Ponce homenajea a la vida en Quito (video)
Sábado, 26 Nov 2011
Quito, Ecuador
Juan Antonio de Labra | Enviado
El valenciano indultó a "Gobernador", de la ganadería de Huagrahuasi
La feria de Quito comenzó con un ambientazo y triunfos de los toreros, que se entregaron a la par del público, que hizo una gran entrada y disfrutó a tope una corrida emotiva, en la que, paradójicamente, no hubo muerte de los toros en el ruedo debido a la nueva ordenanza.
Sin embargo, el indulto de uno de ellos, el cuarto de la tarde, simbolizó el triunfo de la vida y el constante recordatorio de que el toro nació para morir en la plaza.
Enrique Ponce fue el artífice de este indulto tras cuajar una faena con el sello de la casa: ritmo, cadencia, temple y tiempo, en una obra que cautivó a la afición quiteña de principio a pin, y donde la claridad de ideas fue el pedestal sobre la que edificó su obra artística, de un hondo calado.
El toro "Gobernador", de la ganadería de Huagrahuasi, embistió con una acusada nobleza, y fue la clave de un trasteo de trazo diáfano y una magnífica conexión con el público, que terminó enloquecido cuando el valenciano ejecutó su "poncina", en un alarde de flexibilidad muscular y coreografía taurina de alto nivel.
Y el perdón para el toro se impuso a coro, en medio de la expectación de la gente, que disfrutó mucho el trasteo y este final feliz para "Gobernador" que regresó a los corrales, donde no iba a ser apuntillado, como sí ocurrió con sus hermanos de camada.
Al que abrió plaza, un toro deslucido y dócil, también lo toreo por nota en una faena aseada y de planta vertical, que concluyó con la concesión de la primera oreja simbólica de la historia de la Feria del Jesús del Gran Poder.
Más allá de aquel apéndice de utilería, quedará el recuerdo de lo realizado por Enrique Ponce, un torero que goza de un significativo cartel en esta plaza.
El Fandi sorteó el peor lote de la corrida, compuesto por dos toros descastados que lo obligaron a sudar la ropa para dar espectáculo, y aunque no consiguió estar fino en los dos tercios de banderillas –una noticia difícil de creer–, consiguió alborotar el cotarro con desmedida imaginación ante un público que en la lidia del quinto de la tarde ya había entrado en la estela del triunfalismo, gozoso trance de este comienzo de feria.
Martín Campuzano no se quiso quedar atrás, y si delante del tercero, cuando sopló el viento con mayor fuerza, no pudo hacer gran cosa, con el sexto se sacó la espina en una faena que tuvo distintos pasajes de buen toreo, considerando que ha toreado muy poco.
Desde el saludo capotero, con una larga cambiada de rodillas, el torero nacional se afanó en agradar con unas suaves verónicas, y poco más tarde se la jugó en el inicio de faena, de rodillas y en los medios, lo que puso un tono de explosividad a una actitud encomiable.
El toro, que había cumplido discretamente en varas y se dolió en banderillas, terminó embistiendo con mucha calidad en la muleta, sobre todo por el pitón izquierdo, pues metía la cara humillado y con recorrido.
Campuzano se fue asentando a la par de que transcurrió la faena, y la gente lo apoyó de manera incondicional. Abrochó la faena con unas ajustadas manoletinas, antes de simular la suerte de matar con la palma de la mano para recibir una oreja simbólica, digno premio a su disposición.
Muchas sensaciones y experiencias nuevas nos dejó este festejo en el que se gritaron consignas a favor de la Fiesta, a favor de la libertad y el respeto a esta arraigada tradición.
Ficha Quito, Ecuador.- Plaza monumental. Primera festejo de feria. Casi lleno en tarde de clima cambiante, calurosa en un principio y con intermitentes ráfagas de viento. Toros de
Triana (1o. y 3o.) y
Huagrahuasi, disparejos en presentación y juego, de los que destacaron 4o. y 6o., el primero de los cuales fue indultado por su gran nobleza y el otro premiado con la vuelta al ruedo simbólica por su calidad. Pesos: 500, 451, 452, 490, 450 y 462 kilos. El toro indultado se llama "Gobernador", número 192, negro zaino.
Enrique Ponce (tabaco y oro): Oreja simbólica y dos orejas y rabo simbólicos tras el indulto.
David Fandila “El Fandi” (carmín y oro): Silencio y oreja simbólica.
Martín Campuzano (añil y oro): Silencio y oreja simbólica. Al finalizar el paseíllo se tributó un minuto de silencio a la memoria del médico de plaza
Guillermo Acosta, fallecido en febrero pasado.
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