El aspirante a novillero Mariano Sescosse realizó una importante faena el día de hoy en la Plaza Arroyo, donde indultó al tercer novillo de Jorge de Haro, "Conocedor", mismo que embistió de largo al caballo hasta en tres ocasiones y llegó con calidad a la muleta del zacatecano, mientras que Ferrer y El Panita consiguieron cortar una oreja.

Aunque de entrada el ejemplar mostró un comportamiento un tanto incierto, se enfribró en la suerte de varas y peleó con bravura durante los tres encuentros que tuvo con el picador, que aguantó con firmeza y fue aplaudido. A  “punto de turrón”, el eral acudió con clase y nobleza a la muleta de Sescosse, que se dio gusto en una faena que tuvo temple como principal virtud.

Y es que el joven zacatecano entendió las acometidas del eral de Jorge de Haro y, llevándolo bien toreado, templó estupendamente al natural y rubricó muletazos con interesante dimensión. Con la derecha se mantuvo el nivel del trasteo y toreó muy reposado, siempre vertical y sentado en los riñones hasta lograr correr muy despacito la mano, en los momentos que le fueron más coreados por el temple manifestado.

Con el ejemplar yendo a más y siempre humillado, Sescosse se abandonó para disfrutar el toreo, haciendo disfrutar a un tendido que comenzó a pedir el indulto. Dejando fluir el sentimiento, aderezó la faena con detalles muy bonitos, como cambiados de mano, desdenes y un torero trincherazo. Y aunque en algún momento el eral lo desarmó, el zacatecano  continuó toreando bien y bonito hasta redondear una faena larga.

Ante la petición popular, el juez Jesús Morales decretó el indulto para el bravo ejemplar, mientras que Marianao Sescosse fue premiado en una cariñosa vuelta al ruedo en la que se le tributaron gritos de “torero, torero”; el ganadero Jorge de Haro acompañó al chaval y recibió también el reconocimiento.

Joel Arturo “El Panita” redondeó una campaña que para él fue muy importante, pues le tumbó materialmente una oreja al cuarto de la tarde, ejemplar que se quedaba corto en sus embestidas y desarrolló sentido. Como ya lo habían hecho sus alternantes, invitó a banderillera a Escobedo y Ferrer, para luego quedarse quieto con la muleta y tragar  ante el comportamiento descrito por parte del ejemplar.

El Panita pegó muletazos con raza, pisándole sus terrenos al ejemplar y exponiendo de verdad. Con la misma determinación se fue tras el acero y consiguió un buen espadazo, de tal forma que le fue concedido un muy bien ganado trofeo, premio al esfuerzo  que dejó patente en el redondel tlalpense.

El que también cortó una oreja fue el poblano Héctor Gabriel Ferrer, que muy gratas sensaciones había dejado a lo largo de la campaña. Enfrentó un eral de Jorge de Haro que  fue manejable y, aunque sin mucho fuelle, por momentos metía la cabeza con claridad, aunque en otros acudía descompuesto a los engaños.

Ferrer compartió las banderillas con Escobedo y El Panita y, posteriormente, estructuró una faena con pasajes interesantes por ambos pitones. Comenzó toreando con la diestra y después dibujó naturales de bella factura, con la clase que caracteriza ya a este joven valor mexicano. Quieto se quedó en las bernardinas finales, a las que ligó manoletinas. A pesar de que la espada quedó muy baja, le fue concedido el apéndice.

El zacatecano Ángel Escobedo sudó tinta ante el primero de la tarde, un picoso eral de Huichapan que aprendió muy pronto y tendía a irse al cuerpo del torero. Luego de invitar a banderillear a Ferrer y Panita, colocando un par de mucho mérito, tomó la muleta y dejó patente una afición que no le cabe en el cuerpo, pues se mostró insistente a pesar de las complicaciones.
En medio de su esforzada faena, en la que destacaron unos estupendos naturales, Ángel no se salvó de ser feamente volteado en un par de ocasiones, pero en ambas se levantó para seguir en la batalla. Entregado, remató al eral de una meritoria estocada que bien pudo valer una oreja, pero la autoridad no atendió la petición al no considerarla mayoritaria, de tal suerte que el zacatecano dio una vuelta al ruedo.

De esta forma, en el marco de un festejo tan entretenido como triunfal, concluyó la temporada de aspirantes a novilleros en la Plaza Arroyo, serial que a todas luces deja un positivo sabor de boca.