El tlaxcalteca Uriel Moreno "El Zapata" se consolidó como el gran triunfador de la última corrida de la temporada en Saltillo, pues desorejó el primero de su lote y, al segundo, le tumbó un apéndice, saliendo a hombros ante la algarabía popular.
El Zapata sostuvo un interesante mano a mano con Antonio García "El Chihuahua", quien no tuvo un lote propicio y sólo pudo cortar una oreja a su primero gracias a un estoconazo que hizo rodar al de De Guadiana sin puntilla.
Se presentó esta tarde la rejoneadora portuguesa Ana Batista, quien ante dos ejemplares de Puerta Grande lució sus cualidades ejecutando el Arte de Marialva, pero falló en repetidas ocasiones con la hoja de matar para escuchar sólo aplausos de reconocimiento y cariño del respetable.
La excepción del encierro fue el primero de la lidia ordinaria, al que El Zapata cuajó con el capote, pero principalmente con las banderillas en tres pares colocados consecutivamente sin dejar respirar al astado, incluido el Par Monumental.
Con la muleta logró episodios de calidad con su toreo variado, vistoso y con “salerí” para agradar a los aproximadamente mil 500 asistentes. Cuajó un estoconazo y el juez le otorgó dos orejas por su labor.
Con su segundo, el de Tlaxcala también brilló en los dos primeros tercios, y con los palitroques se creció y estrenó un par que probablemente bautice como El Tlaxcalteca, por haberlo ejecutado por primera vez ante este público de tierras conquistadas por tlaxcaltecas.
Con la pañosa inició trepidante entablerado y de rodillas, para luego salir a los medios y tratar de sacarle los muletazos a un toro que vino a menos. Luego de un pinchazo lo mandó al destazadero para cortar otra peluda.
El Chihuahua también cubrió el tercio de los garapullos, pero con más vistosidad que acierto al igualar y clavar. Con su primero hizo lo mejor que pudo ante un ejemplar que se paró pronto, pero como lo reventó de un estoconazo se le fue otorgada un auricular.
Su segundo, que hizo sexto, fue devuelto por un posible defecto en la vista, pues no quiso embestir a los capotes y salía por patas al citarlo con los capotes. Salió el reserva de la misma ganadería, pero con éste, Antonio no logró descongelar a un público que, sin embargo, no se movió de sus asientos hasta que vio cómo lo despachó de varios pinchazos y una estocada para escuchar un aviso.
Con al rejoneadora actuaron los Forcados de Portugal y los Forcados de Mazatlán, logrando ambos dos espectaculares pegas. Por los portugueses el cabo fue Joao Costa y por los mazatlecos Noé Vega, quienes se llevaron tremendas carretadas de aplausos.