Pablo Hermoso no se aparta del triunfo y hoy volvió a deleitar a la afición capitalina, al cortar dos orejas en la plaza Santamaría de Bogotá, donde compartió cartel con Luis Bolívar y David Mora, quienes se repartieron una apéndice por coleta.

La primera faena del caballista navarro fue de total comunión con la afición, que llenó la plaza a instancias de su nombre en el cartel. Y aunque el toro se le paró mucho, Pablo hizo todo por sacarle provecho en una gran demostración de doma y oficio.

Así toreó con temple y adueñado completamente de los terrenos del toro, inclusive aquellos imposibles en los que por momentos puso el estribo en medio de los pitones. Provocó las embestidas del toro cuando quiso lucir su cuadra toreando con maestría, y remató su obra con un espadazo fulminante de antología. Y con justicia le concedieron las dos orejas.

El de cierre fue un toro más blando y tardo, lo que no impidió que Hermoso toreara otra vez a milímetros de los pitones, y a dos pistas, por los adentros. Torería en los quiebros que hoy también fueron para templar la embestida del toro, así como para clavar. El par de banderillas cortas a dos manos puso a hervir la plaza, que ya preparaba los pañuelos para pedir las orejas, pero esta vez no estuvo acertado con los aceros, y debió conformarse con una cariñosa ovación.

David Mora, que confirmó alternativa esta tarde en este escenario, dejó la puerta grande entreabierta y la del despacho de la Corporación Taurina de Bogotá, seguramente abierta para el 2013. Perdió la oreja del quinto porque el toro se partió la mano izquierda y debió abreviar la faena que ya comenzaba a tomar vuelo.

En el de la confirmación cosechó una oreja de peso ante un toro que tardeó y no permitió ligazón a la faena. Mora se fue haciendo con la embestida del toro que terminó desarrollando sentido y transmitió poco a pesar de que tuvo cierta nobleza. La plaza supo ver el temple que compensó la falta de ligazón. Y su esforzada faena fue seguida con mucha atención y emoción por el público que quería verlo y que a punto estuvo de exigirle el regalo del séptimo. Tras estoquear al quinto se anunció el de regalo, pero desistió al arrastre del último.

Luis Bolívar demostró una vez más que está preparado para la temporada 2012, y que está dispuesto a recuperar su sitio en el escalafón. Y a pesar de que en el segundo de la tarde se topó con el más desrazado de la corrida, y su labor no tuvo mucha importancia, en el cuarto tiró de hombría y de pundonor.

Citando de largo y explayándose  por el pitón derecho, aprovechando la bravura del toro, alargó el brazo hasta que terminó el recorrido del toro en cada muletazo. Por el pitón izquierdo hubo más temple, pero menos transmisión, de eso se percató el torero colombiano y retomó el rumbo de la faena en una serie mandona, otra vez con la derecha.

Después el toro vino a menos pero mantuvo la clase cada vez que metió la cara en la muleta y siguió el largo trazo de los muletazos de Bolívar, y eso lo vió el público. Entró a matar apenas con la espada. Renunció al engaño para echarse encima de la testuz. El primer intento fallido, pero en el segundo afloró todo su valor para repetir la maniobra y antes de que el toro se lo echára a los lomos. Bolívar dejó una buena estocada en medio de la tensión general en la plaza que quizo premiar con dos orejas el valor y la hombría de Luis, pero solo una fue le fue concedida