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El Cid, Castella y Bolívar, a hombros en Medellín

Sábado, 09 Feb 2013    Medellín, Colombia    Paulo Sánchez | Especial | Foto: Archivo         
Sebastián Castella cosechó dos orejas simbólicas tras el indulto
Se pelea, peleando. Y esta tarde quedó patente de ello. La terna salió a hombros y el duelo ganadero favoreció ampliamente a los locales de La Carolina.

De todo como en botica, se dice acá para describir que algo tiene todos los ingredientes. Así fue esta tarde, accidentada, de cara y cruz, de triunfo grande para los toreros y de indulto para uno de los dos ganaderos del tácito concurso.

Sebastián Castella estuvo hoy como en sus mejores tardes, en las que a su arte le suma suerte. Y si bien no fue una de sus mejores faenas en Colombia, si es sin duda una faena de las que nos dan licencia para reconocer y decir a que liturgia asistimos para defender la corrida desde el rito.

Castella tiene de sobra torería, valor y afición, y en su faena al quinto bis, las cosas hubieran tenido más valor si el presidente no hace muchedumbre con los alicorados del tendido y no concede un indulto que fue excesivo. Aunque los quilates al desmayo del toreo de Castella, su inicio de faena impávido y la precisión de su técnica, no los devalúa ni un presidente equivocado. La obra estaba hecha ya para ese momento, y las dos orejas ya eran cáliz en la liturgia. Salve Castella. Todo el mérito fue suyo.

En el segundo de la tarde le pusieron picante al desrazado de Ernesto Gutiérrez, los quites de Bolivar por gaoneras, apuraditas pero dando la cara, y las chicuelinas de Castella como réplica, que tuvieron hondo calado entre el público. La faena de muleta contó con la firmeza de Castella, y la rotundidad en series cortas. Otra vez meritorio lo que hizo el francés, que no solamente aguantó los parones del toro, que por el pitón izquierdo era imposible, sino que lo obligó a pasar y componer las series que casi hasta ligazón tuvieron. El fallo con la espada redujo el balance a un saludo muy ovacionado.

Luis Bolívar tiene la ilusión de los que apenas comienzan, y el compromiso con su profesión que tienen las figuras consagradas, y esta tarde en el tercer toro de la corrida, tuvo una actuación para el recuerdo. Tanto, que seguramente es esta faena la que va contar para el balance de su discreta temporada colombiana.

Esta era la última corrida, y como si fuera también quizás la última oportunidad de reconciliarse con el público de Medellín, salió a jugarse la vida. Le salió mal la porta gayola, pero se repuso para brillar a la verónica, y si rotundo estuvo en el tercio de capa, cumbre fue su faena de muleta, en la que de nuevo hubo mando, hondura y cabeza fría para esperar el momento justo de dar el toque y correr la mano en series de toreo roto, especialmente con la mano izquierda. Echó toda la raza al natural y conquistó La Macarena, y al toro que por el izquierdo fue un manjar, llegando con ritmo y fijeza y aportar lo suyo en el triunfo de Bolívar. Perfecto espadazo para cobrar las orejas que le debía a Colombia esta temporada, y que más tarde que temprano, llegaron para decir "presente, ni me he ido, ni me quiero ir".

Al sexto lo toreo con firmeza y aplomo, pero la falta de claridad del toro, no permitió una faena ligada. Le faltó fondo y raza al toro que siempre fue a menos. Solo la disposición del torero y el buen antecedente del tercero, mantuvieron un poco el interés del público en la faena. Atravesó la espada antes de matar certeramente y la labor fue silenciada. 

El Cid cortó una oreja de cada uno de sus toros. En el primero por la suavidad de su toreo, y por consentir al toro que apenas tuvo la fuerza medida. El Cid buscó que entrara en la muleta con mejor ritmo, y lo consiguió con altibajos, fue buena la estocada y fue justa la oreja concedida.

Al cuarto, que le propinó tres cornadas al banderillero Rodrigo Arias "El Monaguillo", El Cid lo obligó con mucha entrega. Conectó rápidamente con el público que vio claramente como exprimía lo poco que tenía el morlaco de la divisa manizaleña de Ernesto Gutiérrez. Bueno el final de faena al que añadió suavidad a media altura, más ligada que en el comienzo que tuvo el ritmo soso que quiso imponer el toro. Mala la estocada que se fue trasera y caída, a pesar de la que el presidente premió con la oreja.

Ficha
Medellín, Colombia. Plaza de toros La Macarena. Cuarta corrida de feria. Dos tercios de entrada en tarde fresca. Tres toros de La Carolina (1o., 3o., 5o. y 5º Bis, y tres de Ernesto Gutiérrez (2o., 4o. y 6o.), buenos los de La Carolina, serios y encastados. Devuelto el 5o. titular por aparente defecto visual. Indultado el 5o., de nombre "Pitador". De mal juego los de Ernesto Gutiérrez. Pesos: 472, 482, 474, 484, 462 y 485 kilos. Manuel Jesús "El Cid" (azul pavo y oro): Oreja y oreja. Sebastián Castella (azul turquesa y oro): Ovación y dos orejas simbólicas tras indulto. Luis Bolívar (sangre de toro y oro): Dos orejas y silencio.
Incidencias: El banderillero Rodrigo Arias "El Monaguillo" recibió tres cornadas en el cuarto de la tarde. Una de ellas de pronóstico grave que causó destrozos a nivel del recto. Saludaron en el tercero tras excelentes pares, Gustavo García y Wilson Chaparro "El Piña".  Al final del festejo los tres espadas salieron a hombros. 


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