Ruedo: A golpe cantado
Miércoles, 26 Sep 2012
México, D.F.
Heriberto Murrieta | Opinión
La columna de este miércoles en Récord
Con broche de oro terminó la temporada de novilladas en la Plaza México, en la que Ricardo Frausto confirmó su enorme potencial. No es casualidad que el espigado novillero de Aguascalientes haya cortado siete orejas en tres tardes en la exigente aduana del "Nuevo Progreso" de Guadalajara.
El domingo último en La México, los derechazos al codicioso "Bilbalero", de la ganadería de Barralva, tuvieron una extraordinaria dimensión. No cabe duda que el hidrocálido tiene el toreo en la cabeza. Su viaje a España para prepararse allá se dará a golpe cantado. Es la atinada tendencia en los tiempos de la funcional Tauromagia Mexicana. En el marco de un festejo donde lució la firmeza de Miguel de Pablo, que como todo diestro peninsular atesora oficio, gustaron los detalles del prometedor coahuilense Antonio Lomelín. Fue una temporada chica con nombre propio, el de Ricardo Frausto.
Se lidió un encierro impecablemente presentado de encaste español de la ganadería queretana de Barralva. Parecían más toros que los de Bernaldo en Zacatecas. Los ejemplares del encaste Atanasio-Conde de la Corte dieron excelentes resultados, destacando el juego del tercero de la jornada, que fue premiado con el arrastre lento. También ofrecieron prestaciones los corridos en segundo y séptimo lugares.
El de regalo tenía parentesco con el famoso "Pitito", indultado por Antonio Bricio en el mismo coso metropolitano durante el mes de enero de 2008. Las perchas, las alzadas, los volúmenes y las cornamentas de los novillos-toros (nunca mejor dicho) explicaban su origen español. Otra lección de la novillada es que, además de ser acertada la importación de sangre española, el espectador capta desde los tendidos un comportamiento distinto al que suele ver, ampliando así su panorama de observación del toreo.
El peso ideal
El aficionado Jorge Soria nos pregunta cuál es el peso ideal del toro mexicano. El siempre bien recordado Manuel Capetillo me dijo en distintas conversaciones que es de 475 kilos. Y es que, en directa relación con su caja, con su tipo, con su complexión morfológica, es fundamental que el toro tenga movilidad, que se desplace para permitir el ejercicio en movimiento del toreo.
En realidad, el toro debe cargar los kilos que le quepan, no más. No debe estar "atacado" de kilos, como decimos en la jerga taurina. No debe ser adiposo, sino fuerte. Por eso desconfío cuando me dicen: "la corrida viene gorda"… y creen que con eso ya está bien presentada. El volumen del toro mexicano es inferior al del español pero uno y otro, cada cual con su imagen, deben tener lo que conocemos como trapío, un aspecto que imponga respeto y admiración, así como su edad reglamentaria de cuatro años cumplidos.
Muchas veces los toros llegan a cansarse o a caer no sólo por un posible exceso de kilos sino por su falta de casta y bravura, que son los impulsores de su voluntad para embestir. El toro debe llegar a la plaza en plenitud, bien cubierto, rematado, apretado de carnes, con el peso adecuado para soportar su estructura corporal. Ultimadamente, lo importante no son los kilos sino el trapío, la edad y su integridad.
Cuatro grupos
Hoy, durante el lanzamiento de la Temporada Grande 2012-2013 en la Plaza México, presentaré un video en el que dividí a los toreros mexicanos participantes en cuatro grandes grupos: las figuras consagradas, los toreros hechos, los embajadores del toreo mexicano y las promesas. Ya estaremos hablando de esa clasificación la próxima semana en este espacio.
Bodas de oro
El matador Humberto Flores está de plácemes por el quincuagésimo aniversario de bodas de sus padres, Luis Flores y Celia Nuño. Don Luis es originario de Tlaquepaque, mientras que doña Celia nació en Tomatlán. Se conocieron en otro poblado jalisciense, Ocotlán, donde el pundonoroso diestro vio la luz primera. ¡Enhorabuena!
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