Pablo Hermoso de Mendoza y Rafael Ortega cortaron sendos rabos, por dos orejas de Arturo Macías, en una tarde muy entretenida en la Monumental de Apizaco, donde se lidió un encierro de Rancho Seco que dio muy buen juego.

El gran caballista navarro enloqueció a la multitud al torear de costado al cuarto de la tarde, con el que además ejecutó varias piruetas muy cerca de los pitones; no cabe duda que este hombres es la más clara expresión del temple a caballo. Tras terminar de certero rejonazo, se le concedió un merecido rabo.

Con el primero de su lote, un toro que no se prestó pues pronto quedó parado, Hermoso anduvo confiado y logró extraerle lo que aprecía no tener, para pasear una oreja de ley ante el regocijo de la afición tlaxcalteca.

Rafael Ortega también cortó los máximos trofeos a un toro de regalo perteneciente a la gaandería de Vaca Hermanos, al que le cuajó una faena variadisima por ambos pitones, rematada con una soberbia estocada.

Antes, a su primero, la había cortado dos orejas con petición rabo, tras cuajarlo auténticamente. Su segundo se partió un pitón en els egundo tercio, por lo que nada pudo hacer con él y se sintió obligado a hacer el regalo.

Por su parte, Arturo Macías demostró que va en serio su conversión hacia un toreo más asentado y templadito, como fue la faena al segundo de su lote, en el que paseó las dos orejas tras una labor larga y profunda.

Con su primero, un astado aplomado, estuvo voluntarioso, pero su labor no alcanzó alturas mayores.

El becerrista Michelito Lagravere impresionó al público de Apizaco por su valor sereno y la tranquilidad a la hora de ejecutar las suertes, todas ellas bien cuajadas, siendo despedido con una cerrada ovación.