En la última corrida de la Temporada 2012 en la Monumental Monterrey, el jimenense Enrique Garza se alzó con el triunfo y el trofeo en disputa al cortar dos orejas en la tarde de su reaparición en los ruedos, festejo a beneficio del Instituto Universitario Tecnologico de los Trabajadores, auspiciado por el Sindicato de la CROC.
Como cierre de temporada se llevó a cabo en la Monumental Monterrey la ya tradicional Corrida a benefiico del Instituto Universitario Tecnoclogico de los trabajadores, en su segunda edición, la cual dejó satisfechos tanto a organizadores, público y toreros.
Es importante señalar que el ganadero Oscar Domínguez también se tomó muy en serio su papel y envió astados muy bien presentados y que a la postre el balance final le favoreció con cuatro estupendos toros y solo los dos últimos que desentonaron ya que dieron pocas probabilidades de exito a los toreros.
El gran triunfador fue Enrique Garza, a quien esa nostalgia de no vestir el traje de luces durante dos años desde que anunció su retiro, le ha asentado bien, pues en cuanto festival que ha toreado ha estado no sólo en magnifica condición fisica, sino que taurinamente ha retomado un segundo aire muy bueno.
Garza se enfrentó al toro más pesado del encierro al que toreó a placer en los tres tercios, dejando muestra clara que su retorno va en serio y que ojalá los empresarios de otras partes del País volteen su mirada pues es un torero completo al que no se debe dejar olvidado.
Mató al primer viaje, ciertamente de una estocada en la que tras pinchar aprovechando el viaje, hundió el acero de manera heterodoxa, siendo premiado con las dos orejas.
En el preambulo, el rejoneador Pedro Louceiro cumplió con una actuación muy relevante, al amprocehar también las embestidas del toro. CoLocó dos rejones d ecsatigo en buen sitio, dos pares de banderillas a dos manos y una corta, antes de sepultar el rejón d emuerte que hizo que doblara la res. El juez Antonio Quiroga le premió con la primer oreja de la tarde.
En la lidia ordinaria, el también regiomontano Hernán Ondarza, otro torero desaprovechado y de grandes cualidades técnico artísticas, cuajó una interesante faena por pitón derecho, logrando transmitir esa profundidad de su toreo a los tendidos. De pinchazo y entera mandó al desolladero a la res y el juez le premió con una oreja.
Isaac Leal salió con la mente puesta en el triunfo. Sus tardes anteriroes había estado a buen nivel por lo que con tal de seguir en la mira hizo a su enemigo cuanta suerte le vino en mente. Bien de capa en el recibo, se vio apurado al llevar al toro al caballo y en el quite.
No obstante que el ejemplar de Golondrinas acudía a la muleta, en un momento de la lidia se le coló peligrosamente y lo mandó a la arena, viviendose momentos de angustia. El regio pudo sufrir una cornada severa en el rostro, que hoy afortunadamente solo se da cuenta como parte de la reseña. Mató de estocada delantera y se le concedió la oreja.
Juan Fernando González, otro de los regios que clama por mayores oportunidades, éste atesorando un concepto de toreo de arte, enfrentó a un ejemplar soso y distraído al que hubo de perseguir por todo el ruedo hasta arrancarle los muletazos en tablas, plantándole la muleta en la cara y tirar de él con el engaño.Mató de gran estocada que no hizo efecto y en la espera, antes del descabello, escuchó un aviso.
Al madrileño Roberto Galán le tocó en suerte otro enemigo deslucido, que cerró el festejo, agarrado a la arena el espada estuvo por encima de las condiciones y pudo extraer buenos muletazos.
Fuera de orden, previo al paseíllo de los matadores y sus cuadrillas, el becerrista Jesús Torres "Jesusín" lidió un eral, viéndose muy desenvuelto y en gran plan con la franela. Batalló con la espada y escuchó aplausos.