
"Peluquín", número 22, cárdeno claro, botinero, del hierro de la famosa ganadería andaluza de
Buendía, de puro encaste
Santa Coloma, es hijo de la vaca "Peluquina", número 990, nacida en 1987, y del toro padre llamado "Pescador", número 60, nacido en 1988.
Este semental es el último con el hierro de
Buendía que se encuentra en el campo bravo mexicano, y que formó parte de la importanción de ganado español que hicieron los ganaderos
Eduardo Martínez Urquidi, de
Los Encinos, Arturo Jiménez Mangas, de
San José, y
Pepe Chafik, de
San Martín.
El toro sólo estaba tentado al caballo, y por lo tanto nunca se había toreado. Hace un año, cuando dejó de ser útil para estar con las vacas, tanto
Martínez Urquidi como
Jiménez Mangas decidieron retirarlo y alimentarlo para rendirle un homenaje, idea que se fraguó gracias al entusiasmo de las hijas del primero.
De tal suerte que el sábado 6 de junio apareció en el ruedo de la plaza de tientas de
Los Encinos, enseñorenado su estampa y, sobre todo, nobleza y una calidad suprema, misma que ha transmitido durante los últimos 12 años a su descendencia.
La lidia de "El 22", como le llama la familia cariñosamente, fue todo un espectáculo que puso los pelos de punta al medio centenar de invitados, entre los que se encontraban otros ganaderos.
Se trató de una faena campera cargada de una tremenda emción porque el toro humillaba en las telas de los toreros con pasmosa suavidad, y se dejó torear con un enorme regusto, acudiendo siempre muy descolgado y con templada entrega a cada uno de los cites.
La lidia de "Peluquín" fue la demostración de que la crianza del toro bravo encierra muchos misterios. A sus casi 17 de edad, el semental de
Buendía embistió por derecho, con un son exquisito y mucha clase; la calidad contrastada de un reproductor de lujo.
Y los triunfos que ha dado, directa o indirectamente, ahí quedarán para que esta apuesta que hicieron hace muchos años los ganaderos mexicanos en cuestión, tenga en "El 22" a uno de los sementales estrellas del siglo que apenas comienza. Para beneficio y gloria de la cabaña brava mexicana.
Los invitamos a escuchar la interesante entrevista con
Eduardo Martínez Urquidi donde explica el orgien del toro 22, así como la trascendencia de la importación de ganado español que se hizo a México después de 50 años de tener cerrada la frontera, una labor que, al paso de los años, será tan significativa como la que hicieron los hermanos
Llaguno González cien años antes.
Entrevista con Eduardo Martínez Urquidi