Los "guaruras" de don Ramón

La entonada actuación de Mónica Serrano en La México el domingo anterior fue noticia en el ruedo, pues a lo largo de su carrera se ha preparado con ahínco y cuenta con una cuadra de lujo. Pero también fue noticia la presencia en el callejón de su padre, don Ramón (y no precisamente el de El Chavo del 8) que estaba hecho un manojo de nervios (¡no era para menos, señores!), quizá porque también estaba recordando aquella tarde del 50 aniversario del embudo capitalino, en que él mismo partió plaza acompañado de su princesita, y minutos más tarde ella se dio el lujo de "partir plaza" otra vez ¡pero por el tendido!, pues subió garbosamente luciendo toda su altanera belleza por la larga escalinata hasta un palco. Ahora sí toreó Mónica –¡y muy bien!– mientras varios "guaruras" de su viejo andaban "a las vivas", lejos de sus ostentosas "naves", esos horrendos coches negros, con rines negros, y todo negro, que circulan a diario por las calles de la ciudad custodiando a sus patronzotes.

Mariscos y mariachis, a lo Moreno

El flamante y rumboso empresario de Autlán, La Petatera y Arandas, el ganadero Pablo Moreno, volvió a echar la casa por la ventana ahí mismo en su tierra, afuerita del coso tapatío, invitando a comer mariscos nayaritas –fresquitos, y no del Ajusco– a una importante cantidad de personajes del toro, la política y el "bisne" (y claro, uno que otro gorrón, que nunca faltan en este medio tan alegre y de tanta jarana). Elegante y buen anfitrión, con la música de mariachi como fondo, Pablo ya se frota las manos para organizar ferias de relieve en esta estratégica avanzada de "Casa Toreros", como se llama su empresa, que parece va muy en serio. Por lo pronto, ha demostrado ser un habilidoso public relations man, que en esto de la Fiesta se necesita, y mucho. Es decir, mano zurda en el trato, con suavidad… y firmeza, ¡"Agüelita", mi café!

Apareció por la perla tapatía

Manolo Mejía se apareció el domingo anterior en la plaza "Nuevo Progreso" de Guadalajara, y dicen quienes lo vieron por ahí, deambulando entre las casetas de comida que están afuera del coso, que parecía un hombre renovado. Sobre todo porque se ha sometido a una dieta rigurosa y está más delgado, listo ya para su despedida del día de mañana en La México. Otros aseguran que minutos después estuvo sentado en una barrera de primera fila como espectador de la corrida, departiendo con su colega Alfredo Lomelí. Y todo esto sonaba un tanto raro, porque Manolito casi nunca anda por allá, pues él más bien es torero de La México. Y además, porque creo recordar que estaba en la lista negra de la empresa de estas plazas (digamos que algo así como "vetadón") ya que nunca volvió a pisarlas vestido de luces desde hace mucho tiempo. El caso es que ahora se le vio en forma, que es lo que verdaderamente importa.

Jiménez Mangas quiere "la grande"

A dos meses de que se celebre la Asamblea General Ordinaria de la Asociación de Ganaderos, en los mentideros taurinos afirman que este año Arturo Jiménez Mangas –propietario del hierro de San José– sí va "por la grande"; no la puerta grande, ojo, porque no es torero, sino por la silla presidencial que tanto alboroto y rocambolesca polémica en la Asamblea de Guadalajara de 2011 en la que don Pepe Marrón fue reelecto por un nuevo período de dos años. Dicen que el grupo opositor postulará a Juan Pedro Barroso, amo de Jaral de Peñas, que ahora mismo preside a la ANCTL como interino ante los motivos de salud que han mantenido a don Pepe separado del cargo durante varios meses. Vamos a ver qué ocurre en esa próxima reunión, programada a finales de enero de 2013 en "Agüitas", que seguramente va a estar reñida y sabrosona.

El hotel de la suerte

Desde hace un par de años, el Hotel Presidente Intercontinental de la Ciudad de México se ha convertido en la sede de las figuras del toreo, y dicen ellos mismos que ya les está dando mucha suerte vestirse en Polanco. Para no ir muy lejos, los tres espadas que actuaron el domingo anterior en La México salieron de ahí rumbo al coso, motivados y con la mirada puesta en el triunfo. Y si a este ramillete de orejas obtenido por El Juli, Saldívar y Silveti, sumamos triunfos pasados (de éstos y otros toreros que han elegido al Presidente), pues no cabe duda que el emblemático establecimiento sí da suerte. Claro, hay quienes prefieren, por manía o por costumbre (nunca por ahorrarse un peso, ¡qué va!), vestirse en hoteles chunguillos que están cerca de la plaza. ¿Qué no dicen por ahí que "el toreo es grandeza"? Pues en el Hotel Presidente se adereza (ya ven, salió un verso sin esfuerzo). El ambiente taurino de caché se vive ahí; que nadie lo dude. Y ni qué decir de sus distintos restaurantes… todos de rechupete; vamos, de "cero mundo" como dice un amigo colombiano (que eso es mejor que "primer mundo", para que la cachen).

¿No se había despedido?

Mañana torea en Monterrey Enrique Garza, en la corrida de la CROC. Lo curioso es que el torero de Cadereyta aparezca en este cartel luego de haber hecho una campañita de despedida, y supuestamente haberse marchado de los ruedos hace varios meses. Los toreros nunca deberían de retirarse. Es decir, deberían sólo de dejar de torear cualquier día, en cualquier plaza, para después, cualquier día, y en cualquier año, volver a hacerlo a su antojo. Así como le está haciendo Guillermo Ibarra. ¿O no? Ahora me viene a la mente el recuerdo de una despedida muy chistosa: la del agitanado Rafaelillo en el desaparecido Toreo de Cuatro Caminos, por allá de 1995. Resulta que habiéndose retirado en toda forma, con corte de coleta incluido, y tristes acordes de "Las Golondrinas" cayendo del tendido, el irrepetible torero tijuanense decidió "reaparecer" el siguiente domingo... ¡y en la misma plaza! El motivo: había estado tan bien, que le ofrecieron otro contrato, y él respondió atinadamente al ser cuestionado por haber metido la reversa: "Hay que llevar la jama a los chavales, mi hermano, ¡que tengo seis en casa!"