En la decimotercera entrega de "Conceptos ganaderos" entrevistamos a Ignacio García Villaseñor, ganadero de San Mateo, para conocer los detalles del trabajo que ha venido realizando en los últimos años, en compañía de sus hijos, con una de las casas  fundacionales del toro de lidia en México.

Además del hierro prócer de San Mateo, aquel que fundara don Antonio Llaguno González en Zacatecas a finales del siglo XIX, la familia García trabaja con las otras dos divisas que poseen, San Marcos y San Lucas, en el rancho El Cuadrado, ubicado en el municipio de Valle de Guadalupe, Jalisco.

Aunque en los últimos años las camadas han sido cortas, y ciertamente no son muchos los toros que marcan con el representativo de San Mateo, consideran que siguen manteniendo la esencia de la bravura y no se apartan de la preservación de una herencia genética con mucha historia.

Desde que don Ignacio García Aceves, el empresario del desaparecido coso "El Progreso" de Guadalajara, compró en 1965 la mitad de la ganadería de San Mateo a Antonio Llaguno García -el único hijo varón de don Antonio-, esta familia tapatía comenzó un aprendizaje de la mano de un ganadero que posibilitó que la sangra de San Mateo se extendiera en el campo mexicano.

Y fue precisamente de la mano de Toño Llaguno, y la continua correspondiencia que intercambiaban, la manera en que Nacho García Villaseñor comenzó a llevar las riendas de San Mateo y, posteriormente, de San Marcos, hierro con el que ha continuado su labor hasta nuestros días, ahora con la determinante ayuda de su hijo Marcos.

En esta charla, Nacho vierte sus conceptos con una gran sinceridad, la que lo ha caracterizado a lo largo de su vida, consciente de que el trabajo realizado tiene asegurada su continuidad gracias al interés de sus hijos, que seguramente tambíen sabrán inculcar en sus nietos el amor por el toro de lidia.